Capítulo 23- Princesa Fragancia (parte 2/2).

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Marinette se había apurado lo suficiente. En el camino observó una nube de perfume que se expandía cada vez más, a una velocidad considerable. Pensó en que era lo correcto, y recordó lo que había aprendido en clase.

Logró la atención de Chat Noir y Laybug, por lo que la princesa Fragancia dio la orden de que tenían que ir por ella rápidamente. Todo iba a corde con el plan. Chat Noir extendió su vara y Marinette se aproximó al barco. Quitarle los aretes a Chloe fue factible, en unos segundos ya era Ladybug nuevamente. Se sentía bien y satisfecha.

El cataclismo había sido útil. Realmente iba en su contra, fue un ataque de Chat Noit, pero con sus magníficas habilidades supo como desviarlo... Y controlarlo. Chocó contra una parte específica produciendo la activación de la supuesta sorpresa del alcalde al príncipe.

Ladybug empujó con todas sus fuerzas a los dos chicos que la habían perseguido, hacia el agua. Ella, ya extrañando usar su yoyo, lo aproximó bien lejos, para así poder huir de ahí.

—Resiste Tikki —dijo acordándose de su kwami que estaba resfriado.

Encontró a la Princesa Fragancia junto a su supuesto príncipe. Utilizando su amuleto encantado no fue un problema tan grande vencerla. Hawk Moth, por otro lado, estaba más que furioso por haberse confundido sobre lo sucedido. Se suponía que Ladybug estaba bajo el poder de la princesa Fragancia.

**

Marinette corrió con apuros hacia el lugar que Tikki le había indicado. La pequeña mariquita estaba muy mal, de un momento a otro se podía decir que hasta respirar le dificultaba.

Chloe, viendo a Marinette, la siguió con curiosidad. El maestro Fu, al terminar de restaurar la salud de la pequeña Tikki, Marinette le agradeció. De verdad estaba muy contenta, Tikki era lo mejor que le pudo pasar en la vida, era más que un Kwami, una amiga incondicional.

—¡Hola Marinette! ¿Qué haces aquí?

—¿Chloe? —preguntó mirándola seriamente. Aún estaba enojada por lo sucedido.

Las chicas caminaron hacia el parque para conversar mejor. Sinceramente Marinette no tenía ganas de conversar acerca lo sucedido. Era obvio que Chloe sabía su identidad, y eso le molestaba también. De todas las personas en el mundo, la que menos quería que supiera el secreto, es Chloe.

—Lamento quitarte a tu...

—Kwami —interrumpió Marinette, ya más calmada.

La rubia la observó un poco, viendo a su alrededor a Adrien y Nino caminando por ahí. Aquel se percató inmediatamente de ellas dos, pero no se acercó por que no quería interrumpir la conversación.

—Es sorprendente —dijo Chloe suspirando.

—¿El qué?

Sonrió mirando sus pies, un poco avergonzada.

—Que cuando eres Marinette, te detestaba y cuando eras Ladybug, te idolatraba —rió a carcajadas con ternura—. Lamento todo lo que te hice.

Charlaban como si fueran las mejores amigas del mundo. Chloe ya sabía todo, menos del amor que sentía Marinette hacia Adrien. Eso solo lo podía saber la única e irreemplazable Alya.

—Marinette, ¿podemos hablar? —aquella dirigiéndose a su casa y oír esa voz peculiar, se volteó. Encontrándose con los ojos verdes que la mataban día a día.

Lo miró un poco aturdida. Tuvo una sensación de que él sabía que era Ladybug. Se puso nerviosa enseguida mientras intentaba respirar profundamente hasta que al final, asintió no tan segura. El se percató de eso, de que ella no se sentía cómoda con el tema, de que no quería que supieran su identidad. Y él la entendió.

—Sólo quería decirte que yo también tengo un Kwami —le guiñó el ojo. Ella asombrada por lo que su amigo le había dicho, lo miró unos instantes para comprobar si lo decía en serio o no, y lo decía en serio. El rió tiernamente, dándole unas palmaditas en la espalda—. Hasta mañana... Milady.


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