Ilumíname La Vida © [D&L#1]

CAPÍTULO 39

Aquella confesión dio un giro inesperado a nuestra relación, ahora se podría decir que somos unos cursis enamorados empedernidos... estoy viendo una faceta de Dylan que nunca me hubiese imaginado que tenía, y es fascinante. Ha pasado casi un mes desde ese día, cuando me llevó a aquel globo aerostático que me hizo sentir libre, y no ha habido un día que no sea perfecto... excepto que no hablo con mi padre desde la pelea del hotel la noche anterior a ese día; cuando llegué al departamento lo único que hizo fue mirarme de pies a cabeza, y luego pasar de mí como si en realidad nadie hubiese llegado. Esperaba su disculpa, pero nunca llegó... y no creo que llegue pronto. Irónicamente, vivimos bajo el mismo techo y ni siquiera nos dirigimos la palabra, pero es su culpa por no querer aceptar que estoy a punto de ser mayor de edad y puedo tomar decisiones por mi propia cuenta.

En un par de días es mi cumpleaños y lo único que deseo es que papá deje a un lado su maldito odio infundado hacia Dylan y esté conmigo, pero dudo mucho que eso pase... ni siquiera se ha dignado a disculparse por aquella bofetada que más que dolor físico, fue un dolor emocional lo que me causó.

Rosie ya está totalmente bien, si brazo se curó bastante rápido y no ha habido señales de algún otro posible ataque hacia ella, o hacia alguno de nosotros. Mark y su otro amigo van cada fin de semana a revisar que todo vaya bien, pero creo que Mark tiene dobles intenciones al ir allí... Rosie me ha contado que han salido un par de veces, y resultó siendo un total caballero. ¿Quién lo diría? Mark no quiere admitirlo, es un total caparazón a la hora de revelar cosas como esas, pero estoy segura de que pronto voy a hacerlo hablar.

En cuanto al instituto... Alison me estuvo echando una mano para adelantarme, y ahora estoy al día con todo; la rubia oxigenada llamada Julia y sus falsas amigas por fin dejaron de intentar molestarme con sus estúpidos comentarios fuera de lugar, se dieron cuenta de que es imposible hacerme la vida imposible, y desistieron.

Tal como Dylan lo prometió, dejó a un lado esa absurda venganza sin término y yo dejé de preguntarle por su pasado, que en realidad no me afecta ni me concierne a mí en nada. ¿Qué podría salir mal? Sus padres están muertos, y si Dylan termina con su búsqueda sin resultados, pronto lo dejarán de molestar aquellos enemigos que se caló por culpa de sus padres. Las subastas ilegales no son algo tan... remotamente peligroso, a menos de que te metas con gente que en verdad sea muy peligroso. Es por eso que le insistí a Dylan en que lo dejara... no puedo permitir que le pase algo por creer que lo de sus padres no fue un accidente... cuando claramente todo apunta a que evidentemente fue así.

Ambos aceptamos nuestras condiciones, ya que al fin y al cabo era eso lo que más nos causaba problemas y peleas, y estamos demasiado bien como para volver a discutir por cosas que ya ni siquiera tienen sentido. Así que, como acordamos, hemos dejado todo a un lado y nos estamos concentrando única y exclusivamente en nuestra relación. No más pasado, no más preguntas... solo estamos disfrutando de la sintonía que ambos tenemos cuando estamos juntos.

Ahora mismo estoy en el instituto, Mark y Alison siguen insistiendo en hacer una fiesta por mi cumpleaños, y yo sigo negándome firmemente. Estamos tomando el almuerzo en la cafetería y estamos sentados cada uno en una esquina de la mesa.

—Entonces yo la haré —Alison se encoge de hombros con suficiencia—. También es noche de brujas así que haré una fiesta de disfraces, ¡y no puedes impedírmelo!

Sí... cómo si fuera lo mejor del mundo, nací un 31 de octubre. ¡Genial! Si tuviera ocho años. Lo único que quiero para mi cumpleaños es ver películas en Netflix todo el día con mucha comida chatarra en mis manos. Ese es mi sueño de cumpleaños, sin nadie que me moleste ni llame a darme falsas felicitaciones. Si me dieran a escoger entre ir y desvelarme en una fiesta con gente que ni siquiera conozco, o desvelarme en mi sofá viendo películas de terror... la respuesta es más que obvia.