Para cuando desperté todos estaban desayunando o ya habían terminado, para volver como zombies a sus camas. Hoy es sábado y nadie quiere estar despierto tan temprano. Era casi medio día, bueno es lo maravilloso de un fin de semana en vacaciones ¿Me pregunto si querrán ir a algún lugar en vacaciones?
―Buenos días ―Saludé en bostezo. Y los demás me devolvieron el saludo.
―¿Dormiste bien? ―preguntaron las hermanitas Roberts. Asentí.
Con toda la pereza acumulada, arrastré mis pies junto con mis pantuflas de conejito gris para poder llegar a la alacena y tomar una taza. Tomé un sobre de mi delicioso café de vainilla para echarlo a mi taza, seguido del agua en el hervidor. Como se imaginarán en una casa con unos diecisiete miembros nuestra mesa es muy extensa. Y nuestro comedor, puff... es como una cancha de fútbol... o tal vez exagero. Tomé mi lugar junto a mis padres, papá revolvió mi cabello y mamá me sirvió un pastelito, el cual agradecí.
―Tenemos algo que decir ― mencionó Tara. Los mayores prestaron mucha atención a lo que la rubia diría, los demás esperaban a lo que ella dijera, Dios por favor que no les den permiso, por favor. ―Hay una fiesta esta noche y...
―No ―dijeron al unísono y eso basto para que se quedara callada. Los demás quienes apoyaban su idea bajaron la vista, desilusionados.
―Pero esta vez... ―comenzó Mike.
―No.
―Mis amigos to... ―Ese fue Ross.
―No.
―Julie, Amélie y Dylan nos acompañarán―dijo Tara rápidamente antes de que la interrumpieran. ―Así podemos darle una bienvenida a Amélie, después retomamos el castigo.
―N... ―se quedaron pensando. ―De aquí hasta después de almuerzo lo veremos - habló Antonia. Los chicos sonrieron esperanzados y nosotras rodamos los ojos. Dios, en serio que por favor no les den permiso.
(...)
―Muy bien los queremos aquí antes de las dos y media ¿Vale? ―Ese fue papá. Todos asentimos. Unos felices y otros de mala gana, dos semanas ¿No pueden aguantar dos semanas? ¿Por qué nuestros padres no pueden por alguna vez serios? Oh, cierto porque tienen corazón de abuela y son infantiles.
Corrimos a arreglarnos, porque bueno, igual pensándolo por Amélie, no se debe castigar, bueno, dudo que lo esté, pero viene por Julie y ella aún no puede salir sin el permiso, sí, veinte y tantos, pero mamá aun manda.
―¡Oh! ¡Vamos! Maricela ¿No hay ninguna fiesta a la que te emocione ir? ―pregunto Julie al ver mi seria expresión.
―No es que no me guste ir, es que quiero descansar―Rodaron los ojos y nos fuimos a los autos.
No hizo falta decir que Amélie se fue de las primeras con Dylan, digamos que han estado muy unidos en estas pocas, poquísimas horas. Se llevan bien, además me cae bien como tía, Dylan ha tenido demasiada mala suerte en el amor. Me alegra que alguien se interese por él. Por otro lado, quiero tener una conexión así de instantánea con alguien, maldita sea.
― ¿Y si vamos en la furgoneta? ―Corrimos para agarrar los mejores asientos en la furgoneta.
― ¡Yo no quería conducir! ―Refunfuña Julie.
―Eres una de las adultas que nos cuida, vamos mami ―Le sonrió con burla Ami. La chica rodó los ojos y comenzó el recorrido, unos minutos más tarde estábamos cantándole "Acelerele, chofér, acelerele chofér, que lo viene persiguiendo la mamá de su mujer".
Cuando llegamos al local, la música resonaba hasta la entrada del club, ¿Cómo logramos entrar si somos menores de edad? pues Ross y Mike conocen a alguien, que conoce a la tía, de la madrina, de la sobrina, que tiene un perro, que la hermana, tiene un abuelo, que engaña a la abuela, con el tío, del primo, del profe de natación, del supervisor del lugar. Solamente un asentimiento de cabezas y ya estábamos dentro entre gente sudorosa y borracha.
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Trabajando Con El Idiota #2
Ficção AdolescenteSEGUNDA PARTE DE SAGA "MIS IDIOTAS" A D V E R T E N C I A Si estás leyendo esto antes de "Aquí... con cuatro idiotas", debes primero leer esa historia, esta es su secuela y si no quieres tener spoilers, recomiendo que leas esa historia ¡Ya! Pero w...