Narrador omnisciente
Él estaba ahí, preguntándose cuanto tiempo iba a pasar hasta que notaran que no estaba, cuánto tiempo más iban a tardar en darse cuenta que faltaba parte de la familia, entonces comenzó a creer que no era necesario en la familia, ya no tenía ganas de salir o intentar escapar. Su única compañía eran las mismas dos personas, ella lo visitaba durante día, él iba en la noche.
—Ella tenía razón.
Escondió la cabeza entre sus rodillas, sus piernas estaban atadas, igual que sus muñecas, no sabía qué hora era, solo sabía que era de noche, pues esa pequeña ventana estaba oscura, esa ventana por la cual se escapaba el calor y de vez en cuando entraba un gato, un gato negro, lo acariciaba, no podía evitar algunas veces tenerle envidia a ese gato, pues ese felino, era libre y él no.
Pensaba en que la extrañaba, en que ojalá la hubiera abrazado un poco más, le hubiera dicho por última vez "Te quiero", un último beso, porque ahora no estaba seguro si de ahí saldría vivo.
—¡Suéltame! ¡Ayuda! ¡Ayuda! —Esa voz ¿Podría ser ella?, era imposible, era una promesa—¡Me duele!, ¡Suéltame, maldito! —Los gritos se escuchaban mucho más cerca de él, lo que era obvio que a partir de ese momento no estaría solo en esa oscura habitación.
La puerta se abrió y la luz entró con fuerza a la habitación, el chico se cubrió los ojos para no cegarse por ella.
—Ya no estarás solo, niño —esa voz era totalmente desconocida para él, no eran solo ellos dos, había más ¿Por qué?
—Suéltame. —ordenó la chica con dureza.
—Como gustes —El desconocido lanzó a la chica con fuerza a la habitación, chocó su cara contra el piso, su nariz comenzó a sangrar y tenía rasguños en la frente y sus mejillas.
—¿Estás bien? —La chica pegó un salto junto un gritillo al escuchar esa voz, era imposible que en tan poco tiempo haya llegado ahí — ¿Oye?
— ¿Eres...? No, eso no puede ser.
—Créeme, tampoco estoy feliz de estar aquí, pero si feliz de verte —ese humor no se perdería si ella estaba ahí. Temblorosa, lo buscó entre las sombras a saltos y pasos de pingüino hasta dar con él, ¿Cómo lo abrazaría?, se preguntó, estaba atada.
—¿Qué pasó? ¿Por qué estás aquí? ¿Quién nos trajo aquí?
—Tengo mucho que contarte, compañera de aventuras.
Mientras tanto, en la casa, todos dormían o al menos eso intentaban, estaban todos asustados con lo ocurrido, preocupados, de vez en cuando, los abuelos enviaban uno que otro mensaje, la única razón por la que se fueron era para evitar que todos esos secretos salieran a la luz, había quienes no estaban listos para oír eso.
Pero para esta pobre familia, ese no sería su único problema, el reloj dio justo las 04:45 a.m cuando una mujer comenzó a gritar, como si algo la estuviera desgarrando, pero como no era la palabra cuando eso de verdad estaba ocurriendo, los más cercanos a la habitación entraron como una bala, la escena ahí era de verdad aterradora, la cama estaba cubierta de sangre, la mujer tomaba su vientre con tal cuidado, aun así, le dolía, el médico en la familia entró.
—¿¡Qué me pasa, Luke?! —gritaba desesperada, gimiendo de dolor.
—Debemos llevarla al hospital ya, no puedo hacer nada —respondió, asustado, Asher tomó a Jenny en brazos y con rapidez y agilidad bajó las escaleras, mientras que Melissa tomó las cosas de Jenny y llamaba al esposo de esta. Estaría enojado, sí, de igual forma, esto era mucho peor que un beso.
ESTÁS LEYENDO
Trabajando Con El Idiota #2
Ficțiune adolescențiSEGUNDA PARTE DE SAGA "MIS IDIOTAS" A D V E R T E N C I A Si estás leyendo esto antes de "Aquí... con cuatro idiotas", debes primero leer esa historia, esta es su secuela y si no quieres tener spoilers, recomiendo que leas esa historia ¡Ya! Pero w...