la llegada

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Isabella

Me lance a Bianca justo en el momento que me apunto con el arma haciendo que me quedara quieta observando el cañón aterrorizada.

Trague saliva nerviosa y alce la vista fija a ella.

- te me acercas y te disparo – farfullo entre dientes. Contuve la respiración sintiendo lentamente al ver que no bajaba el arma.

Después de unos segundos, la bajo y metió en su bolso. Me gire a ver por la ventana que entrabamos al aeropuerto y una lágrima salió muy rebelde, la cual quite con rapidez y frustración. Observe por el reflejo de la ventana a pablo mirándome también a través de la ventana con una expresión de completo arrepentimiento. Esboce una sonrisa forzada hacía él, por qué sé que él no tiene que ver nada con esto.

Puede que lo encontrara con mi bebe, en su casa pero algo en mi interior me dice que está siendo manipulado por Bianca, esa loca con un arma. Que aparentemente está obsesionada con Nicolás.

- tu no amas a Nicolás... - murmure aun mirando a través de la ventana – tienes una obsesión.

Me gire a verla, quien me fulmino con la mirada negando – yo AMO a Nicolás y sé que él en el fondo también a mí. Así que cállate si no sabes.

- Bianca, por favor... tú no eres así – murmuré suavemente tratando de hacerla entender, tratando de hacer que acabe con todo este disparate y me deje ir con mi hijo para encontrarnos con Nicolás – eres una buena persona, me lo demostraste muchísimas veces en todo el tiempo que hemos estado viviendo en Milán...

- cállate – espeto entre dientes – chofer, pare aquí – cuando se detuvo, salió del auto para ir a hablar con el piloto y dos azafatas que esperaban en las escaleras cordialmente.

Pablo se giró a verme y tomo mi mano con delicadeza – tranquila, tengo un plan para sacaros de aquí, solo debes confiar en mí.

Le suplique con la mirada que lo hiciera y asentí – confió en ti... - murmure mirándolo fijamente – te estoy confiando no solo mi vida, también la de mi hijo, por favor no dejes que le haga algo – suplique.

Pablo asintió aceleradamente saliendo del auto. Tomo a mi hijo y se fue, al momento el chofer me abrió la puerta y Salí recibiendo una oleada de viento húmedo que me hizo tener escalofríos.

Algo sucederá y temo que alguien termine muerto de aquí.

Nicolás

Conduje por todos los atajos que me indico Tatiana hacia el aeropuerto, mientras francisco hablaba por teléfono con la policía, quienes decían ya venía en camino al aeropuerto.

Trague saliva nervioso mirando a mi lado a Tatiana que tomo mi mano comprensivamente dándome alientos, suspire asintiendo de que todo estará bien y gire para entrar al aeropuerto, donde allí ya se encontraban Bianca cruzada de brazos junto a Isabella con las manos aun atadas, exceptuando los pies como vi en el video, se encontraba completamente despeinada y su ropa hecha jirones, a su lado, se encontraba pablo con las manos en los bolsillos fingiendo una posición seria y autoritaria. Pero el papel no le queda a la perfección, y él lo sabe. Suerte que este de nuestro lado.

Por su parte, una de las azafatas tenía en los brazos a mi hijo, y otra azafata tenía una maleta.

Detuve el auto y salimos todos, no sin antes francisco equiparse con una pistola, la cual cargo, al igual que Aarón. Tatiana me miró fijamente y salimos.

El aire estaba húmedo y pesado, igual que la situación. Caminamos los cuatro hasta quedar a unos pocos metros de ellos.

- cariño, te prometo que saldremos de aquí.... – afirmé seguro de mi ismo pero con un deje en mi voz de tristeza por la separación, y el hecho de que no me puedo acerca a ella o a mi hijo porque Bianca esta armada – se lo prometo a los dos.

Isabella asintió conteniendo las lágrimas al vernos a los tres especialmente aquí y susurro un te amo, que solo pude escuchar yo, incluso a través de la distancia.

- así que... pudisteis llegar antes de lo esperado – comento Bianca con una sonrisa en la cara – muy bien... sin embargo – blandió el arma señalando detenidamente a mis acompañantes – creo que te dije que vinieras solo.

- no dejare sola a mi hermana y su familia, porque son mi familia también. Confórmate con ello – farfullo Aarón altivo.

Bianca enarco una ceja en su dirección sonriendo de lado – está bien. Entre más testigos, mejor.

Camino hacia Isabella y le punto con el arma en la cabeza, negué dando un paso al frente.

- no le hagas nada, hare lo que sea – suplique deteniéndome cuando binca dirigió su mirada psicópata en mí.

- ¿lo que sea? – pregunto esperanzada.

Trague saliva nervioso asintiendo – lo que sea. Los abandonare si es lo que quieres y me iré contigo a donde desees, pero no le hagas daño... te lo suplico.

Ladeo la cabeza sopesando la idea bajando el arma. Dio varios pasos hacia mí hasta que quedamos frente a frente y llevo su mano a mi mejilla. Le sostuve la mirada triunfante que surcaban sus ojos mientras se acercaba más a mí, hasta que sucedió. 

Nunca te dejaré de amar #2 MQADonde viven las historias. Descúbrelo ahora