Desafío - Víctor

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IRIS: Buen día, ¿qué tal amaneciste hoy?

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IRIS: Buen día, ¿qué tal amaneciste hoy?

Era lo que decía un mensaje de Iris que leí cuando desperté.

Lo curioso del mensaje era que me lo había mandado a las cinco de la mañana.

Me tallé los ojos y estiré mis brazos antes de contestarle. No se me olvida la otra vez que pensé que probablemente me estaba espiando: Acabas de llegar del bosque, dijo. Luego aclaró la situación y me comentó que sólo había dicho eso a modo de broma, lo cual realmente sería una extraña coincidencia. No le creí tanto.

VÍCTOR: Bien, fue una noche agradable. Buen día. Por cierto, soñé contigo.

En el sueño solo éramos ella y yo, fundiéndonos en un abrazo en medio de la plaza de Villa Dorada. Era más hermosa de lo que mi imaginación la pintaba; inclusive más que las fotografías que tenía en Facebook. Pero había algo en ese sueño que, incluso despierto, me llenaba de desasosiego.

Le conté a Iris mi sueño y lo único que me envió fue un emoticón con corazones.

Divagué un poco por las fotografías de la chica y caí en la cuenta de que todas las habían publicado el mismo día, dos años atrás; actualmente podría estar diferente. La gente puede cambiar en poco tiempo.

Por un momento llegué a pensar que fuese un perfil falso, porque las publicaciones de sus fotos se limitaban a dos años atrás.

Iris tenía más de tres mil amigos, una gran cantidad de ellos eran fisicoculturistas y jóvenes universitarios. Pocas mujeres estaban en su lista de amistades, ellas también poseían cuerpos medianamente atléticos, sin caer en lo escultural. Por lo tanto, no era lógico que casi cuatromil personas tuviesen agregada a una cuenta falsa.

Por supuesto, entre los contactos de Iris estaba Diego; pero también el otro chico que se había suicidado días atrás.

No tenía gran cosa en la sección de información; sólo decía que era de sexo femenino y tenía su fecha de nacimiento. Seguía muy pocas páginas: algunas revistas de moda y de nutrición; programas de televisión y cantantes de talla internacional.

Ante la información recabada con una sencilla stalkeada, le pregunté de inmediato:

VÍCTOR: ¿Por qué no tienes fotos recientes?

IRIS: Me las roban. Descubrí algunas cuentas falsas con mi nombre y usando mis fotos.

VÍCTOR: ¿Podrías mandarme una de como estés en este momento?

Y la mandó.

Al igual que esa, mandó algunas otras más demostrando que no era un perfil falso. Si le pedía una foto en pijama, la enviaba. Si le pedía una foto en vestido, la enviaba. De la manera en como le pidiese la foto, la enviaba.

IRIS: Me gustaría verte en persona. En vivo y en directo.

Dijo eso. A mí también me gustaría verla; y por mí no había ningún problema, yo podía ir a la capital.

VÍCTOR: Puedo ir a la capital a visitarte.

IRIS: Ya te había dicho que soy una chica muy ocupada. Probablemente no podamos vernos tan pronto, aunque de verdad quiera hacerlo.

VÍCTOR: ¿Podrías venir a Villa Dorada?

IRIS: NO.

VÍCTOR: ¿Por qué el otro día entonces me dijiste que nos viéramos en el bosque?

IRIS: Bueno, sólo se me ocurrió decirte eso; tú sabes que yo no podría estar en el bosque en mitad de la noche.

VÍCTOR: Lo sé, cariño.

IRIS: Aun así me gustaría preguntarte una cosa.

VÍCTOR: Házlo.

IRIS: ¿Qué estás dispuesto a hacer por mí? ¿Pondrías tu vida en peligro?

¿Quién es Iris? [COMPLETA Y EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora