Cuarto día: Cecil-san

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Nota: he cambiado (t/n) por ___
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Uhhm- me giré en la cama y noté algo a mi lado, era grande y cálido. Lentamente abrí los ojos, pues era extraño que algo estuviera ahí, y al abrirlos bien y conseguir ver di un fuerte grito cayendo de la cama. Que hacia un chico en mi cama?!.
Éste se levantó sobresaltado y se giró hacia mi.
___! Estás bien- preguntó acercándose a mí.
Dios, me has asustado Rin, que haces acostado en mi cama?- me puse de pie y miré la hora en mi móvil- las cinco de la mañana!!- me sorprendí pues aún era muy temprano.
Es que, estoy apretado dentro de esa piedra- dijo el moreno volviéndose a meter en la cama- a parte, en forma de gato ya he dormido aquí- se tapó con mi manta.
Y?! Eras un gato, no sabia tu verdadera forma y no ocupabas espacio, ahora eres mas grande que yo!- le dije quitándole la manta de encima mientras él tiraba para impedírmelo.
Dejame dormiiir!- se hizo bola en la cama.
Oh, en serio?- se quedo de nuevo dormido, pero esta vez en el centro de la cama.- y tu eras el que me iba a ayudar?, bah me rindo- en pijama, tal y como estaba, salí de la habitación con mi gato Ran-ran en brazos, que se había despertado también y con mi libreta, y fui, tras coger algo de agua en la cocina, a la sala donde se encontraba el piano. Una vez allí me senté en el taburete, dejé al pequeño gato a mi lado para que se durmiera y me dispuse a tocar la melodía que había compuesto unos días atrás, la cual Syo había leído y aunque no lo afirmara, estaba bastante inspirada en él.
Dispuse los dedos en el teclado y una suave melodía comenzó a brotar, la gran parte de las notas me las sabía y no me era necesario leer la partitura.
El pequeño gato pareció escuchar un sonido pues se detuvo mirando a la puerta y luego se posó en mi regazo, pero yo, al estar tan ensimismada en la música, no me percaté de la presencia de alguien. Mi mente era una fuente de recuerdos y en ellos siempre aparecia una persona, aquel rubio que era tan especial.
Leches!- me equivoqué pulsando una tecla y destruyendo el ritmo que llevaba.- aaarhg- me heche hacia atrás en el asiento, entonces escuché un carraspeo y me giré a mirar. De pie, con una enorme sonrisa en su rostro, se encontraba el rubio de ojos azules que tanto me encantaba.
Esa es la canción que leí el otro día?- preguntó Syo mientras se acercaba a mí.
Syo, te he despertado? Lo...lo siento; si, es esa canción- le respondí agachando la cabeza, entonces noté algo cálido en mi cabello, Syo se encontraba acariciándolo.
No te preocupes, jajajajaja, me suelo levantar bastante temprano, sobre todo cuando Natsuki ronca- rió suavemente. Se le veía muy animado para ser tan temprano.- y tu que haces despierta a esta hora y en pijama?- miré mi ropa y vi que aun estaba en pijama, ya ni me acordaba. El chico se sentó a mi lado y yo estaba algo sonrojada.
Bueno, es que escuché un ruido y me desperté y ya no me conseguía volver a dormir- me inventé esa leve escusa para no contarle nada sobre Rin, pues claro estaba que no iba a decirle que me había levantado con un moreno de metro ochenta tumbado en mi cama. Me reí ante mi pensamiento y Ran-ran, el cual estaba sobre mi regazo se levantó y caminó hacia el rubio.
Vaya, y este gatito?- preguntó acariciando su pequeña cabeza.
Ah, es un gato que Ranmaru-san cuidaba,como era callejero y el no lo podía llevar a su habitación le propuse cuidarlo yo.- comenté mientras se formaba una leve sonrisa en mi rostro.
El gato ronroneó y mostró su tripita para que lo acariciara.
Jajajajaja, que mono- al chico se le dibujó una enorme y brillante sonrisa que me provocó otra a mi, pues era una escena muy tierna.
Oye- Syo aún tenía la cabeza agachada acariciando a Ran-ran.- podrías volver a tocar la canción.- pidió con una suave voz.

*Habla Syo-chan*
Mientras tenía mi mirada posada en el gato recordé la canción. Mientras la tocaba y yo la escuchaba, tuve muchos recuerdos y cálidas sensaciones en mi pecho. Cuando la vi moverse de aquella forma, que parecía que notaba lo mismo que yo, mi corazón dio un vuelco. Esa chica me encantaba demasiado.
Oye, podrías volver a tocar la canción.- le pedí sin levantar mi rostro del pequeño gato, pues notaba como el calor llegaba a mis cachetes. Quería volverla a ver tocar, escuchar las notas que fluían de sus armoniosas manos, quería notarla cerca mientras me transmitía esos sentimientos enmascarados los cuales buscaba que fueran para mí. Estaba nervioso y ella también, lo noté cuando se equivocó en una nota.
Ay!- exclamó la muchacha- siempre me confundo aquí.
Elevé mi mirada hasta la partitura y le pedí que tocara dicha parte,lo hizo y ví  en que parte fallaba,por lo que me dispuse a ayudarla.

Un amor sorpresivo (Syo Kurusu × tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora