El brazalete se había perdido y al parecer todo el mundo estaba preocupado. Chloé chillaba con su detestosa voz todo lo que podía, sin parar de quejarse.
La más sospechosa era Marinette, por lo que el caso se cerró así. La muchacha no aguantó la impotencia y se alejó del salón, arrastrando sus pies hasta el parque. Se sentó y abrazó sus piernas.
—Impotencia por la injusticia y el incontrolable deseo de venganza, mm... Una presa fácil para mis akumas —dijo Hawk Moth—. Vuela mi pequeño akuma, haz tu trabajo.
Marinette no podía entender por que no confiaban en ella. Sobretodo su padre o su mejor amiga Alya. De Chloé esperaba lo peor y no le importaba, pero de ellos no. ¿Qué pensaría Adrien de ella?
—¡Marinette, al fin te encuentro! —exclamó Alya, acercándose.
Parecía cansada, como si hubiera corrido todo el lugar. La miraba sin expresión alguna, estaba ocultando su impotencia y enojo. Sabía que ocultarle cosas a tu amiga no estaba bien, pero era una opción. No quería ser cruel con ella.
—¿Confías en mí? —sonrió débilmente.
—Si, pero...
—¿Pero qué? —la interrumpió rápidamente, poniéndose de pie—. Yo confío en ti sin peros, Alya.
Ella asintió con la cabeza agachada.
—Encontraron el brazalete de Chloé.
—¿Y...?
—Estaba en tu mochila —agregó lastimosamente Alya, que ahora estaba mirando a los ojos a la peliazul.
Marinette estaba procesando todo lo que su amiga le había dicho y no podía creerlo. Alguien la había puesto ahí, y iba a descubrirlo. Intentó calmarse, suspiró pesadamente y miró a la morena que estaba incómoda en su sitio.
—Alya, no fui yo —agregó—. ¡Solucionaré esto!
—Marinette, ya basta. Sé sincera conmigo.
Volteó dubitativa.
—¿Sigues sin creerme, Alya?
La morena se removió en su lugar mientras asentía frágilmente. Marinette estaba peor que nunca. Alya, su mejor amiga, no le creía. Probablemente sus compañeros tampoco,su padre debería de estar muy avergonzado.
—¿Sabes qué? No importa, ¡no tengo que probarle nada a nadie!
«Hola Justicenette, soy Hawk Moth. Te doy el poder de imponer justicia en París y demostrarle a todos que eres inocente del robo. Pero a cambio debes traerme algo a cambio»
Aparece al rededor del villano los aretes de Ladybug y la sortija del gato negro. Aquella estaba completamente confundida, pero en ese momento, dejó de ser ella.
Ya no era Ladybug.
—Si, Hawk Moth.
En su mente sólo estaba la justicia y la venganza, no sentía nada más que eso. En cambio Tikki estaba muy preocupada, quería hablarle a Marinette pero no podía mostrarse y decir información muy importante ante el villano, la identidad.
—¿Ma- ma... Marinette?
—¡Soy Justicenette y voy a acabar con toda la injusticia de París! Acompáñame.
El traje era azul, ajustado como el de Ladybug, pero sin las motas. Tenía diseños policiales, y un guante gigante de azul más oscuro en su mano izquierda, era donde disparaba.
El salón de clase estaba asombrado por ella, todos echaron un paso hacia atrás. Sabían que era ella por que Alya les hacía ceñas incontrolablemente con las manos.
—Alcalde Bourgeois, estoy informada que a una alumna llamada Marinette ha sido acusada por su hija, injustamente, por el robo de un brazalete. ¿Eso es verdad? —su melodiosa voz suave intimidó al papá de Chloe, estaba sudando.
—Ah, no. Ella fue la culpa...
—¡Cállese! —lanzó un láser que hizo que el alcalde Bourgeois quedara esposado—. Usted está acusado de corrupto y de abuso a la autoridad. Desde ahora en adelante, la orden y ley de París está bajo mi cuidado.
La profesora anunció a los alumnos que corrieran a sus casas, esto provocó una risa incontrolable a Justicenette dejándolos escapar.
—Usted queda acusada de dar ordenes cuando la única que puede hacer eso, ¡soy yo! —espetó soltando otro lázer que la esposó.
Miraba a toda la sala y no había nadie. Se maldijo por dejarlos escapar, ya que quería encontrar a Chloe y demostrarle que ella no había robado su brazalete. Después averiguaría como.
—Plagg, hay que transformarse —susurró Adrien escondido en la biblioteca.
—¿Tanto por que robé esa cosa y luego lo escondí en la mochila rosada?
—Después tendré que inventar algo para defender a Marinette, por tu culpa —frunció el ceño—. ¡Plagg, las garras!
El gato negro recorrió todo el lugar tratando de ver donde podía ocultarse Justicenette. Alya había subido un vídeo en vivo en su Ladyblog, informándole a Ladybug que viniera pronto. Estaba con Justicenette en casa de Chloe. Él se dirigió hacia allá.
«Ladybug no se ha acercado, esto es extraño»
Algo en ella sintió confusión. Estaba completamente extrañada, se quedó quieta unos segundos procesando todo y no entendía nada. Por lo que prefirió callarse y seguir con la misión. El kwami estaba encerrado en el bolsillo sin querer salir de ahí, no sabía que hacer. Tikki estaba muy mal, llorando por no tener salida. Sólo estaba esperanzada en que Chat Noir la haría entrar en razón. Pero luego pensó en que él no sabía que era Ladybug y no supo que hacer.
—¡Quedas acusada de... Robar mi corazón! —entró el gato rompiendo una ventana mientras veía lo hermosa que se veía en ese traje.
Hicieron un par de acrobacias pero ninguno podía hacerse daño. Eran casi iguales en pelea, hasta que el palo calló lejos de Chat y aquel en él suelo.
—Los gatos siempre hacen problemas.
Iba a lanzarle un láser pero aquel lo esquivó.
—¡Intenta arrestarme por eso!
Se llevó a Chloe al primer lugar en donde se le ocurrió llevarla. A su casa. Le dijo que se quedara ahí y no se mueva. La rubia aceptó contemplando la casa de Adrien.
Justicenette entró buscando con la mirada a la rubia. Pero encontró a Chat Noir con una rosa en la boca.
—Llegas puntual a nuestra cita, eh.
—¡Deja de burlarte! —lanzó muchos lásers sin poder lograr su objetivo. El gato era ágil. Pero ella lo era más.
Hizo un movimiento extraño, como si tuviese yoyo en vez de un guante y quedó confusa en su sitio. El gato también lo estaba. Se había acordado a su Lady y la esperaba más que a nada.
«Ladybug no ha aparecido, pero quítale el miraculous a Chat Noir, ¡su anillo!
—Entendido —susurró.
Estuvieron peleando por un buen rato, hasta que al fin lo había atrapado. Caminó lentamente hasta donde estaba su “presa” mientras reía. Había ganado.
—¡Alto, Marinette! ¡Tú eres Ladybug, no Justicenette!
Justicenette se detuvo a unos centímetros del gato para ver al kwami rojo que estaba adelante. Chat Noir miraba atentamente la escena, Hawk Moth estaba impresionado y nadie habló en ese momento.
Nadie sabía lo que estaba pasando.
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Lo que queríamos que pasara en Miraculous Ladybug
RomanceBesos, abrazos, actitudes y acontecimientos que nunca pasaron en Miraculous Ladybug... Ahora están aquí.