Cambio de planes

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Un mes antes...

¿¿¿???

Di varios toquecitos, hasta que Dylan fue el que abrió.

- hola – comento haciéndose a un lado para que siguiera.

Seguí sonando mis tacones en el piso de hormigón - ¿Dónde esta bella?

- en la habitación comiéndose el tercer bote de palomitas con caramelo ¿quieres tú? – pregunto dirigiéndose a la cocina, le observe irse al mesón donde tenía dos más de tamaño gigante.

Asentí dudosa – sí, supongo. Entrare.

- dale, estás en tu casa - <<pronto será mi casa, junto a Nico. Eso te lo aseguro>> asegure en mi mente.

Camine hasta la habitación del fondo donde Isabella comía un pote de palomitas y tenía más en la boca completamente concentrada en la película. Observe la habitación completamente oscura pero muy bien organizada, desventaja gigante porque desde que llegaron a este apartamento jamás lo he visto desorganizado.

Al parecer Isabella es muy limpia y ni le interesa. ¡A mí sí! Y mucho.

- ¿Por qué me miras tanto? – pregunto aun comiendo y viendo a la pantalla de TV.

- venía a visitarte para ver que tal estas. Y por como veo, estas muy... - me gire a ver a Dylan con los otros dos potes de palomitas, dándome uno a mi repleto de caramelo recién esparcido aun brillando a la poca luz y emergiendo su aroma dulce e irresistible.

- ven y te sientas. Va a empezar pronto la siguiente peli y Dylan todo el tiempo se anda tragando mis palomitas – comento Isabella burlona dándole una palmada en la mano a Dylan cuando este iba a sacar palomitas del pote que acaba de traer.

- ¡pero si yo las prepare! – protesto.

- pero yo soy la embarazada. No tú – reto bella.

- también estoy embarazado – comento acariciando su estómago – es niño.

- ¿enserio? – Enarco una ceja bella – pobre de él, morirá de hambre contigo como padre y madre, si no es que antes muere de un infarto por verte.

Escondí una carcajada mordiéndome el labio – vale. Toma Dylan, come las mías si queréis.

- ¿y tú? – pregunto el enarcando las cejas.

- no tengo muchas hambre. El azúcar me hace daño.

- ¿Por qué? ¿Qué te hace? – pregunto Isabella curiosa.

- jaqueca. Y justo me acaba de empezar una, iré a la cocina a preparar un té. ¿Quieren? – pregunte caminando hacia la puerta.

- ¡sí! – gritaron los dos al unísono.

Perfecto. 

Nunca te dejaré de amar #2 MQADonde viven las historias. Descúbrelo ahora