La mariquita se encargó de quitarles los aretes antes de que a Hawk Moth se le ocurra hacer que Justicenette ingrese a su base. Voló esquivando los rayos láser de aquella muchacha incomprendida, hasta esconderse.
—Robar está muy mal, quedas arrestada de...
—Ladybug —interrumpió Chat, todavía en él suelo—. Eres Ladybug. Mi ladybug.
Ella lo miró de reojo aún confundida. Decidió no escucharlo e ir en busca de Tikki. No la hallaba en ningún lado por lo que se frustró lo suficiente. Sus pisadas eran cada vez más fuertes y arrastradas, se estaba cansando.
«Tráeme los aretes ahora, ¡ahora!»
—Te daré los aretes con una condición —sonrió Tikki—. Que cuando te los pongas digas Tikki motas.
Lógicamente el plan de Tikki era que al decir esas palabras se transformara en Ladybug. Justicenette aceptó de mala gana y la mariquita le pasó los aretes sonriente.
«¡Ven a donde estoy, rápido!»
Hawk Moth hizo que ella viniera, por lo que ella lo hizo sin dudar. Y si se resistía, él ocuparía una fuerza mágica que la haría lastimarse. Era así como funcionaba.
No podía estar más feliz. El momento había llegado, sólo faltaba que Justicenette, o mejor dicho, la misma Ladybug, llegara.
**
Se encontraba parada en un lugar que nunca antes había pisado. En su consciencia una voz que no escuchaba le decía que no lo hiciera. Miró los aretes que se encontraban reposando en sus manos.
Dudó.
«¿Qué esperas, mi pequeña Justicenette? ¡Entra ya!»
—¡No lo hagas Ladybug!
Una voz a sus espaldas hizo que se volteara instintivamente. Su cuerpo impacto con el suyo pero ella fue más veloz y se posó encima de ese gato tramposo.
—¡Quedas arrestada por no tolerar mi espacio personal! —Chat Noir no pudo evitar reírse y ponerle una esposa a Justicenette en su brazo del guante, y el otro se lo había ajustado a él.
—¿Te lo tenías planeado he? Por eso te demoraste en seguirme.
Él le quitó los aretes para después ponérselos. Ella iba a hacer algo pero él agarro su mano libre con la suya que también no estaba esposada.
—Sí, le pedí las esposas al papá de Sabrina.
La mariquita había aparecido para decirle que se transforme utilizando esas palabras. La muchacha dubitativa mostró una mirada pensante. Hasta que se decidió. Y ese traje azul era ahora rojo con puntos negros.
Ladybug había vuelto.
«¡No!»
Pero se sentía muy cansada. Tal vez sea por que ambas habían gastado energía en ir hacia allá. En ningún momento Hawk Moth salió de su base. En ningún momento lo vieron.
Chat Noir utilizó su cataclismo para romper las esposas y tomó en brazos a la chica que estaba cansada. Huyó de ahí lo más rápido posible hasta llegar a la casa de su compañera y dejarla en su habitación, más bien, sentada en su cama.
—Todo es tan confuso, no recuerdo nada.
—¿Ni si quiera cuando nos besamos?
—¿Qué? —se ruborizó al instante mientras apartaba lentamente su mirada.
El gato rió tiernamente.
—Sólo bromeo.
**
La clase siguiente todos estaban callados. Marinette había llegado con la cabeza gacha y los demás tampoco quisieron mirarla.
—Cuidado Chloe, quizás piense robarte otra cosa.
La risa de Sabrina hizo que Marinette se enojara. Chloe por un lado igual estaba riéndose. Miró a otro lado y se sentó en su respectivo puesto.
—Marinette lo que hiciste estuvo muy mal —empezó a hablar con autoridad la maestra. Ella ya no aguantaba más, pero respiraba lo más lento que podía para tranquilizarse.
—¿Puedo dar mi opinión? —agregó Adrien. Marinette lo miró al instante pensando en que se burlaría, gachó la mirada esperando el momento mientras la maestra asentía—. Para empezar, yo soy Chat Noir.
—Y yo Ladybug, estamos hechos el uno para el otro—agregó Nino mientras lo interrumpía, riendo tiernamente. Pero cuando su amigo lo miró serio él se calló. Los demás en cambio estaban sorprendidos.
Lo miraban espectantes para que continuara.
—Mi kwami —mostró a Plagg—. Pensó que ese brazalete era queso Camembert, él adora ese queso. Por lo que lo tomó y al percatarse de la situación lo escondió en la primera mochila que vio. Es decir, la de la inocente Marinette.
Todos estaban sorprendidos pero la historia era muy convincente. Marinette estaba más que sorprendida al pensar que Adrien era Chat Noir. Lo miró y se percató de que él ya lo hacía. Le sonrió.
—Gracias.
**
—Sé que eres Ladybug —bisbiseó Adrien muy cerca de su oreja para que nadie oyera.
Ella se ruborizó al sentirlo tan al lado.
Pero luego de hablar lo necesario lo había invitado a la Torre Eiffel. Ambos envueltos en los auténticos trajes que les pertenecían. Esa tarde fue perfecta, la ciudad nunca antes la habían visto tan bella. Estaban abrazados y enamorados. Nada mejor.
Juntos hablaban de como vencerían a Hawk Moth, sabían que lo harían. Al fin y al cabo, es fuerte el poder del amor.
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Lo que queríamos que pasara en Miraculous Ladybug
RomanceBesos, abrazos, actitudes y acontecimientos que nunca pasaron en Miraculous Ladybug... Ahora están aquí.