La chica de dos mundos.

XXXVII. Percy

Giraron varias veces en un espiral gigantes de miles de colores brillantes. A Percy le dio ganas de vomitar. Estuvieron así un rato, sin la menor idea a dónde iba, hasta que el agujero de gusano los votó de vuelta a la realidad. Estaban tirados sobre la nieve, muertos de frío. A diferencia de los Kane, el resto estaba hecho papilla. Su cuerpo entero les dolía, y apenas podían moverse. Percy tambaleaba al levantarse, pero tuvo que regurgitar lo que tenía en el estómago.

-Qué asco- dijo Sadie.

-¡Oye!- apenas pudo decir Percy. -¿Acaso sabes cómo se siente?

-La verdad es que mi primera vez no fue tan malo- dijo con indiferencia Sadie.

-Creo que prefiero el viaje por las sombras- dijo Annabeth mientras Nico la ayudaba a levantarse.

-Oigan...- dijo Jason, casi sin aliento. Se estaba apoyando sobre el hombro de Carter. -Esto... uf... esto no fue parte del trato.

-Em... perdón- dijo Carter.

-¿Qué trato?- quiso saber Nico.

-Oh, no es nada, Anubis- le dijo Sadie. -Le dijimos que le ayudaríamos a buscar a Arquel si le decíamos unas cosas de nuestro mundo, y viceversa con él.

-¿Por qué me llamaste Anubis?- dijo un poco molesto Nico.

-Oh, perdón. Es que te pareces un poco a él... o más bien mucho.

-¿En serio? ¿Cómo es que me parezco a un chacal egipcio?

-Espera, un momento- los interrumpió Percy-, ¿dijiste que estaban buscando a Arquel?

-Em, sí.

Sadie les contó a todos cómo fue que conocieron a Jason y la situación en la que estaban: el ataque de los monstruos griegos y la situación de Arquel. También les dijo que trataron de recuperar sus memorias, pero estaba vacía su cabeza. Percy estuvo pensando un poco, mientras se pelaba del frío. Cada uno sacó la chompa que había traído, pero no era suficiente. Sus narices empezaron a tornarse rojas.

-Vaya- dijo un rato después Nico-, no sé si deberíamos ir con ustedes.

-¿A qué te refieres?- le dijo Percy. -Hay más manos para ayudar.

-Sí, ese es el problema. Solo pueden haber tres personas en una misión: esto traerá mala suerte.

-No lo creo- siguió insistiendo Percy.

Por alguna razón Nico parecía querer estrangularlo. Annabeth se llevó un rato aparte a Percy para hablarle de algo en privado.

-Oye, Percy, Nico tiene razón. Esto es malo.

-¿Pero a qué te refieres-

Annabeth lo tiró de la camisa, haciendo que sus labios se acercaran al oído de Percy:

-Recuerda lo que le pasó a Bianca.

Percy por poco se puso pálido. Todavía no se perdonaba por su muerte, y menos Nico. Ya sabía a qué se refería, y por qué Nico lo miraba así.

Los dos volvieron con el resto.

-Tienes razón, Nico- admitió Percy, apenado. -Esto no estaría bien-

De pronto, escucharon una explosión. La tierra se agitó un poco. Los seis héroes estaban sorprendidos, y aterrados. Detrás de los árboles, saliendo al cielo desde una ciudad cercana, una enorme nube oscura de pequeñas hadas diabólicas.

-¡Qué demonios-

Nadie se di cuenta que Sadie estaba bajando corriendo la colina. Carter la siguió desesperado, mientras que Jason estaba a medio camino, mirando a sus compañeros. Su mirada les decía: "¿vienen?". Percy intercambió de miradas con Nico y Annabeth. No tuvieron otra opción.