Maya
No fue un mal sueño. En realidad ... Fue uno de los mejores que nunca había tenido. Fue una pena despertar y no recordar nada de él.
Un extraño bienestar me recorrió de pies a cabeza, haciéndome suspirar de puro alivio.
Todavía tenía los ojos cerrados y seguía haciendo un esfuerzo por intentar entender qué era lo que me había dado tanta paz esa noche, pero no me hizo falta buscar más porque la respuesta estaba ante mí.
Un suave murmuro me sobresaltó, pero en el instante en que sentí la piel de su cuello descubierto contra mi nariz, relajé cada fibra de mi cuerpo. Yo acomodé el rostro bajo su quijada y dejé la mente en blanco mientras Jungkook me abrazaba, ofreciéndome ese calor que tanto me había faltado. Sin duda, el sueño había sido precioso, pero estaba segura de que todo había sido por él, porque durmió conmigo como hacía semanas que no lo hacía.
En silencio, imaginando que Kookie todavía permanecía en el séptimo sueño, deslicé mis manos por su pecho casi inconscientemente. Apenas había entreabierto los ojos cuando escuché el pesado suspiro de mi amigo, que no hizo otra cosa que atraerme más a su cuerpo, invitándome a que repitiera lo que había hecho por instinto. Sintiendo el rubor en mis mejillas y sin estar siquiera despierta de verdad, llevé de vuelta mis manos, acercándolas a mí para evitar cometer una de esas estupideces que no hacían más atacarme continuamente desde que regresó.
El frío de la noche seguía impregnando cada rincón de mi habitación, así que, ya despierta, comencé a apreciar un poco más las livianas respiraciones de Jungkook. Sólo podía mirar la clara piel de cuello o la clavícula que sobresalía por encima de su camiseta. Varias veces estuve tentada a alzar la cabeza, aunque sólo fuera una chispa, y así poder apreciar el gesto que debía reinar en su semblante. Ver a Kookie durmiendo era una de mis cosas favoritas, por mucha vergüenza que me diera admitirlo. Sin embargo, me mantuve en esa posición durante un buen rato. Él tenía un sueño tan profundo que no creía que despertaría hasta que mi alarma sonara, y calculaba que para eso todavía faltaría algo más de media hora.
Sólo transcurrieron cinco minutos hasta que Kook susurró algo en sueños, haciéndome sonreír. Pero, esa sonrisa se esfumó en cuánto volví a centrar mi atención en la forma en que el aire entraba a sus pulmones. Algo cambió en cuestión de segundos y su respiración empezó a tomar una velocidad que me tensó de golpe. No perdí el tiempo y aparté la vista de su hombro para ver mejor su estado, pero no pude separarme apenas de él porque un lastimero sollozo salió de mi amigo. Alertada, hice que el espacio se abriera entre nosotros y tropecé con su cara.
Jungkookie tenía el ceño fruncido y sus párpados yacían fuertemente apretados. En el momento en que coloqué la palma de mi mano en su mejilla, sus labios se entreabrieron. Me senté en la almohada, que fue humedecida por una lágrima suya que cayó limpia sobre ella.
- Kookie ... -lo llamé recibiendo como respuesta otro gemido que me hizo tragar saliva, preocupándome de verdad-. Eh, Kookie, despierta.
Limpié la nueva gota que escapaba por el rabillo de su ojo y sentí cómo sus ágiles dedos alcanzaban mi camiseta y tiraban de ella.
- ¿Jungkook? -pregunté, incapaz de alejar la mirada de la forma en que sus rosados labios temblaban como si fueran gelatina-. Jungkook, ¿qué tienes?
Acerqué la boca a su frente tras apartar el flequillo que la ocultaba y dejé allí los labios, concluyendo que no era una fiebre lo que lo acuciaba. Más asustada con cada segundo que pasaba, me supliqué a mí misma que no estuviera sufriendo, aunque en el momento en que gimió, supe que eso era imposible.
Acaricié sus pómulos entre llamados que no parecían surtir efecto hasta que, con un angustiado suspiro por su parte, sus ojos negros volvieron a la vida envueltos en ese aire somnífero que poseía todas las mañanas. Yo le di el espacio necesario sin que tuviera que pedírmelo y esperé a que llevara ambos brazos a su rostro entre pesadas tomas de aire que no me tranquilizaron en absoluto.
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House Of Cards; jjk |+18|
ФанфикDonde Jungkook se enamora de la hermana de Hoseok, su mejor amiga de la infancia. -Te quiero, Maya -susurró a mi oído-. Te quiero y haré que te ames por lo que eres. Sin reproches. Sin miedos. Porque tú has sido la luz al final de mi túnel, la única...