Cuando desperté, lo primero que hice fue conectarme a Facebook para enviarle mensaje a Iris. No estaba disponible; su última conexión había sido seis horas antes, sin embargo, le mandé un mensaje saludándola.
El resto de la mañana me la pasé ordenando un poco la casa. Mi padre estaba ebrio (nuevamente) en la sala, donde imperaba un olor muy desagradable.
Desayuné en un puesto de quesadillas y luego me fui a sentar a la plaza un rato. En las próximas semanas buscaría un empleo, pero por el momento disfrutaría de unos cuantos días de vacaciones. Me compré un helado de limón y a eso de las dos de la tarde encontré a Matías caminando desde la iglesia. Venía con su madre. Me miró y se despidió de su progenitora para caminar a mi dirección.
─¿Vienes de misa? ─le pregunté con sorpresa.
─No. Mi mamá quería dejarle unas flores a la virgen. ─se sentó a mi lado─. Le pidió porque los suicidios se detuvieran.
─Mmm... no creo que la virgen pueda ayudar mucho. ─comenté, sin pensarlo. Matías divagó su mirada entre los árboles que rodeaban el lugar.
A pocos pasos de nosotros, un ventarrón de aire le arrebató los globos de helio a un vendedor. El hombre intentó alcanzarlos, pero estos ascendieron cada vez más hasta alejarse por completo, manchando el cielo con sus chillones colores.
─¿Cuándo te vas a mudar a la capital? ─quise saber. Cuando él se fuera me iba a sentir demasiado solo. Matías había sido mi único amigo desde la secundaria, aproximadamente.
─Aún falta más de un mes para que empiecen las clases en la universidad. ─confesó─. Supongo que a principios de agosto me iré de Villa Dorada. Pero, digamos que no me iré del todo; estaré viniendo los fines de semana a visitar a mis padres. ¿Ya conseguiste empleo?
─La próxima semana empezaré a buscar. ─dije.
Su teléfono vibró con insistencia y contestó una llamada. Desde el otro lado de la línea se escuchaba la voz de una chica.
─Sí... entiendo... ─comentó Matías con la mirada perdida─. Entonces espero que pronto regresen de viaje y podamos pedirles permiso para entrar.
Colgó la llamada y volteó a verme.
─¿Qué estás tramando? ─le pregunté ocultando una risotada.
─Nada. ─fue tajante.
─¿Andas con Ximena?
─No... ─se sonrojó─. Solo estamos investigando algo.
─Entiendo. ─y me reí─. ¿No crees que ella está un poco loca?
Sus ojos me miraron asesinamente. Sacó su teléfono y se perdió en él; hice lo mismo, tan solo para comprobar que Iris no se había conectado.
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¿Quién es Iris? [COMPLETA Y EN EDICIÓN]
Misteri / ThrillerCuando el primer suicidio aparece en el pequeño pueblo de Villa Dorada, toda la gente se pregunta qué es lo que ha llevado a un adolescente a quitarse la vida. Lo que no saben es que eso es el principio de una cadena de misterios sin resolver que...