12. ¿¡Por qué el Músico no puede tener situaciones Amorosas!?

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―Largo de mi habitación. ―Respondí con la intención de cerrar la ventana y tal vez, ver si le caía en las manos el marco.

―No estoy en tu habitación, estoy en tu ventana. Por favor, Maricela, de verdad quiero disculparme. Y no quiero que me pilles los dedos, agresiva. ―Entrecierra los ojos, me reí un poco, merecido se lo tiene.

―Ya lo hiciste. Ahora, vete.

―Por favor, juro que no es nada raro, es una pequeña sorpresa. ―Podría ser eso o podría ser una broma de su parte, no me iba a dar el lujo de otra vez pasar vergüenza o humillación por su parte, sin embargo, me intrigaba, en una de esas si no funcionaba lo que quería podría esconder su cadáver en el bosque y asunto terminado. Lo miré, indecisa ― ¡Los chicos me ayudaron!

―No grites, imbécil ― Susurré tapándole la boca con una mano y con la otra, lo agarré de la camisa, acercándolo. El quitó mi mano de su boca.

―Si quieres, te beso. ―Después se pregunta porque me cae mal.

―Se acabó, vete, sal, fuera, shu shu shu. ―Ahora no me importaba que se cayera por la ventana.

―Por favor. ―suplicó haciendo un puchero.

―No, además quiero dormir.

―No puedes dormir con este calor, niña, vamos. Por favor.

(...)

―No puedo creer que haga esto. ―Suspiré mientras pasábamos esquivando las ramas de los árboles.

―Pero lo haces, ya que. ― Se ríe, encogiéndose de hombros, el cual escasamente lo veo con la luz de la linterna.

Podría irme ahora, no creo que me escuche, tampoco hemos hablado todo el camino, la verdad el silencio ha sido bastante incomodo, también debí traer un chaleco, no es que esté tan fría la noche, pero como ya lo he dicho, soy demasiado friolenta. Aun así, no soy tan cruel, así que le daré el beneficio de la duda.

― ¿Y...? ― aclaro mi garganta ―... Disculpa, ¿A que rayos me llevas al lago?

―Ya te dije, quiero disculparme ― responde con cansancio a mi pregunta.

― ¿De qué manera puedes disculparte? ― pregunto, extrañada ― ¡Oh! Ya sé, me matarás y luego me echarás al lago, y así poder librarme del castigo de ser tu compañera. ― digo con total ironía. Un momento. ― ¿Scott? ―Él se detiene y me mira― ¿Por qué me escogiste como compañera?

― ¿Te lo dijeron los chicos?

―Así es. ¿Por qué me escogiste? ―Repito con insistencia.

―Nada, simplemente quería conocerte.

―Redes sociales ―Señalo.

―Nah, que flojera.

Idiota.

― ¡Te escuche!

Tara

―Te juro, vacaciones tranquilas nada, no hemos salido, pero todo revuelto y cansador. ― Le comento a Lisa, por el teléfono. Lisa es una de mis mejores amigas, la segunda mejor, pues mis primas y mi hermana siempre serán las primeras.

Se toman muy en serio los juegos en tu familia ―" Juegos" Pasos para ser algo parecido un agente y más, pero eso es clasificado. ―Aunque la verdad me gustaría jugar con ustedes. ¿Hay chismecito?

―Solo, no sé qué ocurre con mi prima, me gustaría ayudarla, bueno, a las demás y yo queremos hacerlo, hace poco ella salió con unos amigos, al volver ellos venían de lo más normal, hay un chico con el cual ella no se lleva bien, sepa por que, cuando llego a la sala salió corriendo escaleras arriba y el chico detrás de ella.

Trabajando Con El Idiota #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora