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Se había marchado y había dejado a la chica por la que todos sus amigos se morían por tener. Podía entenderlos, era hermosa, pero no su tipo. Sin embargo, entendía por qué alguien como JungKook se fijaría en ella, tenía gracia al caminar, era femenina, como suponía que a los chicos les gustaba que fueran. Sus rasgos finos, como las chicas que comúnmente aparecen en la televisión, en las revistas. Ella era una de ellas.  

Después de todo ese alboroto se dio cuenta de que su libreta estaba desaparecida, no la buscaría estaba en blanco. ¿A quién le importaba? Pasó todas las clases sin su libreta y respondiendo evasivas a Tae en un trozo de papel a las preguntas que le hizo, prometiendo que después los pondría al tanto de la situación.
Al terminar las clases él llevaba el papel en uno de los bolsillos de su pantalón, lo tiró en un basurero en el camino a su taquilla, y al llegar a esta sólo tomo su mochila semi-vacía, la colgó a su hombro y empezó su camino a donde siempre se encontraba con sus amigos una vez concluidas las clases. 

Un tirón sobre su hombro lo hizo retroceder, cuando giró el rostro se dio cuenta que era su mochila la que era arrastrada sobre su hombro. Esta cayó al suelo y Jimin levantó la mirada de esta al chico de pie frente a él. JungKook. Esto parecía una persecución, tal vez él había tenido muchas ganas de ver al chico, pero después de la escena en el comedor, sabía que había alguna tensión entre ellos a pesar de que no se conocían prácticamente. Jimin aclaró su garganta relativamente calmado a pesar de que su mochila yacía en el suelo, y de ser otra persona un empujón sería lo mínimo que recibiría. 

—¿Puedo ayudarte en algo?— Se percató de que los pasillos, especialmente en el que se encontraban, estaban vacíos. Respiró profundo intentando calmar su corazón que nuevamente latía como loco dentro de su tórax. Jimin elevó una plegaria a cualquier dios que pudiera escucharlo para ayudarlo a esconder el temblor en sus piernas y sus manos de la mirada del contrario. Lamió sus labios en un gesto nervioso mientras la mirada de JungKook lo recorría de pies a cabeza, una rápida evaluación. Lo supo por la rigidez en su postura. 

Por favor, que no inicie una pelea. Pensó.

—Sí— ladeo su cabeza devolviendo su mirada al rostro de Jimin—. De hecho tengo algunas preguntas para ti—Jimin asintió a modo de respuesta, sonriendo de manera ligera para instarlo a continuar —. ¿Qué hay entre Kim Yang Mi y tú? 

Jimin elevó una de sus cejas y se mantuvo en silencio esperando que esto realmente fuera una broma. No lo era.

—No hay nada. Quiso agradecerme por detener la pelea y defenderla. Quiso compensarlo invitándome un café —JungKook liberó una ligera risa, la diversión en ella no llegó a sus ojos. 

—¿Es una broma? —Cuestionó con un tono ligeramente irritado. Jimin se encogió de hombros. 

—¿Por qué tendría que serlo? —Se limitó a preguntar con curiosidad. Toda esta conversación estaba haciendo uso de todo su auto-control para mantener la mente clara sin distraerse ante la presencia de su acompañante. 

—Fui yo quien la defendió. Fui yo quien se metió en esa estúpida pelea para evitar que ese machito de cuarta la tratara de esa manera— Jimin levanto ambas manos frente a él mostrando sus palmas demostrando que no buscaba problemas. No con él al menos. 

—Escucha. No fui yo quien la encontró, ella vino por mi. Ella me esperó fuera del aula y me arrastró al comedor. Créeme, estar con ella no es algo que me haga especialmente ilusión— aquella respuesta había parecido ser suficiente para JungKook, lo notó en el brillo de su mirada y en como sus hombros se relajaron ligeramente. Dibujó una nueva sonrisa divertida. Esto le provocó un ligero dolor en el pecho ¿Lo que había visto en sus ojos era ilusión? 

—Bien —JungKook empujó la mochila de Jimin con uno de sus pies por el suelo, acercándola. El segundo se agachó para levantarla, la sacudió un poco y colgó de vuelta a su hombro—. Soy Jeon JungKook —le tendió una mano. Una ofrenda de paz supuso. 

