─Bienvenido a nuestro hogar papá ─musité, tomando su mano callosa entre las mías, apretándola con afecto. Me descalcé al igual que Yuuri, y le pedí a mi padre que nos imitase, había tomado parte de las costumbres de la familia de mi esposo como propias, así como él también había tomado parte de mis costumbres como suyas, como por ejemplo, tomar té varias veces al día acompañándolos con algún dulce o bocadillo.
Yuuri pidió a David que cargase a nuestro pequeño hijo antes de acostarlo, nuestro pequeño hijo parecía que había agotado todas sus energías aquella tarde, hiperactivo. Tal vez en la madrugada este se despertase y nos despertaría a nosotros, ya que este dormía aún entre nosotros con Makkachin, acompañándonos.
Fue hermoso y emotivo ver a mi padre estrechar a su nieto en sus brazos, más aún el notar el sutil aroma de sus feromonas, tan leve que me sentí de nuevo como un pequeño cachorro, queriendo abrazarlo e impregnarme de su aroma. De mis ojos empezaron a caer gruesas lágrimas, me sentí nostálgico y atemporal, fue allí cuando sentí las manos de Yuuri sobre mis hombros, observando en silencio la escena, acompañándome y dándome aquel soporte que necesitaba. El pequeño apretón sobre mí hizo girarme levemente y apoyarme en él, permitiendo que él limpiase mis mejillas con sus pulgares, dejando tiernas caricias en mis mejillas, calmándome. El omega de mi padre parecía haber vuelto después de tantos años.
Mi hijo restregó su rostro en su abrigo, ronroneando a gusto a la par que mi padre dejaba pequeñas caricias en las regordetas mejillas de Daveth, mi padre se veía orgulloso, emocionado, dejando que mi cachorro babease su pecho. Sus pequeñas orejas de lobito emergieron y el dulce aroma de mi bebé se alzó en respuesta.
Yuuri acarició mi espalda, frotándola, otorgándome tanto de sí sin decirme nada. Con cuidado este se separó de mí y besó mi frente al tomar mi rostro, comunicándome qué iría a hacer un poco de té, asentí y me acerqué a mi padre, abrazándolo sin más, notando como este elevaba su mirada celeste hacia mí, brillante, arrepentida, paternal y tierna, dejándose mimar.
─Te extrañé mucho Vitya, mi Vitya, mi hijo ─musitó sólo para mí, totalmente afectado, agitándose en mis brazos, hecho un mar de lágrimas al no lograr contener o suprimir más sus emociones.
─Papá ─lo llamé, ayudándole a tomar asiento en el sillón crema de la sala, ambos permanecimos abrazados, llorando en silencio. Yuuri llegó con el té y nos sirvió mientras limpiábamos nuestras lágrimas inútilmente, ya que estas volvían a caer sin tener señal que iba a parar. Yuri pidió a mi padre que le entregase a Daveth para irlo acostar en nuestra cama y hacerse cargo de él, dándonos así el espacio y la privacidad necesaria para charlar a solas.
Sin poderme resistirme más, acomodé mi cabeza en su regazo, echándome de costado, algo incómodo porque el mueble no era tan grande. Este había quedado totalmente asombrado y enternecido, ya que cuando cumplí los once había dejado de hacerlo, por lo que nos supo aquello más íntimo. Extrañaba sentir su calor cubrirme a la par que sus dedos peinando mis cabellos, relajándome como sólo él lo lograba.
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Forjando nuestro destino #ViktuuriAwards
Fanfiction[AU] [Viktuuri] [Omegaverse] Yuri on Ice. Jamás había estado preparado para lo que le destino le tenía reservado. Él no tenía conocimiento ninguno para su verdadera naturaleza, la cual, le terminó despojándole de todo lo que consideraba propio...