Rosie está tirada en el suelo... con el maldito disparo que oí hace un momento en uno de sus hombros, cerca de su corazón. Siento al mío dejar de latir por un instante, y un segundo después dispararse como un auto a toda velocidad. Me tiro al suelo a su lado, y sin saber qué demonios hacer pongo su cabeza sobre mis piernas. Tiene la mano puesta sobre la herida, toda su blusa rosa pastel está envuelta en sangre junto con su mano, pero ella está medio inconsciente.
—No tenía idea de... que esto doliera... como la mierda —murmura entrecortadamente e intenta reírse, pero el dolor que debe estar sintiendo no la deja más que soltar un pequeño quejido.
—Vas a estar bien —es lo único que se me ocurre decir—. No hables —pongo mi mano sobre la suya y le grito a todos los que están a nuestro alrededor que dejen de estar mirando como idiotas y llamen a una ambulancia.
No me había dado cuenta de que mis manos estaban temblando hasta que intenté sacar mi teléfono de mi bolsillo para llamar yo misma a una maldita ambulancia. No puedo entender cómo es que Rosie intenta reírse si yo estoy desesperada, mis ganas de llorar aumentan junto con el pánico cuando ella parece que quiere quedarse dormida.
—No te atrevas a cerrar los ojos —le advierto aun sabiendo que tal vez no puede oírme. Mi mano ya está tan llena de sangre como la suya sobre la herida—. ¿¡Dónde está la maldita ambulancia!?
Un par de lágrimas se resbalan por mis mejillas sin quererlo, y rápidamente las limpio con mi mano libre. Diviso a Dylan entre la gente y le lanzo una mirada impaciente, él entiende inmediatamente y se agacha junto a nosotras. Maldición, mi mejor amiga está en peligro y todo por mi culpa... nunca había estado en una situación similar, los problemas comenzaron desde que conocí al idiota que tengo en este momento a mi lado.
—Necesito que se dispersen —grita dirigiéndose a los que están allí sin hacer nada, sirviendo solamente como espectadores—. ¡Rápido!
Parece que todos se sobresaltaron con su último grito y cayeron en cuenta, porque rápidamente todos se dispersan y dan vía libre para pasar. Dylan toma a Rosie entre sus brazos y la levanta, yo hago lo mismo y ambos nos dirigimos de nuevo hacia fuera con ella en sus brazos y yo caminado a paso apresurado detrás de él. Fuera ya está la ambulancia y dos enfermeros sacan la camilla del auto, Dylan la recuesta allí y rápidamente vuelven a meterla a la ambulancia.
—¿Alguno de los dos va a acompañarla? —pregunta uno de los enfermeros antes de cerrar las puertas de la ambulancia.
Observo a Dylan, él señala con la cabeza la ambulancia y me da un beso en la frente.
—Te veré allá —asiento y me subo a la ambulancia, lo último que veo antes de que se cierren las puertas es esa mirada profunda que justo ahora está llena de preocupación. No hemos arreglado su humor de hace un rato, pero en este momento no hay tiempo para eso.
En menos de cinco minutos llegamos al hospital, Rosie está despierta pero totalmente fuera de sí, ya que los enfermeros le pusieron algo para calmar su dolor que la dejó como tonta. Todos se bajan y yo no me quedo atrás, abren las puertas de las urgencias y entro tras de ellos, cuando entran a otra sala, un médico me detiene.
—No puede entrar —dice mientras me retiene por los hombros. Yo solo estoy viendo como entran a mi mejor amiga a otra sala, y luego a otra más y luego todas las puertas se cierran como si estuviesen en mi contra.
—¡Quiero estar con ella! —grito, entrando en pánico, e intento inútilmente zafarme del agarre del médico que me sostiene fuertemente por los hombros. El dolor de mi brazo por fin se fue sin siquiera darme cuenta, y siento un profundo alivio.
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Ilumíname La Vida © [D&L#1]
General Fiction«Primera parte de la Saga Darkness and Light.» Mudarse no es nada fácil, y Hannah lo sabe muy bien. Después de la muerte de su madre, su padre decide mudarse con ella a Nueva York para rehacer su vida e intentar seguir adelante. Todo se vuelve compl...