En lo particular la escuela era solo eso. Mi madre siempre me alentaba a hacer nuevos amigos.
Era realmente tímida y la última vez que recuerdo que traté de hacer un amigo pusieron mi cabeza en el retrete. No estaba interesada en experimentar algo como eso, por lo que me aparté de todos.
Mis padres, mis hermanos y yo nos íbamos a mudar a una casa más grande y con jardín. Mis hermanos fueron los que estaban más felices, pero a mí realmente no me importaba. Empaqué mis cosas antes de irnos.
—Cariño —dijo mi madre—, no te tardes mucho.
¿Por qué habría de hacerlo?
No es como si me importara mucho el lugar al que vamos.Metí las últimas cosas en mi maleta. La agarré. Los de la mudanza vendrían por la mañana, así que, no tendría que preocuparme. Caminé hasta donde estaban mis padres y mis hermanos. Yo era la mayor, por lo que, siempre me ponían a cargo.
>>Vámonos cariño antes de que oscurezca.
—Ya voy— dije de mala gana.
Nos salimos de la casa sin mirar atrás. Nos dirigimos hasta la camioneta. El camino fue largo, por lo que, decidí dormir un rato. Tiempo después mi hermano Brad me empezó a mover.
—Mia, despiértate, ya llegamos.
Me tallé los ojos. No me interesaba despertar, pero si no lo hacía lo más seguro era que me echaran agua encima.
—Ya voy.
—Te esperamos entonces— dijo Layla.
Bajé de la camioneta.
—¿Y mi maleta?
—Ya la llevamos dentro.
Caminé hasta donde estaba la puerta. Brad me abrió la puerta.
—Gracias.
—Solo pasa— dijo de mala gana.
—Ya no lloriquees por tu novia.
—Lo dice quien ya ha salido con alguien.
Me crucé de brazos. Puse una mueca.
—Tal vez no haya salido con alguien, pero jamás estaría así por otra persona.
—Solo eres mayor que yo por siete minutos. Eso no te hace otra persona. Eso te puede pasar.
—Yo paso.
—¡Ah! Olvidé que tu novio es tu queridísimo diario.
—Al menos nunca me abandona.
—Mi novia no me abandonó.
—Nooo.
—Nos dimos un tiempo. Obviamente, es difícil ser novios estando separados.
—Por eso ahora sale con Liam.
—¿Y tú cómo sabes eso?
—Soy como una sombra.
—No estoy para bromas Mia.
—No es una broma, soy como una sombra, nadie me ve, nadie me habla.
—¿Y eso qué tiene que ver que sepas lo de Avery?
—Que puedo estar cerca y que no les importa las cosas que digan enfrente de mí porque soy la chica que no se lleva con nadie.
—Qué triste suena eso.
—No necesito a nadie más que a mi diario.
—Uuy, pero qué seria.
—Brad, no estoy para bromas.
—¡Entren de una vez!— Exclamó Layla.
Layla tenía dieciséis años. Mi padre cuarenta y dos. Mi madre treinta y ocho. Nevaeh diez. Zachary cinco.
Entramos rápido antes de que se enojara más.
—¿De qué tanto hablaban?— Preguntó mi madre.
—Nada— respondimos Brad y yo al unísono.
—Eso es realmente extraño, mejor ayúdenme a desempacar.
—Ya vamos mamá— dijimos todos al unísono.
Movimos unas cuantas maletas. Las llevaron a una habitación que nos indicó mi madre.
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Mi vida, mi diario (Completa)
Teen FictionNo sabía qué hacer. Lo único que conocía eran esas historias que escribía en mi diario, el cual, llevaba a todos lados, era algo así como friki que ni siquiera se llevaba con los nerds. Mi vida estaba dedicada a la escuela y lo que escribía en mi di...