Maya
- No entiendo qué es lo que te sigue bloqueando -murmuró Min Yoongi a mi lado, haciéndome sentir mal sin pretenderlo.
Me hundí en el asiento, replanteándome el por qué estaba allí, robándole toda una tarde a Yoongi. Puede que esa mañana no me hubiera levantado demasiado positiva, pero había algo que me decía que no podría supera mi problema. Algo que no hacía más que crecer en mi interior. Puede que tuviera que ver con que no había visto a Jungkook en todo el día. Puede.
- Yo tampoco tengo ni idea -observé la punta de mis zapatos-. Deberías dejar de ayudarme. Seguro que tienes otras cosas que hacer y yo soy un caso perdido.
Él se volvió hacia mí, mirándome de esa forma tan seria. Parecía querer ver qué pasaba por mi cabeza en esos momentos con aquellos ojos.
- Tienes razón -admitió, y yo dejé caer mis hombros-. Soy un chico ocupado. No te imaginas la cantidad de cosas que debería estar haciendo ahora mismo -vi de reojo que se cruzó de brazos y volvió la vista al frente. Hacía un buen día. Seguro que preferiría estar dando un paseo en vez de tener que lidiar con la estúpida chica que no puede tocar el piano-. Tengo que terminar una canción, ir a demasiadas reuniones y preparar un viaje. ¿Pero sabes qué es lo peor, Maya? -sentí un extraño escalofrío en el instante en que me nombró. Él no solía hacerlo. Así que, alcé el rostro y me topé de lleno con su usual semblante, sólo que, esta vez, había algo diferente en sus ojos. Algo que los hacía brillar, escondiendo una felicidad desmedida-. Que prefiero estar aquí, intentando ayudarte.
Hacía ya casi un mes que conocía a ese chico de tez pálida y pelo negro. Apenas sabía algo sobre su vida, sólo que no era de Seoul y que tocaba realmente bien el piano, pero no había necesidad de indagar. En el fondo, Min Yoongi era como un libro abierto. Y, siempre me gustaron los libros.
- Y no pongas esa cara de cachorrito perdido -se quejó algo sonrojado por la sinceridad que había demostrado-. O me plantearé de verdad lo de dejar de darte clases.
Sonreí levemente, y lo miré con algo más de calma. Me gustaba su forma de ser. Al principio, se me antojó un engreído al que no soportaría más de dos minutos, pero se había convertido en alguien en quién podía confiar. Un ser tranquilo pero fanfarrón. Ese era Min Yoongi.
- Eres un buen chico -me atreví a decirle antes de observar las teclas blancas de nuevo.
- ¿Es que parezco uno malo?
Yo solté una risa y me alegré de que fuera él y no otro quien se hubiera ofrecido a tratar mi problema. Hasta que no sentí sus delgados dedos acariciar mi cabeza, no dejé de sonreír. Revolvió con cariño mi pelo, pero no me miró en ningún momento.
- ¿Sabes? Conozco a un chico ... -frunció los labios, planteándose si debía hablar sobre ello o no. Agradecí que lo hiciera-. Tengo un amigo. Es mi compañero, en realidad. Supongo que, de no ser por nuestro trabajo, no nos habríamos conocido -amplié los ojos, admirando la adorable sonrisa que se instaló en el rostro de Yoongi.
Nunca lo había visto tan relajado, tan tranquilo consigo mismo. Nunca me había contado nada sobre él hasta entonces, y eso me hizo sentir verdaderamente bien.
- Él es como un rayo de sol. Nunca deja de sonreír, nunca se deja vencer por nada -se detuvo un segundo, y giró la cabeza en mi dirección, enfrentando mi curiosa mirada-. He pasado muy malos ratos con él en el trabajo -se encogió de hombros-. Soy en el mejor en lo que hago, pero en lo demás ... No destaco.
- ¿En qué? -la pregunta escapó de mi boca sin permiso alguno.
- En todo lo que no sea rapear o componer, supongo.
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House Of Cards; jjk |+18|
FanficDonde Jungkook se enamora de la hermana de Hoseok, su mejor amiga de la infancia. -Te quiero, Maya -susurró a mi oído-. Te quiero y haré que te ames por lo que eres. Sin reproches. Sin miedos. Porque tú has sido la luz al final de mi túnel, la única...