Capítulo 17- Antibug.

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—Tú eres Ladybug, con o sin disfraz.

Ella dudó un poco de si misma... Como solía hacerlo.

—No sé si pueda hacerlo —dijo angustiada. Sintiendo como se empezaba a poner nerviosa al instante.

Se le había ocurrido una idea perfecta, había puesto el vídeo en su celular en donde salía ella diciendo “Chat Noir y yo somos un equipo imparable” por lo que Antibug captó su voz y fue hacia donde estaba su teléfono, callendo en la trampa inocentemente.

—¿Ladybug?

Marinette empezó a desatar a Chat con sutileza pero rápidamente, él miró hacia atrás para verla en acción. Se desconcertó instantáneamente cuando vio que la chica que lo estaba ayudando no era Ladybug, si no, Marinette.

Ella corrió para esconderse y poder transformarse, pero a medio camino fue tomada del brazo sutilmente. Al voltearse quedó perpleja mirándolo directamente. Sin saber que decir, sólo empezó a mirarlo para ver su reacción, él hacía lo mismo, hasta que llegó Antibug.

—¡Cuidado princesa! —la llevó atrás de él mientras impedía que Antibug hiciera un ataque hacia ella—. Detrás de mí.

Ambos batallaban, ella no podía dejar solo a Chat Noir, por lo que decidió correr hacia donde estaba su kwami. Probablemte ya había terminando de comer la galleta, era hora de convertirse.

**

—Gracias por tu consejo, Chat Noir.

—Somos un equipo, ¿no? —la miró tiernamente.

—Imparables.

Ella corrió al lado de él. Al mirarlo sintió como si el tiempo avanzara en cámara lenta, él también posó su mirada en los azules ojos de ella, misteriosos y hermosos... Igual que la persona que los tenía. Sonrió pensando en que alguien debería parar el mundo en ese momento, ese momento... Que lo hacía muy feliz. Era como una conexión que hizo despertar algo en él, un sentimiento que hace mucho tiempo no estaba. Probablemente sea lo que todos buscan, la felicidad.

Al siguiente día en clases, pasando a su sala pudo verla sentada en su respectivo puesto. Estaba conversando con Alya, no había pensado nunca lo hermosa que era su sonrisa. Se quedó observándola un rato, hasta que ella se dio cuenta. Rápidamente él desvió su mirada, no quería incomodarla, ni mucho menos parecer un psicópata.

Vio las señas de Nino, invitándolo a pasar. Ocultando su nerviosismo, entró, sin poder mirar a la chica de pelo azul, pero sintiendo su intensa mirada.

—Sólo procura que no se te caiga la baba al piso, ¿si? —susurró Nino, con la intención de que solo lo escuche él.

Se tensó un poco, no creyó que era tan notable lo que estaba haciendo. Sólo sonrió mientras ladeaba la cabeza hacia ambos lados, negando nerviosamente.

Por otro lado, Marinette también vio que él estaba observándola. Casi podía creer que la estaba contemplando. Obviamente se sintió alegre y por dentro tenía muchas mariposas hambrientas de amor.

—Alya, me miró, me miró, me miró, me miró —bisbiseó la chica enamorada.

Alya rió fuertemente mientras no podía evitar sentirse bien. Al fin y al cabo, pareciera que él la estaba valorando al fin.

Al terminar la clase, Adrien le entregó un pequeño papel a Marinette. Aquella, con curiosidad y asombro lo leyó. Dejó de sonreir al leer lo que decía adentro. Divisó a Adrien por toda la sala, pero estaba sola. Todos ya se habían ido, incluso él.

Guardaría ese valioso pedazo de papel por siempre. Sabía que jamás lo iba a olvidar, como también sabía que tendría muchas cosas que explicarle. Esa frase, era todo lo que sentía en ese momento. Él era Chat Noir, su Chat Noir.

Esa frase, era:“Somos un equipo imparable, Ladybug”.





Gracias por leer. Perdonen si es corto y ojalá les guste:3. Bye!

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