Capítulo 8- Demoilustrador (parte 1/3)

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—Marinette, debes aprender a controlar mejor tus emociones.

La pequeña mariquita la aconsejó por como vio reaccionar a Marinette, frente a Adrien.

Caminó hasta su casa callada y enfocada en sus pensamientos, distraída, como solía serlo siempre. En un movimiento de torpeza, lamentablemente tropieza con el chico que había sido acumatizado, Nathanniel.

Sus ojos se expandieron al pensar lo que había ocurrido esa mañana. Probablemente ese chico sentía un poco de enamoramiento por ella... O probablemente solo afecto. Ella había tenido en mente hablar con él sobre el asunto y decirle que ella no sentía lo mismo por él. Pero eso sería doloroso, lo supo imaginándose a ella confesando su amor. Y que Adrien la rechazaba. Por esa razón había decidido no decirle nada, y encontrarlo, mirándola tímidamente, se dio cuenta que tenía que dejar las cosas claras.

—Perdón, no te vi —bisbiseó rápidamente.

El pelirrojo se encogió de hombros.

—Nunca lo haces —susurró.

Pero ella lo había escuchado perfectamente y sintió pena por él. Nathanniel se avergonzó por lo que dijo, como si se arrepintiera. Agachó la mirada y continuó caminando como si nada hubiese pasado.

—¡Nathanniel espera!

—¿Huh? —se giró, observando como ella corría hacia donde estaba él—. M-marinette, ¿qué pasa?

—Creo que tenemos que hablar.

Se ruborizó.

No sabía como decirle para que no le afectara. Quería marcharse pero su gran corazón se lo impedía. Necesitaba solucionar ese problema lo antes posible.

—Si —levantó los ojos—. Creo que me gustas, Marinette.

—Nathanniel...

—Eres maravillosa, linda... Buena con todos y...

El chico seguía expresándose sin parar, diciendo cosas que jamás le habían dicho y que ella deseaba que se las dijera Adrien. Por ese mismo motivo esto no podía proseguir, tenía que frenarlo para no lastimarlo.

—Nathanniel —lo interrumpió firmemente, pero esa firmeza se desvanecía cada segundo, hasta quedar con una mirada indecisa.

Pasó una de sus manos por su cabello acomodándoselo mientras los nervios recorrían su cuerpo haciendo que tiemblen un poco sus piernas. Cada minuto pensaba en que ella algún día tendría que decirle a Adrien lo que siente y no paraba de pensar en que él la rechazaría.

Instintivamente comenzó a llorar.

Él chico se percató de eso y se acercó, intentó ayudarla pero ella se alejaba cada vez que daba u paso.

Adrien se percató de eso mientras esperaba que lo vinieran a buscar. ¿Por qué Marinette estaría ayudando? Tal vez Nathanniel le habrá hecho algo. El chico molesto se dirigía hacia allá lentamente.

—Nathanniel no correspondimos con el mismo sentimiento, a mi me gusta Adrien —admitió rápidamente, como si no quisiera decirlo.

El pelirrojo procesaba las palabras, y le dolía. Algo en él quería correr de esa situación tan vergonzosa como dolorosa. Fijó su mirada hacia la persona que estaba detrás de Marinette... Y esa persona era Adrien.

Lo había escuchado todo.

Y todo fue culpa suya.

—Te hice un dibujo, ¿consérvalo si? No te molestaré más —le entregó una hoja de ella dibujada.

Dibujada con un traje de Ladybug.

Nathanniel le giñó él ojo y corrió desapareciendo lentamente. Sintió que alguien le había tocado él hombro e instintivamente se volteó encontrándose con él chico de ojos verdes que tanto amaba.

Él había escuchado todo.

Lo que queríamos que pasara en Miraculous Ladybug Donde viven las historias. Descúbrelo ahora