Chris quería golpear su cabeza contra el piso hasta perder la consciencia. La había jodido. Si tan sólo no se hubiese dejado llevar por las ganas de penetrar duro al moreno en la camilla, ahorita lo estarían haciendo o retozando unos minutos para volver a empezar.Había golpeado su orgullo sin piedad, él estaba consciente de que ambos eran alfas y que no sería sencillo el tema de quién iría abajo. Él, ilusamente, había pensado que por el coqueteo, la disposición y la forma en la que había aceptado su extraño cortejo, Phichit sería el que estaría debajo sin chistar; sin embargo este se había negado, empujándole tratando de invertir los papeles, pero Chris había reaccionado impulsivamente, mordiendo la unión de su cuello y hombro con fuerza, como si fuese un Omega, tratando de doblegarlo y ese simple acto había sido su fin. El moreno le había dado un rodillazo en sus partes nobles, provocando que cayese y doblase de dolor. El médico le miró con resentimiento. Phichit alterado, acomodó sus pantalones, tomó su chaqueta y al salir, azotó la puerta.
Al día siguiente fue a buscarlo a casa de los Katsuki y allí le encontró, junto al adolescente conversando aparentemente animado. Prefirió no interrumpir su plática más allá del saludo que les dio a ambos, conversó con la señora Hiroko sobre Viktor. Confirmando lo que le dijo Phichit el día anterior, Viktor estaba llegando a su límite de paciencia. El aprovechaba ese punto para sacar celos a Katsuki de la misma manera, pero el menor tampoco hacía ningún avance ya que aún seguía con su aura deprimente.
Chris aprovechó cuando Yuuri fue por un poco de té, sentándose junto al alfa. Quién formó una línea tensa en sus labios, aún seguía molesto con él y le entendía, sus dedos buscaron la mano ajena y dio una caricia con sus yemas en la palma del tailandés, escribiendo en ella un "lo siento", "déjame compensarte".
El moreno se hubiese reído de las cosquillas que le causaba, sin embargo, aún el resentimiento hablaba lo suficientemente alto en su interior para seguir con la cara de póker. Cambió el agarre de su mano para también escribirle un mensaje. "Te va a costar caro". Chris asintió, agitando sus pestañas largas y oscuras al parpadear. Phichit aprovechó que aún no había nadie más que ellos en la sala para tomarlo del mentón y besarle con profundidad, mordiendo la lengua del suizo con fuerza cuando este quiso tomar el control, así robándole un gemido y quejido al de irises verdes.
Cuando entró Yuuri nuevamente Chris ya no se encontraba junto al fotógrafo, ambos estaban relajados cada uno en su lugar. Les sirvió un poco del oscuro líquido, observando los dibujos notó el menor que la rigidez que traía Phichit en sus hombros se había disipado. Aquello le alegró tanto como le llamo la atención, ¿qué es lo que le había ocurrido en esos escasos minutos?
Luego de la partida del amigo de Yuuri las visitas de Chris fueron semanales, los resultados habían arrojado datos interesantes así como contradictorios.
Los dos primeros meses se había concentrado en observar si había algún progreso con el celo de Viktor, pero este no daba muestra de aparecer nuevamente; si bien los resultados obtenidos concordaban con el límite mínimo de lo normal, la ausencia de periodo por ya más de cinco meses desde su primer celo le preocupaban, decidió retirar el medicamento que le había suministrado de prueba por un mes.
Al terminar ese periodo de espera, Chris decidió intentar alterar el celo del albino con sus feromonas de alfa al dejarlas impregnadas en su ropa, o tocarle más de lo común, pero se ganaba siempre un buen golpe del virginal omega junto con amenazas en las que le castraría. Tampoco estaba resultando. Su última teoría era que cuando tuviese experiencias sexuales con un Alfa o su paciente "cerdito pez payaso", su celo se regularía.
Ambos aquello meses parecían perro y gato, sin embargo lograban comprenderse y empezaban a forjar una extraña amistad donde Chris había dejado de insinuársele además de los comentarios hirientes en donde le recordaba al veinteañero que era un omega y que dejase de encapricharse con la idea de ser un alfa. Chris le divertía molestar a Viktor con la idea de que este estaba celoso del trato de su compañero para con el menor de los Katsuki.
Porque sí, Chris había parado de molestarle luego del segundo mes de tratarlo, sin embargo su pareja seguía con el juego, sacando canas verdes al de ojos azules. A Chris no le molestaba el sano coqueteo de su ahora novio para con Yuuri, sabía que jamás se metería con el menor en una relación más allá de hermandad.
