[3.4] "¿La verdad?"

1.3K 95 6
                                    

Maya

Terminé de recoger la ropa y dejé escapar un pesado suspiro.

Ese era el segundo domingo que pasaba sin los chicos. Cierto era que me moría de ganas de que llegara el día siguiente. Podía ser lunes, y yo odiaba los lunes, pero volvían del viaje por la tarde, así que ya no me disgustaba nada la idea de enfrentarme a un día como ese. Es más, estaba deseándolo.

Tal era la ansiedad que sentía, que me desperté a las siete de la mañana, como si fuera un día normal de escuela cuando era fin de semana y podía dormir un poco más. Mi estado estaba al borde del mismísimo colapso por la sola idea de tenerlos de nuevo cerca, así que decidí entretenerme ordenando la casa. Siempre que me encontraba nerviosa por algo, me era inevitable encargarme de las tareas del hogar. Mi madre hacía la mayoría desde que estaba más tiempo en casa, pero esa mañana le había surgido un tema urgente en el trabajo junto a Mark, así que los dos se habían marchado antes incluso de que yo abriera los ojos.

Viéndome sola, decidí que la mejor opción que tenía para distraerme era cuidar de la casa. Mis nervios acabarían desatándose si no me mantenía ocupada con algo pronto.

Jugué un rato con los cachorros, pero, al parecer, ellos habían tenido una mala noche porque terminaron acurrucados junto al sofá después de unas cuántas caricias. Hobi y yo tendríamos que llevarlos pronto al veterinario para sus primeras revisiones. Por quién más temía era por el más pequeño, ese que encontró Jungkook aquella noche. Ya lo habíamos llevado a la consulta para asegurarnos de que no tuviera ninguna enfermedad ni parásitos, pero seguía siendo el más débil de los dos y no estaba seguro en manos ajenas. Apenas confiaba en Hobi; sólo permitía que cuidásemos verdaderamente de él a Jungkook o a mí. Sería un problema. Era consciente de ello.

Acababa de terminar de poner mi cuarto en orden, pero seguían siendo poco más de las ocho de la mañana. ¿Qué podía hacer? No se me ocurrió otra cosa que cerrar la puerta de mi habitación para no molestar el reparador descanso de los cachorros y acercarme al piano. Desde que volví a tocar la semana anterior, había estado practicando una tranquila canción de cuna que Yoongi me descubrió. Era lo más fácil después de haber perdido tanto la práctica. Aunque, podía estar orgullosa porque ya podía tocar la pieza completa sin problemas, así que eso no hacía más que motivarme.

Yoongi hizo bien al recomendarme esa canción. La confianza que había brillado por su ausencia en mí las últimas semanas estaba recobrando consistencia y parecía volver más fuerte con cada nota.

Sólo toqué un par de acordes porque los agudos ladridos de Mickey me sobresaltaron. Mamá debía haber llegado; el perrito de Hoseok siempre ladraba cuando regresaba.

Por eso no le di más importancia y volví a colocar los dedos en posición haciendo una escala con calma.

Sin embargo, me obligué a parar cuando algo se salió de lo normal. Agudicé el oído al escuchar un segundo gruñido que no era de Mickey. Con el ceño fruncido, me levanté sin prisas de la banqueta y fui acercándome a la puerta, con algo de miedo.

Sin embargo, ese temor infundado desapareció en el momento en que comprendí lo que eso significaba. Mi cachorro nunca ladraba. Sólo lo hacía conmigo, cuando jugábamos y quería que lo minara, o cuando ... Cuando ...

Tiré del pomo con fuerza, sintiendo el latido de mi corazón en la garganta. Nada más poner un pie en el pasillo, miré hacia el final de este y me encaminé a través de él con cuidado.

- ¿Bebé? -pregunté con un hilo de voz. Ese era el apodo con el que me había acostumbrado a llamarlo últimamente.

Pensé en un nombre que ponerle, pero ninguno me gustaba, así que opté por referirme a él como lo había hecho mi mejor amigo siempre.

House Of Cards; jjk |+18|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora