Capítulo 16

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Todo este tiempo había observado la dinámica entre mi pequeño hijo y el nuevo integrante de mi familia

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Todo este tiempo había observado la dinámica entre mi pequeño hijo y el nuevo integrante de mi familia. Ambos parecían animalillos salvajes, corriendo de un lado a otro de la jaula, explorándose desde sus esquinas, acercándose para volverse alejar.

Viktor se había convertido en el mejor compañero que hubiese deseado tener, además de que era un muy buen trabajador, jamás me daba problemas, él era aquel brazo derecho con el que podía contar en mi hogar. Si bien había notado que seguir órdenes no era su fuerte, el sólo acataba las mías sin cuestionar; también noté que él estaba mortificado por las miradas que les daban los demás trabajadores al principio, ya que estos lo subestimaban por su condición de Omega, el jovenzuelo en silencio les había demostrado cual absurda era esa etiqueta que solía limitar a su especie, ganándose así el respeto de los demás.

Poco a poco ese aprecio que tenía por él se acrecentaba, haciéndose un espacio junto con el de mis dos queridos retoños. Sabía que por más grosero que era con mi hijo Yuuri, le apreciaba. Habían veces en las que le había cuestionado el porqué de su pésima conducta, sin embargo el me daba de respuesta el silencio; era allí cuando le palmeaba la cabeza como a un pequeño cachorro diciéndole que no fuese tan duro consigo ni con los demás.

Viktor podía ser adorable como un niño, gastándome bromas para luego planear conmigo otras para mis otros trabajadores. Su sonrisa en forma de corazón era demasiado chistosa como para ser pasada por alto, por lo que siempre le molestaba con ello.

Las veces que le había preguntado por su pasado sus hombros se tensionaban, en una postura rígida me dejaba en claro que no me contaría la verdad y empezaría a mentir si insistía, aquella actitud me recordaba tanto a la de mi pequeño hijo, las veces que había insistido en que me dijese lo que pasaba por su cabecita hacía exactamente lo mismo. Lo poco que había logrado contarme era que los abuelos de parte de su madre eran rusos y que su padre era un beta. Pero jamás me comentó sobre qué había hecho antes de venir aquí.

Por mi esposa supe de su cumpleaños, Hiroko sabía tocar los corazones de las personas con su dulce carácter, sin embargo ella aun así se mostraba desconfiada. No le agradaba la actitud que el de cabellos plateados tenía para con nuestro cachorro, pero le había insistido lo suficiente como para que no se entrometiese, sabía lo protectora que era con nuestros cachorros, pero ella al igual que yo comprendía en el fondo que si uno de los dos seguía insistiendo ellos no solucionarían sus problemas de comunicación.

No fue que hasta las regulares visitas de Chris y Phichit llegaron a darles un empujón, según tenía entendido Phichit siempre se había mostrado con mi cachorro en una actitud que al principio creí que eran como las que tuve por Hiroko, sin embargo aquel joven me había demostrado que sólo tenía ojos de hermano para con mis hijos y que la ayuda que nos daba era del todo desinteresada al igual como la familia de mi esposa lo tuvo para con ellos.

Viktor reaccionaba como un gato mimado, odiaba la presencia de Phichit, le observaba con cuidado y se retiraba antes en cuanto les veía juntos. Sin embargo luego de mi último viaje a la ciudad les observé juntos a pesar de que fingían aún una distancia a los ojos de mi querida esposa, quien parecía la maestra de clase impidiendo un amorío entre compañeros.

Forjando nuestro destino #ViktuuriAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora