Capítulo 1

5.7K 422 93
                                    

Miré hacia el oscuro campo, me sentí indefenso entre el almácigo de arroz en el sepulcral silencio nocturno, mis piernas no respondían al impulso de correr, deseaba desesperadamente que lo hiciesen, por más lento que fuese, quería impulsarme en un vago intento de alejar el dolor que crecía en mis entrañas y se extendía por todo mi organismo; sin embargo, mis pálidos pies descubiertos seguían hundidos en la tierra fértil, enraizados, siendo sostenidos a duras penas por mis piernas que temblaban como un venado recién nacido.

Con los sentidos agudizados, reconocí con claridad el olor de la hierba y la densa humedad que se aglutinaba en el cielo a modo de nube, así como también percibí mi propio aroma con ímpetu elevarse en cuestión de segundos, al igual que mi desesperación, el deseo y el malestar físico se agudizaba, dejándome débil y aturdido.

Odié mi verdadera naturaleza aun desconociendo mucho sobre ella, las palabras dichas por mi padre aún resonaban en mi cabeza, golpeándome sin piedad, arrebatándome todo lo que tenía, quien era y lo que pude haber tenido.

"No debiste haber nacido..." "Eres una puta más en celo..." "Debí echarte luego que tu madre nos abandonó..." "Eres un omega, y como tal, tu deber es abrirte de piernas..."

Jadeos y más jadeos soltaba mi boca, a la par que la temperatura de mi cuerpo se torna cada vez más elevada. "Celo", jamás había oído hablar de ello hasta que mi padre me había echado, metiendo en mi bolsillo tres monedas de oro, como si con ello expiase sus pecados y su conciencia lo liberase de culpa alguna.

Me sentía desnudo, a pesar de la ropa invernal que traía puesta, además de expuesto y sucio ante el irracional deseo de ser tomado por otro hombre. Yo había nacido para ser un alfa, era lo que se esperaba de mí y yo estaba feliz con ello. Sin embargo, la vida me daba de nuevo la espalda, golpeándome sin piedad.

No era, ni sería alguien digno de amar.

Soy un animal que sería objeto de placer y vientre donde llevar una vida.

No más aspiraciones ni sueños.

Mis lágrimas se galoparon hasta que me fue imposible retenerlas, mis pálidas pestañas se agitaban al igual que mi pecho al tratar de regular inútilmente mi respiración desacompasada. ¡Yo era un alfa! Me repetía a modo de consuelo, tratando de que con ello, alterase el nuevo curso de las cosas, mis dedos se enterraron hasta sentir mi carne, agujereando mi gabardina y camisa en ese trayecto.

Chillé, cayendo sin más, mis piernas habían decidido dejar de sostener mi cuerpo y espíritu, humillándome. Como un ave, traté de batir mis brazos, sin embargo estos estaban tan rígidos, mi cuerpo se negaba a responderme como castigo. Elevé la mirada, aullando una vez más al cielo, siendo en ese mismo instante en que las hojas del almácigo eran sacudidas por algo más que el viento.

Parte de mi tembló más de ser posible ante el miedo, cerré los ojos, esperando que se fuese y terminase como cuando uno despierta en medio de una pesadilla, no obstante, cada vez fueron más claros las pisadas, hasta que pude sentir su presencia cerca.

Mis ojos se abrieron lentamente al percibir que este no había hecho ningún movimiento más, cruzando inevitablemente nuestras miradas. Jamás había visto un color similar dentro de la escala de marrones que solía adornar mi antigua residencia. Su tonalidad rojiza impresa en aquellos ojos rasgados me brindó aquella calidez y confort que necesitaba, tanto como aquella expresión preocupada en no dañarme, preguntándose si era correcto si quiera tocarme.

-------

Nota de la autora:

Este capítulo ha sido narrado bajo la perspectiva de ... creo que si le atinan o suponen bien de quién. Si sabes, no dudes en comentarlo xD.

Si tienen alguna sugerencia con respecto a la ortografía y gramática soy toda oídos/ojos. Gracias de corazón a quien lo lea <3.

Forjando nuestro destino #ViktuuriAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora