Isabella
Al despertar, aún estaba inyectada con suero y todo seguía igual, mi bebe no estaba aquí. Fui al baño con dificultad y cuando Salí me fije que no había nadie cuidando de mí, Salí de la habitación y tampoco había alguien conocido por allí.
Suspire rendida y busque a tientas mi ropa en el closet. Me quite las agujas del cuerpo y me cambie en el baño, cuando finalmente me la pude poner, Salí de la habitación.
Camine por varios pasillos siempre cuidando de no encontrarme a nadie, pase por cuidados intensivos, evadiendo la habitación de pediatría.
Me tomo varios minutos poder salir del lugar y quitarme la cinta de registro de mi mano para poder salir sin que me devolvieran y corrí.
Corrí con todas mis fuerzas como si mi vida me la estuvieran arrebatando en ese preciso instante, sabía que no tenía móvil, ni dinero con el que poder pagar un taxi, así que decidí correr hasta la casa de pablo.
El día estaba tan gris que incluso no se podía divisar bien si era de día o de noche, todo estaba en pura neblina y el aire era húmedo y molesto.
Seguí corriendo sin importarme quedarme sin aire, seguí y seguí hasta que las lágrimas se agolparon en mis ojos reviviendo los últimos momentos que vi a Nicolás y mi bebe. Recordando el único instante en que pude abrazarlo y con Nicolás pudios ser una familia feliz, después de ello, no recuerdo más. Solo recuerdos borrosos de una enfermera sedándome y después a Nicolás al día siguiente emocionado porque trajeran al bebe, pero este ya no estaba en el hospital. Recuerdo perfectamente que enloquecí cuando nos dieron la noticia.
Sentí como mi vientre se cerraba ante la extrañeza de no tener mí bebe en mi vientre y la profunda desolación que recorrió mi cuerpo cuando Nicolás se fue corriendo prometiéndome encontrarlo. Desde entonces solo recuerdo llorar mucho en los pequeños lapsos de tiempo que estuve despierta y a maría consolándome y Gianna buscando una forma de tranquilizarme mintiéndome.
La lluvia cayó impetuosa por toda la ciudad empapándome y solo sentí como mis piernas fallaron y caí al suelo, una mujer intento ayudarme pero no la deje. Quería quedarme allí, llorando por el vacío que sentía en mi corazón. Por todo los sentimiento s que se agolpan en mi interior siendo este una batalla del cual ninguno saldrá vencedor.
De igual forma, saque fuerzas y logre levantarme y decidí caminar esta vez, después de todo ya solo faltaban pocas cuadras para llegar a la casa de pablo y algo me decía que allí podre encontrar muchas respuestas a mis preguntas que llegan mi mente en los últimos días.
Al fin cuando llegue, golpee dudosa de si estaba, tal vez estuviera con Nicolás y yo aquí. Sola.
Pero si estaba él y en el momento en que me vio, observe al fondo una cuna, donde allí dentro lloraba un bebe. Alce la vista para verlo mientras estos se humedecían.
- entra. Tengo que contarte algo antes de que Bianca llegue – finalizo agarrándome del brazo suavemente entrándome sin fijarme que había cerrado la puerta con pestillo.
******************
Nicolás
- hare lo que sea, solo devuélveme a mi bebe – murmure mirándola a los ojos, que alzo la vista con soberbia.
Se recargo sobre la mesa sin quitar la mirada de mis ojos - ¿Qué garantía tengo de que cumplirás?
Negué – tienes a mi bebe, eso es suficiente garantía – comente moviendo el pie debajo de la mesa, nervioso.
- lo pensare – añadió levantándose de la mesa.
Esto no me lo esperaba. La tome de la mano sorprendida haciendo que se girara.
- Bianca, yo...
- tu nada – me corto – dije que lo pensare mientras tanto deberías cuidar de la única familia que te queda si llego a negarme
Negué bajando la cabeza - ¿Por qué?
- ¿Por qué, qué? – enarco las cejas cruzándose de brazos parada.
Levante la vista demostrándole lo herido que estoy - ¿Qué te hicimos para que nos hagas esto? ¿Por qué nos quitas esto?
Me levante y Bianca dio un paso al frente acercándose a mí – lo único que hicieron fue, estar juntos. Todo sería más feliz para ustedes si hubieran terminado en algún momento o si tú la hubieras abandonado, pero preferiste quedarte a dejar que creciera ese bastardo en el vientre de Isabella. Eso me hicieron, ¿no vez que estoy enamorada de ti? Daría todo por ti, pero tú prefieres quedarte con ella.
- la dejare si es lo que quieres – solté rápidamente.
Negó sonriendo – sé que no lo harás
- ¿Cómo estas tan segura?
Ladeo una sonrisa arrogante señalando con un gesto a Gianna sentada a unas mesas de nosotros, después a maría en la entrada y al final a Yesid en la caja observándonos de vez en cuando a nuestra mesa.
- porque desde que llegamos, ellos están aquí y sé que tú los trajiste... - tomo su bolso y me dio un beso en la mejilla acercando su mano también – y también porque si tuvieras la intención de dejarla no abrías llamado a sus padres para que vinieran. No soy estúpida Nicolás, se lo que haces, y predigo perfectamente cualquier movimiento que harás antes de que lo pienses siquiera.
Decidido, lleve mi mano a la espalda para sacar el arma que me dio el padre de Yesid antes de que recibiera la llamada de Bianca, citándome para hablar, pero Bianca negó con el dedo.
- si intentas hacerme daño... - amenazo – me bastara con enviar este mensaje... - alzo el móvil con un mensaje diciendo que lo haga ahora, porque le hicieron algo – y tu hijo ya no vivirá un segundo más.
Cerré los ojos derrotado y baje la mano dejándome de ella. Bianca sonrió victoriosa saliendo del lugar.
- espera mi llamada, amor – fue lo último que dijo antes de recibir una llamada.
Descolgué al fijarme que era Tatiana.
- dime
- Nicolás, te tengo malas noticias... - murmuro mientras escuchaba de fondo al doctor gritarle a la enfermera por una medicina que no le dio a Isabella.
Me cuerpo se tensó de inmediato ante ese comentario - ¿Qué paso? ¿Isabella está bien?
- Nicolás...
- ¡dime, Tatiana! ¡¿Qué está pasando?! – grite enfurecido haciendo que todos se vinieran a donde estaba.
Tatiana ahogo un sollozo – Isabella escapó.
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Nunca te dejaré de amar #2 MQA
Novela JuvenilLas segundas oportunidades, son muy importantes y más en una relación. Una como la mía con Nico donde la confianza estará más que impresa en nuestra nueva vida en Milán. Lejos de Los Ángeles, nuestros amigos, padres e incluso de nuestros enemigos ¿o...