Capítulo 24- Volpina (parte 2/2).

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Último final alternativo:

Ahí estaban los dos, separados solo por una puerta.

Ella quería que Adrien supiera quien es, su identidad, su verdadera persona, pero se le hacía imposible romper la regla.

Él suspiró detrás de la puerta, deseando que ella supiera quien es. Pero su timidez no lo hacía llegar lejos, y eso lo estresaba. Por lo que ambos quedaron un pequeño tiempo cerrando los ojos y pensando en que pasaría.

Hasta que él abrió la puerta.

—¡¿Chat?!

—Milady —murmuró sin mirarla aún.

Sorprendida por quien estaba delante de sus ojos, no supo como actuar. Dio unos pasos hacia atrás confundida, él en cambio, seguía sin mirarla. Con su mirada perdida en el suelo.

—¿Y donde está Adrien? —agregó inquieta, intentando decifrar lo que ocurría.

Chat Noir no sabía exactamente que responder, al parecer ella fingía no saberlo, quizás no estaba contenta con su identidad, por lo que sintió un poco de lástima.

—Al frente tuyo.

Fue cuando la miró directamente. Vio como sus pupilas se dilataron y sus labios formaron una "o". Ella estaba muy sorprendida, pero él creía que estaba desilusionada, por lo que no podía ocultar su tristeza.

—A-adrien...

—Si, soy yo —respondio fríamente.

Múltiples recuerdos se le vinieron a la mente, su mente aún no podía creer que Adrien estuvo con ella en todo momento de lucha. Además, tampoco podía creer todas las veces que lo había ignorado, rechazado. Y siendo Adrien, la ponía tan nerviosa que no era capaz ni de hablarle.

Pero aún así, sentía que lo amaba demasiado ahora.

—Perdóname por decepcionarte, Ladybug —agregó con los ojos aguados. Luego suspiró profundamente y se convirtió delante de ella. Ya nada importaba.

—N-no me haz decepcionado, Adrien —aclaró—. Nunca lo haz hecho.

Con lo que había dicho, él quedó pensativo.

«Nunca lo haz hecho»

Esas palabras volaban por la mente de el chico, obviamente se conocían. Ya que habla de más tiempo. Por lo que Ladybug lo conocía hace mucho tiempo. ¿Quién podrá ser? Es lo único que podía pensar en ese momento.

—¿Quién eres? —dijo confundido.

No sabía si decirle o no, tal vez, ella si lo decepcionaría. Pensar en ese momento hacia daño a los dos, por lo que concluyó que debía hacerlo. Dejar el miedo y la inseguridad atrás y demostrarle quien era en verdad.

Pero era difícil. Retrocedió lentamente mirando el suelo, luego hacia el exterior de la ventana. Iba a irse.

—Lo siento —antes de que él viera sus lágrimas, ya se había retirado de la habitación. Dejando a Adrien confundido y con muchas ganas de saber quien era ella.

—No te vayas, por favor —susurró inútilmente.

Ella ya se había ido.

**

—¡¿Dejó que te fueras?! —una enojada Tikki había hablado.

Asintió lentamente, recordando cada momento. Y volviendo a sentir que su corazón se hacía pedazos.

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