Maratón 1/3
Vacía... me siento vacía. Y sucia... muy sucia. Lo único bueno, si es que así se le puede llamar... es que utilizó condón. ¿A quién engaño? Ha sido lo peor que he sentido en toda mi vida. Nunca me había sentido tan usada... jamás. Hizo conmigo lo que quiso, me tocó... mucho; y no pude hacer nada para defenderme, estaba atada y mi única alternativa fue dejar que hiciera con mi cuerpo lo que le diera la gana... y así lo hizo. Nunca había sentido tanto odio y repudio por alguien como el que siento por él justo ahora.
Tuvo la delicadeza de al menos subirme las bragas y soltarme cuando terminó... dejó cerrado con llave y se fue un momento después, ahora estoy sola en la habitación... lo cual me parece un total alivio. Comienzo a llorar desconsolada por todo lo que ha pasado en tan solo un día... ahora, cuando estoy sola por completo, es cuando me permito llorar. Dylan, por Dios... es un maldito mentiroso, confié en él ciegamente incluso sabiendo que me ponía en peligro. Debí hacerle caso, debí alejarme de él cuando me lo advirtió... pero simplemente no podía; ya lo amaba, lo amaba incluso antes de admitirlo, y eso no me permitió alejarme.
Me enamoré de él, mierda, ¿cómo fue que eso pasó? Sus ojos azules me volvieron completamente loca, su mirada sofocante y profunda me hacía olvidar por un momento de la realidad, y su media sonrisa dulce y a veces lasciva que solía darme y que solo yo soy capaz de entender me hicieron perder totalmente el sentido. Y sus besos... esos malditos besos que me llevaban a otro mundo y que me hacían desear quedarme allí para siempre. Intenté de todas las formas posibles sacarle de mi cabeza antes de que se convirtiera en una obsesión, pero ya demasiado tarde... ya estaba enamorada, y ni siquiera me había dado cuenta.
Después de un buen rato sumida en un horrible llanto que parece interminable, respiro profundo y limpio mi rostro con ambas manos, decidida a no llorar más. Me levanto de la cama y paseo por la habitación en busca de mi ropa, la encuentro tirada en un rincón y me la pongo rápidamente. Mi teléfono no está, lo que es evidente, debieron haberlo sacado cuando estaba inconsciente. Me duele la cabeza como si tuviese un martillo golpeándola cada segundo sin descansar. Un leve brillo destella en el fondo de la habitación, me acerco y al descubrir lo que es, siento que estoy alucinando. Hay un montón de cristales rotos por todos lados, como si recientemente hubiesen roto una ventana. Tomo uno de ellos, el más afilado de todos, y lo contemplo con admiración.
Escucho un ruido de fuera, guardo el cristal en el bolsillo de mi pantalón y rápido me alejo de los cristales. La puerta se abre y Dominic entra con alguien más. Justo cuando creí que no habría más desconciertos, la persona que entra con él me deja más confundida que en el inicio.
—Papá vendrá en un rato —dice ella, dándole un beso demasiado íntimo—. El jefe viene con él.
Julia termina de entrar y cierra la puerta mientras estudia la habitación y me encuentra. Al verme pone la sonrisa más hipócrita y falsa que he visto nunca.
—Siéntate, Hannah —dice, señalando la cama—. Dom me dijo que necesitas respuestas, ¿quién mejor que yo para dártelas? Conozco este negocio prácticamente desde que tengo uso de razón.
—¿Negocio? —todo me da vueltas y recuerdo la noticia que encontré hace algún tiempo... era real, esa era la mentira que Dylan estaba ocultándome. Asiento y trago saliva, entendiéndolo todo. De repente siento frio y me cruzo de brazos... tiene que ser mentira.
—Aunque él no lo recuerde, conozco a Dylan como si fuese la palma de mi mano —comienza a caminar por toda la habitación con total libertad—. Su padre trabajó con el mío durante mucho tiempo, y eso me permitió conocerlo... siempre ha sido un chico cerrado y frío, y eso nunca va a cambiar. ¿Creíste que iba a cambiar por ti? —niega con la cabeza y ríe por lo bajo—. El que es, nunca deja de ser... y Dylan no sería la excepción.
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Ilumíname La Vida © [D&L#1]
Fiksi Umum«Primera parte de la Saga Darkness and Light.» Mudarse no es nada fácil, y Hannah lo sabe muy bien. Después de la muerte de su madre, su padre decide mudarse con ella a Nueva York para rehacer su vida e intentar seguir adelante. Todo se vuelve compl...