59.¿Cupido?

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Por fin era viernes. Violet y yo habíamos ido a un parque que quedaba cerca de la escuela para planear las citas que organizaríamos.

-Entonces... -Dijo Violet e hizo una mueca- Brad y Alyssa irán al gotcha, Blake y Aria a pasear en bicicletas y Mason y Rachel a un restaurante.

-Lo único que queda es saber el día. Tendremos que organizar un plan porque si les decimos a las chicas o se pondrán nerviosas o se negarán.

-Gran problema... ¡Ya sé!

Fruncí el ceño.

>>Eres amiga de todas. ¿Qué tal si citas a cada una en diferentes lugares?

-Mmm... Lo pensaré.

-Vamos Mia. Esto beneficia a todos. A los chicos como a las chicas.

-Tienes razón... Pero... No sé... No me gusta mentir.

-Será una mentira piadosa. ¿Qué tiene de malo? Digo, no mataremos a nadie, ni nada por el estilo.

Comencé a reírme.

-Está bien. Tú ganas.

-Aunque... Me sorprende que a Mason le guste Rachel.

Hice una mueca.

-¿Por qué?

-Porque los de Lambda no son conocidos por "tomar algo en serio".

-Siempre hay una primera vez.

-Tal vez.

Violet hizo una mueca no muy convencida de lo que había dicho. Escuché a un niño llorar. Volteé a verlo. Me acerqué a él. No había nadie más.

-¿Qué te pasa pequeño?

El niño talló sus ojos. Señaló su globo que estaba roto en el suelo junto con su helado.

>>¿Cómo pasó eso?

El pequeño señaló a unos niños que estaban riendo en sus bicicletas. Cerré mis puños. Caminé hasta ellos.

>>¡Oigan!

Los niños voltearon a verme. Uno que parecía ser más grande se me acercó.

-¿Qué quieres vieja?

¿Vieja?

A penas tengo dieciocho.

Hice una mueca.

-¿Por qué tiraron su helado al suelo y rompieron su globo?

-Porque tenía ganas.

Cerré mis puños con más fuerza.

-Que maleducado. ¿Qué tu madre no te enseñó que eso no se debe hacer?

-Eso no te incumbe, vieja.

-¡Deja de decirme vieja! ¡Pídele disculpas!

-No.

El niño que estaba llorando se escondió atrás de mí.

-Hazlo.

-No. Él es un niño rico que cree que por su lindo atuendo puede hacernos sentir menos. Odio a la gente como ellos.

Dejé de apretar mis puños.

-¿Qué tienes en contra de ellos?

-Mi madre la abandonó un rico porque no estaba a su altura. ¡Así que, déjame en paz, vieja!

Hice una mueca. El niño se acercó al pequeño que estaba detrás de mí. No logré escuchar lo que le dijo, pero el pequeño asintió.

>>Vámonos chicos. Ya me aburrí de este parque.

Mi vida, mi diario (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora