CAPÍTULO 44

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Maratón 3/3

Dylan.

Le doy el último trago a la cerveza y tiro la botella... la séptima y última botella. Me mintió, mierda... todo el tiempo me dijo putas mentiras, y yo se las creí todas como buen imbécil. Pero ya no más, va a pagar todas sus malditas mentiras, todo su maldito engaño y con su padre la maldita muerte de los míos. Ahora entiendo por qué quería que dejase mi venganza atrás, ahora entiendo aquellas notas que todo el tiempo me enviaban sobre el dichoso secreto que estaba guardando, todo está claro ahora. Todo fue un engaño, todo fue un maldito y perfecto engaño. No puedo creer que me haya enamorado de la persona que debería odiar con todas mis fuerzas. No sirvió de nada ocultarle la verdad, porque ya la sabía, ¡maldición, supo utilizarme! Y supo disimular muy bien.

Su amiga también me mintió, dijo que ella no sabía nada y era todo parte de su maldito engaño... sigo sin poder creerlo, siempre tenía esa sonrisa angelical que nunca hubiera podido adivinar todo lo que había tras ella. Mark insistió en que ella no sabía nada, hasta que con sus propios oídos escuchó que el padre de Hannah lo decía... todo una mentira, todo una puta mentira. Alison está cómo loca, queriendo encontrarlos a toda costa, ya que han escapado, como las ratas que son, pero debemos tomar las cosas con calma y pensarlo muy bien antes de hacer cualquier movimiento... sí vamos a vengarnos, tiene que salir perfecto... de ellos no va a quedar ni el más mínimo rastro.

Alguien toca la puerta del departamento y Alison se levanta del sofá para ir a ver quién es. Yo estoy en la barra de la cocina, tirando a la basura el resto de botellas que había sobre la encimera.

—Es Mark —grita Alison desde la sala de estar. A los pocos segundos, lo tengo frente a mí.

—Tengo que decirte algo importante —dice sentándose en una de las banquetas alrededor de la isla de la cocina.

—¿Encontraste a la zorra traicionera y a su padre? —me siento mareado de repente. No puedo ni siquiera nombrarla, la rabia me consume y a la vez el dolor de haber perdido aquello que alguna vez sentí por ella, que ahora se ha convertido en puro odio y ganas de venganza.

Todo el día, desde que se fue, le pedí a Mark que comenzara a buscarla a ella y a su padre, de alguna u otra forma vamos a encontrarlos, y yo voy a hacerlos pagar. Mark le envió un mensaje diciéndole lo decepcionado que estaba de ella, y Alison fue mucho más hiriente, enviándole muchos mensajes con insultos y maldiciones. Cómo era de esperarse, no respondió ninguno, y su teléfono ahora está apagado, así que no podemos localizarla a través de un GPS.

Mark niega con la cabeza, alegando que es algo más importante.

—Si no son ellos, entonces no me interesa —replico encogiéndome de hombros.

—Es sobre Dominic y John.

Dominic, John y por supuesto, Robert, están trabajando juntos, lo último que supe de ellos fue la bala bien merecida que le dieron a la amiga de la zorra traidora. Se merecen eso y mucho más, por haberme mentido de esa manera.

—¿Qué ocurre con ellos? —pregunto sin interés realmente.

—Están muertos.

Frunzo el ceño y salgo de mi ensoñación. ¿Muertos?

—¿Qué has dicho? —pregunto nuevamente. Creo que no escuché bien.

—Así cómo lo oyes —ahora quién se encoge de hombros es él—. Los encontraron en una bodega abandonada casi a las afueras de la ciudad.

No puedo creerlo, esto tuvo que ser obra del maldito padre de Hannah. Pero me hizo un favor... me quitó un gran peso de encima.

—¿Hay alguna pista de quién pudo haber sido? —pregunto por si acaso, aunque ya sepa la respuesta.

Ilumíname La Vida © [D&L#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora