-¿Qué sucede? –preguntó en una exclamación Anne al entrar en mi apartamento y verme allí, con un pantalón de pijama, una camisa holgada y comienzo un tazón de helado.
-Perdí mi trabajo.
-¿Qué? –volvió a gritar haciendo saltar a mi gata.
-Lo que oyes, lo he perdido.
-Pero ¿Cómo?
Su gesto impactado no dejaba su rostro cuando se sentó a mi lado en el sofá.
-Es una larga historia sin mucha importancia –encogí mis hombros sin darle mucha importancia. Lo cierto era que mis mejillas se estaban colorando, causado por el recuerdo del corto pero extrañamente significativo beso, que Matías me había dado.
-¡No! ¡No me vengas con eso! Me dirás todo –respiré profundo dejando el tazón en la mesa de centro de la sala y miré su rostro.
-Me escuchó hablado contigo, supo que iría a una fiesta y me salí del trabajo sin avisar. Dejé algunas cosas pendientes para hoy y se enojó mucho.
-Eso no es motivo para un despido –arrugó el cejo- ¿Cómo se enteró de la fiesta? Hablamos en Español.
-Pues...sabe un poco español, su padre era argentino.
-Oh...mierda...
-Sí, he quedado igual –señalé su boca abierta.
-Pero, no lo entiendo ¿Te ha despedido porque fuiste a una fiesta y te saliste del trabajo sin permiso?
-Básicamente –mentí.
-Pero ¿Qué se cree? ¡Es un trabajo no un colegio!
-Lo sé, eso mismo le dije.
-¿Se los has dicho? –volvió a gritar. Lucy la miró con mala cara y yo sonreí. Mi gata odiaba los gritos.
-Bueno, él ha violado mi privacidad. Quiere estar viendo todos mis movimientos, con quién hablo y dejo de hablar. Me enojé y le cante las cuartas...
-¡Ay Rebe! ¡Por eso te ha despedido! –resopló dejándose caer en el espaldar del sofá.
-Bueno, no específicamente – Anne tomó un vaso con agua que estaba en la mesa, y me hizo un gesto con las cejas y nariz en una pregunta silenciosa de ¿Entonces por qué?
-Bueno...es una larga historia.
-Tengo todo el tiempo del mundo –tomé aire profundo y miré el televisor encendido frente a mí.
-Me ha besado y yo lo he abofeteado –Anne escupió el líquido trasparente por toda mi sala -¡Anne! –reprendí. Ésta comenzó a toser exageradamente poniéndose como un tomate. Palmeé su espalda para ayudarla. Cuando se hubo calmado, me miró con los ojos casi saliéndose de sus órbitas y gritó.
-¡Te besó!
-¡Miau! –chillo mi gata corriendo hacia mi habitación.
-Sí, me besó Anne. Ese hombre está loco, no lo entiendo.
-Pero ¿Cómo que te besó? ¿Por qué? ¡No entiendo! ¡Te ha besado el hombre más deseado por nuestras amigas y tú lo abofeteas!
-¡Ese tipo está loco Anne! ¿No comprendes?
-¡Explícame!
-Verás –tomé aire- La reunión del sábado se trataba de una fiesta familiar. Me pidió el favor que me hiciera pasar por su novia, ya que necesitaba algún tipo de evidencia para su familia, de que salía con alguien.
-¿Por qué te lo pidió a ti? Apenas te conoce.
-Precisamente por eso, porque soy una desconocida. Me dijo que no podía pedírselo a alguna amiga u otra persona de confianza porque su familia los conocía. Pero que a mí no, además no habría problema porque yo no conocía nada de él.
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Mundos Adversos
RomanceRebeca, una chica Venezolana que huye a la edad de veinte años de su país, por causa de la enfermedad de su madre, en busca de una mejora económica que la ayude a salvarla. Por desgracia, la vida le quitó a esa bella mujer que la crió, dejándola com...