Scott
Luego de que la chica terminara de llorar por la película, supuse que le había gustado, punto para mí, le pregunté si quería ver otra cosa, cuando dijo que sí, me pasó su computadora para que escogiera algo, cuando estaba buscando, voltee a verla y ella estaba acurrucada para el lado izquierdo de su cama, no era muy grande la cama, yo estaba a los pies de esta. Recuerdo cuando llegué aquí, me odiaba, ahora accedía a ver una película conmigo.
Se veía tan dulce y adorable, volteé a la computadora y me salí de la página, de fondo de pantalla, eran las cinco riendo a la luz del atardecer, muy buen fotógrafo. Me fijo en las chicas y ella es la que destaca, ¿Cómo diablos la chica que está con constantes ganas de matarme pueda verse tan tierna?
Cerré la computadora y la dejé en su escritorio, ella se movió en su cama y temí despertarla, afortunadamente no ocurrió, dejé sus mantas a la altura de sus hombros, sonreí al verla. Para mí parecía una de las más preciosas obras de arte. Creía que tenía suerte de poder contemplarla, hasta que decidí llevar mi vista al reloj en su pared y noté que ya era más de media noche.
Maldije por mis adentros al recordar que mañana había escuela, volví a darle una última mirada, ella ya no tenía rastros de las lágrimas que la película le había dejado. Caminé hacia la puerta y salí de la habitación.
—¿Tú y ella...? —casi doy un salto al escucharla.
—Miranda... creí que estabas dormida.
—Tenía unos mensajes pendientes en mi celular, varios de él. Y bueno eso me quitó el sueño. No respondiste a mi pregunta
—Deberías descansar —le sugiero, cambiando el tema. Ella niega con una sonrisa —Miranda, tengo escuela y es lunes.
—¿Desde cuando eres tan responsable, Scotty? —sonríe y se acerca, no sé porque retrocedí ante ello.
—Miranda, escuela, tu volverás en unos días a casa y...
— ¿Puedo dormir contigo? Como cuando éramos niños —sonríe, suplicante.
—Miranda...
—Hey, ya no pateo —comienzo a negar, divertido, terminé accediendo. Ella me abraza y bajó a buscar sus cosas, subió a mi habitación, yo ya estaba acostado y ella se acostó a mi lado. Ella estaba de lado mirándome, la imito y ella de apoco va cerrando sus ojos, con una sonrisa en sus labios.
El yo de hace un tiempo la habría besado, tendría la oportunidad, ya no quiero, ya la he superado totalmente. No siento más que cariño por ella.
— ¿Por qué no te escogí a ti, Scott? —dice en un susurro. Me separo más de ella, me estaba yendo hacía la orilla, y pues bueno, terminé cayéndome, volví a mi cama, alejado de la chica.
Serán unos días muy complicados.
Julie
No podía dormir, daba vueltas en mi cama, cada vez que cerraba los ojos volvían esos recuerdos que durante mucho tiempo había nombrado pesadillas, que equivocación.
Recordé lo de Dylan, cuando estábamos en esas habitaciones de metal, escuchaba estruendos, recuerdo las lágrimas de tía Jenny y más apretaba a Dylan contra su pecho cuando escuchó eso, un disparo, le había tomado la mano a tía Lore tan fuerte, ella me había mirado, pero yo solo seguía corriendo, arrastrándola, asustada.
Me mata saber todo esto, no poder decirle a Dylan lo de sus padres. Ha sido mi mejor amigo desde el momento que aprendió a hablar y mi gran confidente cuando aún no podía hacerlo, ahora debo mentirle.
¿Por qué tenía que recordar eso?
¿Por qué tenía que preguntar por eso?
Eso fue una bomba en mi cabeza. Luego lo que me confesó Amélie ¿Cómo diablos la metí a nuestra casa? Aunque mi cabeza me diga que la debo delatar, mi corazón dice que no debo, nos puede ayudar.
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Trabajando Con El Idiota #2
Roman pour AdolescentsSEGUNDA PARTE DE SAGA "MIS IDIOTAS" A D V E R T E N C I A Si estás leyendo esto antes de "Aquí... con cuatro idiotas", debes primero leer esa historia, esta es su secuela y si no quieres tener spoilers, recomiendo que leas esa historia ¡Ya! Pero w...