Marinette había despertado con la felicidad máxima. Cada segundo parecía perfecto y su primer frase del día fue: ¡Feliz cumpleaños!
Su emoción era debido a que su amor platónico estaba de cumpleaños hoy. Teniendo eso en mente, se paró de su cama frenéticamente y tocó su computador. Vio la foto del chico perfecto y su rostro se vio sereno.
—Feliz cumpleaños, Adrien.
**
Había llegado el momento más difícil.
Al lado de la chica, estaba su mejor amiga Alya alentándola para que pudiera entregarle el regalo al rubio.
Parecía una tarea extremadamente fuera de alcance, difícil, complicada, y todos los sinónimos. Sus nervios reinaban en su ser, se senría presionada por ella misma pero aún así no podía. Es como si sus pies no querían avanzar, sus labios hablar... Sus ojos, mirar.
Un sentimiento de frustración apareció.
Tanto como en su amiga y en ella.
—Marinette, ¡Lo haz intentado toda la mañana! —exclamó Alya—. Hazlo de una buena vez.
Empujó "delicadamemte" a la azabache que caminó hasta donde estaba Adrien conversando con su mejor amigo Nino. Ellos posaron su mirada en ella, su postura no era la adecuada. Ojos tímidos y manos hacia la espalda, queriendo ocultar algo.
—Hola.
Articuló lo más que pudo pero aún así sonó como si estuviese asustada. Y lo estaba, no tanto así, más nerviosa. Pero de todas maneras sentía un poco de miedo y malestar. No sabía si odiar o no a su amiga, la había ayudado. No se hubiera atrevido si no fuese por su cariñoso empujón.
El rubio se acercó sin mover sus pies, agachó un poco su cuerpo para quedar a la estatura de su compañera y la saludó.
—A-adrien... Yo... —dijo completamente sin palabras—. Quería, am... Un regalo hice, ah... Regalarte un hice...
Se había acercado Chloé, para su mala suerte. Su presencia no ayudaba en nada, aun que... Marinette ya estaba nerviosa desde hace rato. Tras una pequeña espera, la rubia empujó a su compañera para poder hablar con Adrien.
Marinette se paró rápidamente del suelo.
Iba a decirle algo, cualquier cosa... Una ofensa tal vez, pero se acerca su mejor amiga a detenerla. Adrien se percata de la situación y sintió que tenía que ir hacia donde estaba su amiga sonrojada.
—Ahora vuelvo —Adrien iba a paso lento hacia donde estaba Marinette—. ¿Qué era lo que querías decirme?
Le muestra una cálida sonrisa que hace a la joven enamorarse más de él. Y provocó en ella una sensación de paz y perfecta armonía en si, para que pueda funcionar bien todos sus sistemas y sobretodo, el sistema nervioso.
—F-feliz cumpleaños.
Alya acercó a Marinette para que aquella lo abrazara y así pasó. Adrien se sonrojó y la morena se sintió satisfecha. Rió por habe hecho eso y se fue lentamente.
—Iré a hablar con Nino, nos vemos.
Pudo sentir su cuerpo contra el suyo en un abrazo tan imprevisto pero cálidamente cariñoso. Algo que ella siempre había querido sentir, había durado muy poco pero era lo que necesitaba para que el día sea alegre.
Se percató de que el regalo se había caído cuando Adrien lo recogió.
Él lo tomó en sus manos con admiración, como un niño con un nuevo juguete, como si fuese el mismo viendo por primera vez a Ladybug. Al tener ese obsequio en sus manos le hizo recordar la vez de como se conocieron... Como él le había obsequiado el paraguas.
—Espero que te guste —agregó tímidamente, Marinette.
Él lo abrió apresuradamente, con todas las ganas que tenía. En ese momento se le había olvidado la aburrida mañana que tuvo.
Sólo.
En su cumpleaños.
—¡Wow, Marinette! —se sonrojó—. Me encanta, muchas gracias.
No tardó mucho en que la bufanda estuviera en su cuello. La chica sonrió amablemente, mientras lo miraba divertirse.
—¿Me queda bien?
«Eres Adrien, para mí, todo te queda bien» pensó Marinette.
—Ah, sí. Te queda... Increíble.
—Bueno, me tengo que ir —agregó—. De verdad que muchas gracias.
Tocó su hombro demostrándole el aprecio que le tenía. Ella no dijo nada, sólo asintió con la cabeza mientras lo veía caminar. Suspiró. Luego vio que Alya se acercaba con una sonrisa en la cara.
—Vaya, niña. Lo lograste. Esperé tanto este momento.
Ambas se abrazaron y sonrieron. Marinette sobretodo, había hecho algo que jamás creyó que podría y todo salió bien... Por un momento, creyó que no necesitaba disfraz para ser ella misma.
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Lo que queríamos que pasara en Miraculous Ladybug
RomanceBesos, abrazos, actitudes y acontecimientos que nunca pasaron en Miraculous Ladybug... Ahora están aquí.