[3.5] "Fool"

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Maya

Jungkook se encargó de cerrar la puerta de mi cuarto.

Decepcionándome, alejó su mano de la mía, dejándome allí mientras se llevaba ambas manos a la nuca, de los nervios, y caminaba hasta mi cama. Se dejó caer sobre las sábanas y pasó ambas manos por su rostro, asustándome.

Kook suspiró y dejó la mirada perdida en algún punto de mi cuarto. Se veía tan aterrado que no recordaba haberlo visto así nunca antes, con esa expresión de incertidumbre y arrepentimiento reinando en su rostro.

Yo no me di cuenta de que había llegado a él hasta que me arrodillé en el suelo de mi habitación, confrontándolo a pesar de que sus ojos seguían fríos y lejos de mí. Se veía tan preocupado que dejé a un lado todas esas preguntas que rondaban mi mente desde que Yoongi apareció en casa junto a los demás.

Tratando de que no notara el tonto temblor de mis dedos, acerqué mi mano a la suya y la dejé descansar sobre sus nudillos. Jungkook bajó la mirada hasta mí como acto reflejo, regalándome desde algo más cerca el precioso color de sus pupilas, ahora llenas de algo que me hacía dudar sobre si estaba preparada para enterarme de lo que fuera que tuviera que decirme.

- ¿Qué es? Hobi ... Hobi ha dicho que no era malo, ¿no? -Kookie mordisqueó el interior de su mejilla, dejándome claro que se sentía culpable. Rocé nuestros dedos intentando ofrecerle algo de valor para decirme, algo de fuerzas para continuar hablando. De verdad, me estaba preocupando-. Kookie ...

Él reaccionó favorablemente cuando lo llamé por su apodo; deslizó su otra mano y envolvió la mía, esa que regaba suaves caricias sobre su piel. Yo le sonreí un poco, dejándole claro que estaba con él y no debía temerle miedo a nada.

- Te he mentido, Maya.

Esas palabras cayeron sobre mí como un balde de agua fría, pero me obligué a mantener nuestras miradas unidas, como si eso en realidad no hubiera sido un duro golpe para mi ciega confianza. Jungkook se apresuró a aterrizar también sobre sus rodillas sin soltar nuestras manos. Más vulnerable que el perrito que me regaló, el brillo de sus ojos se volvió débil, lastimero, hasta el punto de hacerme creer que lloraría por haberme engañado.

- Yo ... -dijo entre balbuceos-. No fui a Japón por un recital -arrugó su entrecejo, vacío de palabras-. En realidad ... No fui allí por el baile.

Algo más tranquila, lo miré detenidamente. La verdad era que tenía más miedo de lo difícil que le estaba resultando decirme aquello, de lo pálida que se había vuelto su piel.

Así que, antes de preocuparme más por lo rápido que palpitaba mi corazón, llevé mi mano libre a su angustiado semblante. La dejé en su mejilla consiguiendo que me observara como un gatito desamparado que buscaba algo de calor.

- Jungkook, puedes contármelo. No me enfadaré -le aseguré ladeando con ligereza la cabeza. Acaricié por unos segundos su pómulo hasta que él asintió, todavía blanco como el papel-. Puedes decirme lo que sea y yo no te recriminaré el habérmelo ocultado.

- Es que ... Me prometí no volver a esconderte nada y ... No lo estoy cumpliendo, Maya -de repente, se acercó a mí para apoyarse sobre mi hombro, buscando una comprensión que no dudé en ofrecerle al instante.

Yo me recosté al borde de la cama, todavía sentada en el suelo de mi cuarto. Jungkook hundió el rostro en mi cuello, haciendo que suaves cosquilleos se extendieran por mi piel, recordándome lo mucho que había añorado esa sensación. Así permaneció durante un rato, como un bebé que busca desesperadamente el perdón de su madre y no sabe qué hacer para remediar el desastre que ha desencadenado.
Sin embargo, Jungkook no había hecho nada malo, lo sabía.

House Of Cards; jjk |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora