No lo podía creer. Era él. Era Walt. Pero no se hallaba bien. Estaba lleno de mordidas y rasguños. Había palidecido mucho. No despertaba. Percy y Annabeth le habían dado un medicamento especial para curarlo, pero los gritos de Jason la alertaron.
Lo vio retorcerse del dolor, mientras que la muchacha que la acompañaba, Piper, lo sostenía por la cadera para evitar que cayera al suelo, mientras le clavaba una daga hasta el puñal. Les dedicó a sus amigos una sonrisa malvada.
-¡¡¡NOOOO!!!-gritaba Sadie mientras le lanzaba un hechizo.
Una fuerte energía mágica la lanzó volando a una columna. Se escuchó algo romperse, y la chica cayó inconsciente al piso.
Jason cayó al suelo, agarrándose la herida. Su mano estaba manchada de sangre. Todos fueron a socorerlo. Le apartaron la camisa para curarle la herida, pero se dieron cuenta que era inútil. La daga había sido bañada en un veneno letal. La piel alrededor de la apuñalada se volvía verde, y se podría rápidamente. Jason palidecía. Tosía sangre sin parar.
-No... no...-decía llorando Percy.
Jason le agarraba la mano, aferrado a sus últimas fuerzas. Annabeth estaba igual. El rubio les dedicó una sonrisa, llena de lágrimas, mientras su cuello se cubría de venas verdes. Hasta que dio su último aliento. Dejó caer la mano, inerte, igual que la cabeza, sin vida.
Los dos semidioses temblaban. No paraban de llorar. Annabeth se cubría el rostro con las manos, mientras que Percy maldecía al cielo. Sadie también lloraba, pero no estaba tan afectada como ellos dos. Seguramente debieron de haber pasado por muchas cosas juntos. Ojalá lo hubiera conocido mejor.
Entonces se dio cuenta que alguien faltaba. Carter. Se levantó del piso, y lo buscó con la mirada. Deseaba que estuviera allí, pero no había nada. Los cuerpos de los monstruos habían desaparecido. Su hermano tendría que estar allí. Pudo aguantar el ataque de Jason gracias a su forma de guerrero alcón. Sin embargo, sus expectativas se marchitaron. No era posible. Había desaparecido. Ahora lloraba con más ganas.
Annabeth se levantó lentamente del piso, con el rostro empapado de lágrimas.
-¿Pipper?-dijo débilmente, mirando hacia la chica inconsciente.
Las dos muchachas se acercaron. Sadie se agachó a examinarla, con cuidado, temiendo que la atacara. Annabeth también estaba alerta, con una daga a la mano. Sadie se quedó helada cuando vio que no respiraba. ¿La había matado? Un poco temblando, le tocó el cuello para revisar su pulso, pero una parte de su piel se cayó. No fue algo natural. Era como si hubiera roto un vaso o un cristal, y un pedazo se haya caído.
Le apartó el cabello del rostro, con cuidado. Toda su cara estaba agrietada, como si fuera de porcelana. También le revisó por debajo de la manga. Estaba igual de agrietada. Incluso agujereada. No lo podía creer.
Percy se les acercó, aún afectado por lo de Jason. La pareja estaba pasmada.
-¿Qué... es eso?-señaló a la Pipper de porcelana.
-Es... es...-respiraba agitadamente Sadie. Sentía un nudo en la garganta. No podía hablar. -Es... un shabti.
-¿Qué significa?-preguntaba Percy mientras se limpiaba la cara con la manga de su chaqueta.
-Los shabtis... son pequeñas piezas de cerámica mágicas con vida. Sirven para cumplir mandados o pedidos. Son como pequeños secretarios. Pero... nunca vi a uno que... asesine. S-sueles ser pacíficos, nunca harían esto. Es... es...-no le gustaba la idea. Sentía ganas de vomitar al decir esto. -Nunca vi algo como esto. Nadie hizo uno con una forma tan... perfecta. Parece real. Los shabtis suelen tener una pieza incompleta, solo así funciona el conjuro. Pero esto... supera a cualquier mago, incluso a mi tío. Es tan bueno que... asusta.
Sadie empezaba a temblar. Annabeth la ayudó a ponerse de pie.
-Oigan...-dijo Percy, mirando por todas partes. -¿Y Carter?-recién se dio cuenta de su ausencia.
-Ellos...-dijo Annabeth. Se sorbió un poco la nariz. Se había dado cuenta de algo. -Vinieron por él, el faraón. Pero no creo que ese sea su único objetivo. Entre ellos habían monstruos extraños, criaturas que nunca antes había visto...
-Eran demonios-la interrumpió Sadie. -Los que tenían cabeza de corchos y trompetas eran demonios egipcios.
-Así que eran monstruos egipcios y griegos... trabajando juntos. ¿No lo ven? Algo malo ha estado pasando. Tanto como ustedes y nosotros fuimos atacados por bestias de ambos mundos. Han formado una alianza. No sé cómo, ni bajo el mando de quién, pero esto es malo. Todo el mal de ambos mundos... unidos para destruirnos. Dudo mucho que estuviesestuviessolo por tu hermano, Sadie... sino también por Jason.
Percy se tiraba de los pelos, furioso. Tenía el rostro rojo, ya sea por furia o el llanto. A Sadie tampoco le gustaba. La idea de que los monstruos más crueles de ambos mundos trabajando juntos para matarlos... no era nada lindo. Para ellos ya era de por sí complicado el mundo egipcio. ¿Y ahora tenían que lidiar con los problemas de otro?
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La chica de dos mundos.
FanfictionArquel. Una chica de lo poco común, y de lo muy poco. Una de sus sorpresas de la vida es que resulta ser una semidiosa (aparte del anafaltebismo, el poco manejo del habla y amnesia). Y va en busquedad de un refugio para personas como ella: un campam...