—¿No quieres saber cuántos años tengo? —sugirió el gato mientras mostraba su adorable sonrisa.
—En un segundo... Creo que yo misma podría adivinarlo.
ChatNoir supo que se iba a transformar luego, y se fue de ahí. Alya reía... Decidió seguirlo. Corría trás de él mientras grababa en su Ladyblog.
En unos instantes apareció unas luces verdes que envolvían al chico. A ella se le calló el teléfono pero quedó estática al saber quien era el héroe gatuno que defendía París todos los días... El mismísimo Adrien.
Tomó su celular pero dejó de grabar. Ya que era su amigo y quizás él mismo no quería revelar su identidad y ella respetaría eso. Bueno, igual le contaría a Marinette.
Escondida de aquel, corrió hacia donde estaba su amiga que probablemente la esté esperando. Al verla se frenó en seco y respiraba fuertemente debido al cansancio por correr.
—¿Donde estabas, Marinette? —agregó—. ¡Hay algo que debo contarte!
Ella se tensó.
—¿D-descubriste quien es Ladybug?
—No, niña. Pero si quien es ChatNoir.
La cara perversa de Alya asustó a Marinette. Ella quería saber quien era, pero a la vez no... Reglas son reglas. Y ella NO debía saber quien era.
—¡Genial! Me avisas mañana en clases, ahora estoy muy cansada... Nos vemos, ¿sí?
La morena lo pensó un poco, como si sacara conclusiones. No dejaba de mirar a su amiga, pero era para ponerla nerviosa. Amaba hacer eso. Luego sonrió y asintió.
Al llegar a su habitación, no podía dejar de pensar en su gato enmascarado. Tikki no estaba de acuerdo en que se conozcan y estaba muy preocupada con la situación. Lo único que mantenía alegre a Marinette, era que había encontrado su libro de historia.
Había ignorado tres llamadas de Alya, mañana tendría la excusa de decir que estaba durmiendo. Ya estaba preparada para el examen de mañana y prefirió dormir... Le costó mucho despejar su mente.
Ese gato le quita el sueño.
**
Marinette se removió en su asiento al ver a su amiga entrar al salón. Sus manos estaban sudando. ¿Quién será? ¿Quién será? ¿Quién será? Era lo único que podía pensar en ese momento de tensión.
—Es Adrien.
Soltó rápidamente, había susurrado muy bajito para que nadie escuchara. Alta miró a su amiga para ver su reacción... Pero Marinette sólo rió.
—Si claro, y yo soy Ladybug —su sarcasmo hizo que su amiga se riera.
—Hablo en serio.
Ella no estaba segura, quizá su amiga le estaba jugando una broma de mal gusto en la que tarde o temprano iba a caer. No podía creer en todas las veces que lo había rechazado, realmente no podía.
Le encantó la noticia obviamente, pero había algo que la entristecía. Ella sabía que su compañero gatuno sentía cierto afecto por ella siendo Ladybug. Como también sabía que era muy difícil que la quiera siendo nada más y nada menos que Marinette.
Esa tarde la azabache agarró valor, lo necesitaba. Tenía que hablar sobre él en él asunto. Pero lo haría con su traje, era mucho menos difícil. Recorrió las calles de París mientras pensaba en lo que tenía que decir, se tensó cuando llegó a casa de Adrien... Si esto era mentira, Alta pagaría las consecuencias.
—H-hola, soy Ladybug, yo...
El rubio la miró asombrado, estaba parada en su habitación y no había ningún akumatizado. ¿Entonces por qué habrá venido?
«¿Estoy soñando?» pensaba.
—Hola, ¿qué está pasando?
El mostró una sonrisa que rápidamente se desvaneció al ver la palidez en su rostro. Algo estaba sucediendo... Algo que ponía nerviosa a su Lady.
—Seré directa... Hola gatito.
—¿Ah? —Adrien sintió nervios al instante. Sólo reía intentando no demostrar que estaba nervioso, pero no podía ocultarlo.
¿Estará jugando con él? No dejaba de preguntarse. Esperaba a que ella no esté desilusionada por ya saber quien era ChatNoir. Ella no lo estaba, en realidad todo lo contrario. Estaba feliz y muy asombrada.
—Sé que eres ChatNoir... No tienes por que fingir. Tu secrei estará a salvo conmigo. ¿Somos un equipo no?
Fue cuando palideció inmediatamente.
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Lo que queríamos que pasara en Miraculous Ladybug
RomanceBesos, abrazos, actitudes y acontecimientos que nunca pasaron en Miraculous Ladybug... Ahora están aquí.