Capítulo 28

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Tenía una sorpresa para mi pareja, hace meses venía planeando con Phichit y Chris, al igual que con mi familia

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Tenía una sorpresa para mi pareja, hace meses venía planeando con Phichit y Chris, al igual que con mi familia. Tenía decido pedirle a Viktor que se casase conmigo y formalizásemos oficialmente nuestra relación antes que naciera nuestro bebé. Quería que fuese lo más especial posible.

Sus espléndidos ojos azules siempre relampagueaban al escuchar la palabra amor o cariño, así como cuando le llamaba juguetonamente "papi" o "papito", aquello que nos convertiríamos cuando tuviésemos a nuestro cachorro en nuestros brazos.

Mari había traído consigo una caja con aquellos cuentos que yo había recibido cuando era un niño y adolescente por parte de Phichit. Ambos nos turnábamos interpretando parte de los diálogos, riéndonos y simulando escenas donde nos casábamos o vivíamos felices para siempre. Viktor siempre estiraba su mano simulando la escena donde recibía el anillo o lo intercambiaba con el mío, él tomaba un pedazo de hoja de papel y lo anudaba simulando aquel redondo objeto que simbolizaba la unión.

Cinco días antes había separado el dinero que utilizaríamos para los gastos de su internamiento y parto al igual que los de impurstos y alimentos, sobrando la cantidad necesaria para comprar unos bonitos anillos.

Viktor ya no conciliaba el sueño como al principio, así como tampoco alcanzaba la comodidad; nuestro cachorro estaba sumamente inquieto, pateando o rasguñando las entrañas de mi futuro esposo. Gimoteos escapaban de sus labios cuando las contracciones lo atrapaban, llamándome con desesperación, la primera que tuvo nos había asustado terriblemente, habíamos corrido al hospital para luego saber que había sido una falsa alarma. El médico de turno nos explicó cuando sabríamos que era la verdadera por sus indicaciones, por lo que cuando atacaba yo me sentaba a su lado dándole una de mis manos para que la estrujase mientras que con la otra acariciaba su vientre, mientras le cantaba la canción de cuna que mi madre me cantaba, logrando así calmar un poco su desesperación.

Al estar ya cerca de la fecha de parto pedí libre aquellos días, si bien el dueño del hotel me puso la condición de que si hallaba a alguien en ese tiempo mientras no estaba yo sería reemplazado, no me importó, yo tenía como prioridad cuidar de mi familia.

─Yuuri, amor ─le escuché susurrar lejano, despertando del mundo de los sueños, contestándole aún adormilado con murmullos.

─He soñado algo... ─sus manos se posaron sobre las mías.

─¿Vitya? ─. Desperté, elevándome con los codos para sentarme y poder observarlo correctamente─ ¿fue algo malo?

Negó suavemente, llevando nuestras manos hacia su bonito y redondo vientre descubierto.

─Se mueve ─señalé con cariño; dejé un beso en su hombro, viendo como él abría sus labios dejando escapar un bostezo.

─Vi a un hombre con cabellos grises sonreír y llorar emocionado, me hizo sentir amado y protegido ─contó.

Forjando nuestro destino #ViktuuriAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora