Supuestamente ese día iba a ser especial para Marinette. Era una oportunidad para pasar más tiempo con Adrien, pero la estupenda idea se le había ido de la cabeza, al pensar en que Chloe lograría arruinarlo todo, como siempre.
La peliazul ignoraba que Alya había ideado un plan que ella consideraba perfecto. Consistía en una hoja de papel que informaba que Marinette tendría que estar junto a Adrien en el puesto de ver a los invitados.
—¡¿Qué?! Imposible, no es justo. Yo debería estar junto a Adrien este día, papi —gritó la rubia, enojadísima.
—Pero corazonsito, aquí dice claramente que Marinette...
Estaba hablando con suma pasciencia con su hija, quien parecía no entender nada y actuaba de manera maleducada. Por no tener más argumentos, prefirió interrumpirlo:
—¡Es una farsa! —exclamó.
El alcalde posó su mano en la frente mientras podía sentir el cansancio apoderarse de él. Tener que solucionar cosas con su hija es un dolor de cabeza que no sabía controlar. Desvió la vista instantáneamente, encontrándose con Marinette. La chica conversaba tímidamente con algunos invitados que se encontraban allí. Se veía que tenía buenos modales y una generosidad impecable. Una idea recorrió la cabeza del alcalde.
—¡Es suficiente! Ninguna de las dos estará con Adrien —combinó exhausto, pero sintiendo como sus chakras se alineaban. Como quitándose un peso de encima—. Ambas estarán juntas para que ojalá y se te peguen los modales de Marinette y punto.
Chloe abrió los ojos asustada e indignada al mismo tiempo.
—¡¿Qué?!
—Lo que oíste —dijo su padre con una ceja alzada. Primera vez que se sentía con autoridad suprema, y eso que él era el alcalde de París—. No quiero más preguntas, es tema del pasado.
Adrien se aproximaba para informarse de sus quehaceres, cuando ve a Marinette y Chloe juntas no podía creerlo. Evitó una risa que probablemente se escucharía hasta el piso de arriba. Ambas se veían completamente enojadas y ninguna quería mirarse. Sus brazos estaban cruzados y sus miradas estaban furiosas. Decidió acercarse para preguntarles que le tocaba hacer a él. Pero después de dar el primer paso, Chloe se percató de su presencia y corrió con alegría a abalanzarse en sus brazos.
Marinette miró al suelo rechinando los dientes. Estaba soportando la rabia que le daba esa mocosa insolente. Pero no podía, era realmente notorio lo que ella estaba sintiendo, hasta Adrien se percató de eso.
—Agreste, usted será el cazador —el alcalde abanzó unos pasos hacia el rubio. Antes había estado hablando con Jagged y necesitaba urgentemente que lo ayudara—. A cazar.
Marinette detestaba estar al lado de Chloe, respirar su mismo aire de entorno, observarla de repente y de reojo ver que se retocaba el maquillaje. El sentimiento era mutuo para Chloe. Pero ya se estaba acostumbrando y prefería no tomarla en cuenta.
Pasados unos minutos, intercambiaban palabras de repente. Hasta acostumbrarse a hablar mucho. Estaban tan ocupadas odiándose que no se habían dado cuenta lo genial que era la una y la otra, y lo bien que podían comenzar. Y hablando de muchas cosas, Chloe mostró una sonrisa llena de alegría. De corta duración, pero sincera. Marinette se sorprendió.
**
Todo el tiempo conversando se entretuvieron mucho. Adrien, por otro lado, su día estuvo pésimo. Y Plagg no había ayudado mucho comiendo Camembert todo el tiempo.
Habían dado entradas gratis para el concierto de Jagged, todos estaban contentos. Marinette y Chloe amigas, Adrien descansando por gin, Alya y Nino pasando el día junto mientras hablaban de ellos. Todos felices.
—Debo decir que me contenta ver que ahora son amigas —dijo Adrien, acercándose hacia ellas.
Marinette sonrió.
—¡Apuesto a que no sabías que Marinette y yo teníamos algo en común! —exclamó con entusiasmo Chloe. Empujó con el hombro a Marinette, delicadamente, y a la vez le guiñó un ojo.
Adrien curioso y confundido las miró esperando a que siguieran hablando. Pero se adelantó—. ¿Y qué es lo que tienen en común, he?
Lanzó una risa al aire. Verlas a las dos de amigas era algo bueno. Además estaba impresionado, no creía que eso fuera posible. La verdad, nadie lo creía.
—Ambas te idolatramos, Adrien.
Marinette se ruborizó.
—Oh, eso explica tus celos de hace rato Marinette —se acercó a ella. Marinette sólo intentaba respirar y que no sea tan notorio su nerviosismo.
Hizo algo que ella no lo veía venir. La tímida de Marinette nunca iba a olvidar ese día. Ese maravilloso día en el que conoció a la verdadera y simpática Chloe, en el que estuvo en el concierto de Jagged y aquel le haya hecho una canción a su otra "yo" Ladybug... Y sobretodo, jamás olvidaría ese día, por el inesperado y perfecto abrazo de Adrien.
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Lo que queríamos que pasara en Miraculous Ladybug
RomanceBesos, abrazos, actitudes y acontecimientos que nunca pasaron en Miraculous Ladybug... Ahora están aquí.