Maya
Me giré. De nuevo.
Esta vez me quedé en la misma posición durante un buen rato, dando la espalda a un Jungkook que dormía profundamente desde hacía ya largas horas.
Indecisión era lo único que me impedía conciliar el sueño aquella noche. No paraba de darle vueltas a la situación en la que me encontraba. No porque Minho se hubiese presentado en casa esa misma tarde ni porque sintiera su amenaza cerniéndose sobre mí, sino por mi madre.
Ella seguía en la ignorancia porque yo lo había decidido así, pero, ¿por cuánto tiempo podría continuar escondiéndole la verdad?
Frunciendo los labios, di la vuelta entre las sábanas y dejé la vista en el techo.
Debía contárselo. Debía hablar con ella y confiarle el secreto o terminaría por empeorarlo todo. Mamá merecía conocer lo que había ocurrido, lo que podía pasar si no hacía algo al respecto. Por mucho que me avergonzara o temiera su reacción ... Se lo tenía que contar pronto.
Inspiré hondo y solté el aire por la boca. El pecho me dolía y sabía por qué era; estaba actuando como una cobarde. Nunca había mentido a mi madre, pero eso había cambiado y me sentía tan mal por ello que las lágrimas volvían a acumularse en mis ojos.
Mark se había marchado por unas semanas a un negocio en Estados Unidos y debía aprovechar su ausencia para hablar detenidamente con mamá. No podía demorarlo más.
Kookie se movió a mi lado, suspirando. Hasta que no sentí su cuerpo deslizarse bajo las mantas hacia mí, no estuve completamente segura de que se hallaba despierto.
Él llegó hasta mí y, como un niño pequeño, se enganchó a la camiseta que llevaba para dormir. Era suya, siempre que podía dormía con algo de mi mejor amigo. Me gustaba el olor de su ropa y el rastro que dejaba en cualquier prenda.
Jungkook tomó parte de la tela en su puño, cerca de mi estómago, y se acomodó en mi hombro. Llegué a creer que seguía en el séptimo sueño cuando se abrazó a mí, pero esa idea se desvaneció más pronto que tarde.
- ¿Qué te pasa? -su voz ronca me relajó. Levantó con los dedos parte de la camiseta que llevaba puesta, permitiendo que sus yemas ardieran en mi vientre bajo-. No has dejado de dar vueltas y vueltas -yo me humedecí los labios cuando besó mi clavícula desnuda-. Empezabas a marearme, Maya ...
Yo me dejé mimar por él durante unos minutos. Kookie se entretenía acariciándome y yo solo dejaba mi mente en blanco. Necesitaba eso. Necesitaba olvidarlo todo aunque solo fuera por un instante y él era el único que podía lograrlo sin que me sintiera aún peor.
- No puedo dormir -dije en un susurro.
Kookie entendió y se incorporó con torpeza sobre mí para llegar hasta mi mesita de noche y encender la lámpara que allí descansaba.
La luz nos cegó a ambos de golpe, pero yo no tardé apenas en acostumbrarme a ella. Pude ver cómo Jungkook se entallaba los ojos y bostezaba.Genial. Ya me sentía mal por haberlo despertado.
Me fijé en cómo sus hebras azabaches estaban revueltas y despeinadas, cayendo rebeldes por su frente. Su carita estaba algo hinchada por el sueño y hacía con sus labios un tierno puchero.
Yo admiré la obra de arte que tenía ante mí y me pregunté la razón por la que lo veía incluso más guapo entonces que cuando estaba en sus cinco sentidos, bien despierto.Con aquello en mente, Kook volvió a escurrirse entre las sábanas, pero esta vez quedó ligeramente tumbado sobre mí. Supe que me usaría como almohada a partir de ese momento y solo pude sonreír por la idea de tenerlo tan cerca. Apoyó su codo en la almohada, a la derecha de mi cabeza, y se estiró hasta quedar a mi altura, recostado parcialmente sobre mi pecho. Ladeó el rostro con los ojos entrecerrados e hizo su típico mohín con la nariz.
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House Of Cards; jjk |+18|
Fiksi PenggemarDonde Jungkook se enamora de la hermana de Hoseok, su mejor amiga de la infancia. -Te quiero, Maya -susurró a mi oído-. Te quiero y haré que te ames por lo que eres. Sin reproches. Sin miedos. Porque tú has sido la luz al final de mi túnel, la única...