Capítulo 24- Volpina (parte 2/2).

86 9 2
                                    

Final alternativo 2:

Ladybug se sintió en apuros por la trampa en la que había caído, estaba tan asustada que no podía pensar bien. Volpina reía ferozmente mientras pensaba que la heroína de puntos negros estaba ya vencida.

Le pidió ayuda a Chat Noir por llamada, fue tan rápido que sólo alcanzó a decirle eso y Chat se dedicó a registrar la ubicación.

—¡Te dije que no te movieras! —gritó furiosa la akumatizada. Ladybug la miró desafiante y tratando de ocultar todo el miedo.

Suspiró hondo—. ¿Quién eres?

La muchacha pareció quedar incrédula con la pregunta que había hecho la chica. Se acercó un poco para atormentarla, mientras no dejaba de sonreír. Hawk Moth también lo hacía, estaba ansioso. Prácticamente, Ladybug estaba siendo vencida.

—Sólo intentas desconcentrarme, Ladybug —murmuró con voz profunda. Segura de si misma—. Ahora me darás tu miraculous o morirás, tu decides.

Ladybug pensó que era el fin. Se resignó y miró hacia el suelo. Cerró los ojos con la esperanza de que apareciera su gato a salvarla, pero luego perdió las esperanzas. Tal vez, era hora de dejar de luchar.

Quitó sus aretes con sumo cuidado y demorándose, quería darle tiempo a su compañero. Lamentó no poder decirle la dirección, pero confiaba plenamente en él y en sus habilidades, aún que le costaba admitirlo, igual era un gato astuto. Bueno, la mayoría de las veces.

Volpina se los arrebató velozmente mientras reía. El traje ya no cubría el cuerpo de Marinette, ahora sólo era ella misma. Se sintió débil, dejó caer sus rodillas al piso y una pequeña lágrima había salido de sus ojos.

La akumatizada iba escapando, prácticamente iba hacia donde estaba la base de Hawk Moth y eso no era nada bueno. Tenía que idealizar un plan, pero no sabía como hacerlo. Mientras pensaba en el plan, rápidamente se distraía con lo que había pasado. Aún no podía creerlo, no sabía lo que iba a pasar... Y justo cuando necesitaba apoyo, Chat Noir tocó su hombro derecho.

—Hola Marin... Digo niña —agregó un poco nervioso al darse cuenta que casi comete un error—. Verás, estoy buscando a Ladybug, es una damisela en peligro en este momento y se supone que estaba en este lugar, donde estás tú. ¿La haz visto?

Ella no tenía esperanzas. De seguro Volpina ya había llegado a la base y ellos no tenían ningún rastro. Todo estaba perdido, ya no tenía sentido seguir.

—Una chica con traje de zorra se la llevó.

—¿Hacia que dirección? —se alistó para el ataque mientras observaba en donde podría estar.

Marinette lo miró divertida, él la hacia reír hasta en los peores momentos. Su mirada hizo que Chat volteara a verla también, un poco confuso. Hasta que habló para relajar el silencio:

—Hacia allá —apuntó Marinette.

Por suerte Volpina no había recorrido mucho. Chat pudo verla desde un punto lejano. Corría lo más rápido posible por los edificios de París, mientras intentaba no perder de vista a Volpina. Lo raro era que no veía a Ladybug, algo andaba mal y lo tendría que descubrir.

Se acercó más hasta alcanzarla y tumbarla contra el suelo. Aquella cerró los ojos por el impacto y estuvo unos segundos así. Chat Noir se acercó con cuidado y casi sin emitir sonido alguno.

Volpina se incorporó nuevamente pero sentía su cuerpo muy pesado por lo que volvió a caerse. Miró furiosamente al provocante de su caída, iba a batallar contra él pero se dio cuenta de que se le habían caído los aretes de Ladybug.

—¡NO! ¡Qué hiciste, gato tonto!

—La única que puede llamarme así... Es Milady —abrió su mano derecha para mostrarle los aretes, Volpina, en un movimiento rápido itentó intentó quitárselos, pero Chat fue más rápido y cerró la mano de inmediato.

Ella gruñó.

—¿Qué hiciste con ella?

De pronto sintió muchos nervios al pensar en lo malo que le pudo haber pasado a Ladybug. La akumatizada aprovecharía ese momento para hacer una buena jugada, todavía quedaba una carta que tirar.

—No te diré donde está... A menos, que me des sus aretes.

Era algo muy difícil de aceptar. Cualquier cosa que dijera, afectaría a su lady igual, por lo que no supo que hacer. Tragó saliva con nerviosismo y sintió como el miedo se iba apoderando poco a poco.

Marinette seguía corriendo hacia donde había visto a Chat Noir, pero era muy lejos, por lo que se demoraba mucho. Ella ya había perdido las esperanzas sobre ser ladybug, pero no quería que nada le pase a Chat Noir, él no se merecía eso.

—Decide ya, o tu lady... Morirá.

Frente tanta presión, optó por estrechar la mano y dejar libre los aretes. Pero nuevamente cerró la mano —. Tu no me mostrarás donde la tienes ni aunque te pase su miraculous.

La observó con una mirada dominante. Volpina sabía que juego estaba tomando pero no quería arriesgarse. Sonrió para que el creyera que está relajada.

—Será mejor que creas en mi, o yo misma me encargaré de exterminarla.

Él sintió que debía entregarle los aretes, no había de otra que hacerlo. Nuevamente estrechó un poco la mano.

—¡No lo hagas, Chat Noir! —él se volteó, ocultando otra vez los aretes y viendo a Marinette que se acercaba.

—No te acerques, puede ser peligroso.

Marinette hizo exactamente lo que le dijo que no hiciera y le quitó los aretes. Rápidamente se convirtió en Ladybug sin importarle lo que pasaría. Su identidad ya lo sabía Chat, pero después vería que hacer con ello. Juntos batallaron contra Volpina y la pudieron desakumatizar.

—Marinette, tu eras Ladybug todo este tiempo —Chat aún seguía impactado.

Ella asintió tímidamente, sin poderlo mirar. Charlaron sobre todo lo que habían pasado juntos, hasta un beso surgió entre ellos dos. Se acordaron de todas las anécdotas, ella ya no se sentía tan mal. Al fin y al cabo, que Chat hubiese conocido su identidad no estaba tan mal.

—Marinette, yo soy Adrien... Adrien Agreste.

Aquella se ruborizó.

Lo que queríamos que pasara en Miraculous Ladybug Donde viven las historias. Descúbrelo ahora