- ¿Es normal tener esos sueños, Kookie? -le preguntó la chica con los ojos todavía empañados.
El chico miró a su compañera algo confuso por tenerla en su cuarto cuando era siempre él quién la visitaba a todas horas.
Aunque, en el fondo, le gustaba que Maya hubiera recurrido a él.Jungkook podía ser muy ingenuo a veces, además de un tanto despistado, pero en aquella ocasión sólo tuvo que mirar a su amiga a los ojos para saber por qué estaba así; Maya se sentía sola sin su padre.
- Se llaman pesadillas, y es muy normal. Hasta yo las tengo, enana -concluyó sonando rotundo para hacerla sentir mejor.
Hacía ya un par de meses desde que su padre murió, pero esa noche había sido la primera en la que ella lo había buscado con esa urgencia. Algo le pedía a gritos abrazarla, pero ya tenían once años, y Maya se negaba a hacerlo porque decía que eso era incorrecto.
- Entonces ... -comenzó a decir la niña.
- Maya, quiero darte un abrazo -soltó de pronto Kookie.
El rostro de Maya tomó una tonalidad carmín de lo más sospechosa, pero Jungkook le quitó importancia cuando ella se defendió golpeando levemente su brazo.
- ¿Qué dices? Yo ... -susurró buscando otra excusa válida para los extraños impulsos de su vecino-. Mi padre era el único que me daba abrazos, y seguirá siendo así, tonto.
Jungkook dejó caer los hombros desilusionado otra vez. No alcanzaba a comprender por qué Maya se negaba a darle esos momentos en los que ambos disfrutaban de la compañía del otro con tanta sinceridad. ¿Por qué no podía intentar reconfortarla como lo hacía su padre? Lo único que tenía en mente Kookie era alegrar a Maya con todas sus fuerzas. Daba igual, sólo quería estar a su lado y verla sonreír como antes.
Habían pasado ya un par de minutos desde que ella habló por última vez, y Kook seguía debatiéndose sobre cómo lograr su objetivo. Puede que fuera un niño todavía, pero era persistente y paciente cuando quería. No iba a dejar ir a su mejor amiga esa noche sin ese abrazo.
Así fue cómo se armó de un valor inexistente hasta entonces para él, y se bajó de su cama. Llegó hasta Maya en completo silencio, a lo que ella giró la cabeza extrañada.
- ¿Qué? -preguntó intentando encubrir los rastros del llanto.
- Sé que sólo lo hacía tu padre, Maya -admitió arrodillándose frente a ella-. Pero él te quería. Y yo también te quiero.
Lo dijo con tal convencimiento que cualquiera hubiera creído sus palabras sin dudarlo. Además de que no había ningún motivo para pensar lo contrario.
Maya, en un primer momento, volvió a sentir sus mejillas arder sin entender muy bien lo que le estaba ocurriendo a su inexperto organismo. La chica no era capaz de darle una explicación a las cosquillas que atacaban sus entrañas ni a la alegría que sintió cuando escuchó a Jungkook decir aquello.
Era cierto que echaba mucho de menos a su padre, pero que su amigo dijera esas simples palabras, la hizo sonreír como hacía mucho no lo hacía.- Y mi abuela siempre dice que las personas que se quieren deben demostrarlo -añadió Kook sin apartar la mirada de los ojos negros de Maya.
- Yo no he dicho que te quiera ... -razonó Maya sorprendiendo a su amigo. Esa chica siempre le daba la vuelta a las cosas, y a Jungkook, eso lo ponía enfermo. Para él, todo era muy fácil.
- Pero yo sé que me quieres -dijo con gran seguridad.
- ¿Cómo? -preguntó ella entre alguna que otra risa por culpa de la graciosa cara que estaba poniendo Jungkook.
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House Of Cards; jjk |+18|
FanficDonde Jungkook se enamora de la hermana de Hoseok, su mejor amiga de la infancia. -Te quiero, Maya -susurró a mi oído-. Te quiero y haré que te ames por lo que eres. Sin reproches. Sin miedos. Porque tú has sido la luz al final de mi túnel, la única...