Estaba sentada tomando café en el jardín. Uno de los pocos lujos se ser pretor. El aroma de las flores la calmaba. Más allá del Campo de Marte se podía ver una bella puesta del sol. Pero esa paz y calma fueron arruinados en un segundo.
Fue muy leve al comienzo, pero de a poco se hizo evidente el graznido de las aves. A lo lejos, sobre volando el Campo de Marte, vino una pequeña parvada. Pero pronto surgieron más aves. Cientos de ellas. Todos los de Nueva Roma miraban espantados el cielo, quien fue cubierto por miles de miles de pájaros. Fue tal la cantidad que hasta los rayos del sol fueron tapados.
Reyna los vio irse volando a toda máquina por el otro lado del horizonte, huyendo. Allí no solo habían aves del bosque, sino también de la ciudad. Todas las palomas y pichones en San Francisco se habían ido. ¿Pero de qué?
Por las calles de su pueblo se escuchaban a los perros ladrar y gruñir, y varios faunos que vagaban por allí parecían preocuparse de algo. Luego sintió un temblor. Pero no fue uno constante. Había algo que golpeaba la tierra. Con un intervalo de dos segundos, el suelo se agitaba. Reyna vio que su taza se agitaba, derramando parte de su contenido.
Inmediatamente, con su espada al cinto, salió de su jardín hacia las cabañas de los campistas. Empezó a gritar ordenes y a dar indicaciones. Todos los semidioses pararon de hacer lo que hacían y se disponían a cumplir sus órdenes. Se ponían sus armaduras y cogían sus armas. Todos los soldados se dirigieron al Campo de Marte, dispuestos a pelear.
Solo se hallaba por el momento la primera línea defensiva. El resto trataba de prepararse lo más rápido posible. Pronto todas las legiones estarían listas, con las catapultas y flechas preparadas.
Entonces el sol se ocultó, dejándolos en la oscuridad. Un par de antorchas brillaron sobre la colima del Campo Marte. Se exhibió una gran y gruesa línea de monstruos y demonios que los romanos nunca antes habían visto, rodeando por completo el Campamento Júpiter.
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La chica de dos mundos.
FanfictionArquel. Una chica de lo poco común, y de lo muy poco. Una de sus sorpresas de la vida es que resulta ser una semidiosa (aparte del anafaltebismo, el poco manejo del habla y amnesia). Y va en busquedad de un refugio para personas como ella: un campam...