Maya
La forma en que me miró fue tan extraña, que me quedé sin aliento. Algo en sus ojos me decían que no moviera un dedo, que lo mejor sería ignorar a la chica que acababa de saludarnos. La caricia que dejó sobre la palma de mi mano decía exactamente lo mismo.
Pero no lo hice. Yo fui la primera en girarme hacia Dae intentando aparentar normalidad. Intentando hacerle creer tanto a ella como a Jungkook, que el corazón golpeaba mi pecho como siempre cuando tuve que levantarme del regazo de mi mejor amigo por miedo a desmayarme allí mismo.
Nunca me había mirado así.
Estoy segura de que nunca lo había hecho. Hasta esa noche, claro.
Entonces, me di cuenta de que esa noche no iba a acabar sólo con una mirada como aquella para nosotros.
- Hola, Dae -esbocé una nerviosa sonrisa cuando sentí a Kookie rozar con su pecho mi espalda.
- ¿Qué hacéis alejados de todos? ¡La fiesta está en el salón! -desbordaba tanta energía y felicidad que me maldije al segundo. Ella era tan distinta a mí. Ella encajaba tanto con él.
- Supongo que se nos fue el santo al cielo ... -dije, para nada convencida de mis palabras.
- ¡Normal! ¡La fiesta es increíble! -dejó de mirarme, como siempre hacía, y posó su mirada en la figura que esperaba a mis espaldas en silencio desde la llegada de aquella chica-. Jungkook-oppa -sus pupilas eran tan brillantes al llamar su atención-, ¿Lo estás pasando bien?
- Claro -no hizo falta volverme para saber que sonreía abiertamente-. ¿Acabas de llegar?
- Sí. Taehyung me dijo que estarías por aquí, y yo ... Quería saludarte -las luces apenas alumbraban lo suficiente, pero pude ver el dulce rubor en sus mejillas.
- Oh, muchas gracias -rió incómodo, pero halagado. Jungkook nunca supo mentir. Menos ante una chica tan bonita.
Durante esa pequeña conversación, el nudo en mi garganta había ido creciendo. Notaba todo mi cuerpo entumecido, pensando todavía en Kook. ¿Y si habían sido imaginaciones mías? Sí, sería eso. Él adoraba pasar tiempo con Dae. Corroboré aquel pensamiento en cuánto volví la cabeza hacia él y vi sus pómulos, con una adorable tonalidad roja. Sí. Yo allí sobraba.
- Bien -junté mis manos, ahora sudorosas-, os dejaré solos. Seguro que Tae anda por ahí descontrolado.
- Pero, yo ... -Jungkook intentó agarrar mi brazo, pero yo no se lo permití. Él no tenía que pasar la noche con la amargada de su vecina, ¿verdad? Merecía coquetear con la chica que suspiraba por él día sí y día también.
- Estaré con Tae, Kookie -ahora lucía alicaído, como si hubiera estado esperando a que yo dijera lo contrario y me quedara con él-. Te buscaré después.
Me marché antes de que el agobio que me envolvía fuera demasiado visible a los ojos de ese chico. Una vez fuera de la habitación, respiré. Me mantuve allí por más de dos minutos, tomando aire, tratando de calmar mi pulso. Sé que otra razón fue por él; de alguna forma, esperaba que volviera a buscarme. Era algo ridículo, y yo cada vez era más egoísta. ¿Pero qué podía haber hecho sino dejarlos solos? Ellos ... Podrían tener una relación tan bonita que lo odié con toda mi alma. Odié que algún día acabasen tomados de la mano, paseando como una pareja perfecta. Lo odié tanto que huí, como una maldita cobarde incapaz de enfrentarse a nada. Porque no podría presenciar esa escena nunca, por muy fuerte que me sintiera.
La realidad era mucho más complicada de lo que jamás pensé. Mi dependencia hacia Jungkook estaba alcanzando unos extremos insanos. Aunque sabía que no era dependencia, me repetía que lo era, una y otra vez, porque era consciente de que si no se trataba de eso, lo que me ocurría era algo mil veces peor.
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House Of Cards; jjk |+18|
FanfictionDonde Jungkook se enamora de la hermana de Hoseok, su mejor amiga de la infancia. -Te quiero, Maya -susurró a mi oído-. Te quiero y haré que te ames por lo que eres. Sin reproches. Sin miedos. Porque tú has sido la luz al final de mi túnel, la única...