Estos cuatro meses habían permitido a Chris y a Phichit conocerse, salir a beber, cenar, discutir y volverse a reconciliar al ver cuán idiotas era cuando el hecho de querer ser el alfa del otro les cegaba. Había sido cómico que en sus intentos siempre se viesen frustrados por ese punto. Por lo que ambos se habían llegado al acuerdo que por intermedio de absurdas apuestas, el que saliese vencedor estaba en su derecho de montar al otro o dar órdenes, el vencedor haría lo que quisiese con el perdedor.
Y les había resultado de maravilla, la competitividad en ambos era bastante alta, por lo que la derrota o la victoria era por demás justa y ambos habían aprendido a saborearla.
Chris se había enamorado de Phichit, experimentando así la calidez de un cuerpo luego de una sesión de sexo, de sus extrañas costumbres y su infaltable gusto por la fotografía, su sonrisa amplia y sus gestos expresivos. El movimiento insinuante de sus oscuras y perfectas cejas formadas, así como el de sus manos, sus ademanes le habían encantado más allá del placer que podrían brindarle al tocarle como sabía, las pláticas que saltaban de un tema a otro con facilidad, él se había tornado un adicto de ese ascendente a tailandés que le consentía como sabía así como lo ponía en su lugar sin la necesidad de jugar al gato y al ratón. Su sinceridad y buen humor le habían hecho disfrutar la vida de otra forma, una a la que anteriormente había hallado insulsa. Su noble corazón al preocuparse por quienes quería y ayudarles sin la necesidad de esperar algo a cambio.
Aquellos cuatro meses en Viktor habían sido de cambios, él mudó la forma de ver a Yuuri. Había aprendido a observar al descendiente de japoneses.
Aquella antipatía y tirria, que tuvo al principio con el menor de los Katsuki se había disipado ya en la mitad del mes de conocer a Chris, Viktor le observaba en silencio mientras comía, era más amable y educado, sin embargo cuando lo veía con su amigo, reaccionaba de la peor manera, alejándose sin más las primeras semanas, sin embargo las últimas buscaba la manera de encontrar un momento a solas con el menor pero todos aquellos intentos se veían totalmente frustrados.
Además, el Omega no comprendía como Chris aguantaba al "fotografucho" (como solía referirse al de ascendencia tailandesa en sus pensamientos) todas esas muestras de afecto exagerado y toques innecesarios. La presencia de Chulanont le crispaba los nervios a niveles estratosféricos.
Sin embargo la idea de ser un alfa seguía latente para el de cabellos plateados, sólo dejaba de insistir cuando veía que el suizo perdía la paciencia y amenazaba con darle un par de buenas nalgadas, que según él le iban a encantar.
Para Yuuri esos cuatro meses habían sido parcialmente duros. Chris había empezado de nuevo a probar nuevos medicamentos. Por ratos caía rendido o se sentía por demás irritado, los atracones de comida habían regresado, por lo que su peso había vuelto a aumentar considerablemente. El menor prefería huir de Viktor cuando se encontraban a solas, inventándole mil y un excusas, si bien el de cabellos plateados había dejado aquella actitud espantosa del principio en el pasado, Katsuki hijo prefería rehuir de su presencia y refugiarse en Phichit, quien le animaba lo suficiente como para seguir con sus actividades.
Aquello hacía crispar los nervios del veinteañero, quien soñaba con mil maneras de matar aquel Alfa. Además, Viktor había llegado a ganar un lugar en los trabajadores del valle, el respeto había llegado junto con el reconocimiento, ya no se burlaban o mofaban de este por su condición un Omega, ese tema había quedado en el pasado, junto con su apellido. Sin embargo eso no terminaba de llenar el vacío que este sentía en el pecho, este permanecía allí, lacerando.
Así, ellos llegaron a principios de Agosto. El cálido verano se abría paso con un nuevo cúmulo de sentimientos floreciendo en sus corazones.
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Nota de la autora:Capítulo narrado en 3era persona.
Como siempre, si tienen alguna sugerencia con respecto a la ortografía y gramática soy toda oídos/ojos. Igual cualquier cosa me lo noticean ;).
Gracias de corazón por el apoyo brindado, me hace muy feliz que también les agrade la historia, así como yo disfruto en escribirla. <3
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Forjando nuestro destino #ViktuuriAwards
Fanfiction[AU] [Viktuuri] [Omegaverse] Yuri on Ice. Jamás había estado preparado para lo que le destino le tenía reservado. Él no tenía conocimiento ninguno para su verdadera naturaleza, la cual, le terminó despojándole de todo lo que consideraba propio...