—Park Jimin— Estrecharon sus manos, Jimin hizo acopio de toda su fuerza para mantener firme su mano y que JungKook no notara el temblor de la misma. Lo soltó. No supo que decir así que comenzó a caminar en dirección a la puerta de salida. 

—Jimin— lo tomó de la muñeca, el nombrado se detuvo de golpe y como si de algún interruptor se tratara su corazón empezó a bombear desesperado ¿Sólo Jimin? era algo un poco intimo para él. De espaldas a JungKook llevó una mano a su pecho, como una orden silenciosa para que el órgano acelerado dentro de este se calmara. 

—¿Sí? —le dirigió una mirada sobre su hombro, sólo logrando apreciarlo por el rabillo de su ojo. 

—Vamos por un café— Jimin frunció el ceño desconcertado ante la invitación, sabía que sus gestos eran visibles para su único acompañante, el cual se limitó a sonreír. ¿Dos veces el mismo día? Esto debería ser una broma—. Si te digo que es para compensar algo ¿aceptarías?  

Lo sabía, esto era una broma, una burla. No para él al menos. Se burlaba de Yang Mi pero esto no tenía sentido, ella tendría que estar presente para que valiera la pena. 

—Sólo si me tomas del brazo como lo hizo ella— Contra atacó. Si lo iba a arrastrar a esa tontería no se iría limpio. Soltó su mano del agarré y colocó el brazo en la posición en que ella lo había tomado— ¿Qué? —cuestionó con un tono divertido, JungKook se quedó mirándolo un par de segundos, Jimin liberó una ligera risa— ¿De pronto se te acabaron las ganas de ir? —el aludido apretó los labios en una fina linea, tal vez molesto porque la situación se saliera de sus manos. 

—Bien— Alargó un pesado suspiro y se acercó a Jimin tomando su brazo tal como Yang Mi lo había hecho horas atrás. Comenzaron su camino hacia afuera. Tal vez JungKook no lo supiera pero los amigos de Jimin se mantendrían ahí hasta que este saliera y no sabía si regodearse o sentirse intimidado ante la reacción de ellos al verlos salir de esa manera, sabiendo que no se conocían de nada. 

Cuando JungKook fue capaz de verlos a lo lejos ya era demasiado tarde, maldijo por lo bajo ante lo cual Jimin liberó una ligera risa. Decidió desde entonces que mantendría esa mascara dura y difícil de intimidar frente a su ahora acompañante para no demostrar lo desprotegido que se sentía en su presencia. 

Sus amigos, quienes se acercaban se dieron cuenta de la cercanía entre ellos, se detuvieron en su lugar y ellos no tuvieron otra opción que terminar el recorrido en su dirección. En el camino Jimin notó el ligero balanceo en el caminar del contrario, pero mantuvo su paso firme. 

—¡Hey! Pensamos que tal vez sería una buena tarde de arcade —dijo Nam Joon, sabía que estaba invitado al igual que JungKook al acompañarlo. 

—...Que tal vez podrías contarnos un poco de lo que pasó hoy en el comedor. Eso es lo que Nam quiso decir —aclaró Yoongi, recibiendo una mirada de reprimenda del nombrado. 

—JungKook, tu también estás invitado— Ho Seok interrumpió, terminando cualquier discusión que los mayores pudieran tener. Jimin logró percibir el encogimiento de hombros que Yoongi dirigió a Nam y liberó una sutil risa. Tae se limitó a verlos a ambos, evaluándolos. 

—Nos encantaría— dijo Jimin —pero JungKook me dijo que quería invitarme un café, para compensar lo que hice por él. Ya saben, en la fiesta— el mencionado pareció tensarse a su lado, tal vez no quería que ellos supieran de aquello, una lastima. 

—¡Es cierto! —Dijo Ho Seok— Lo había olvidado completamente. Entonces nos vemos mañana. 

Se despidieron con rápidos gestos, que Jimin y JungKook respondieron de manera rápida. Continuaron su camino en silencio al estacionamiento, sólo un par de autos en este. Jimin sacó las llaves de su bolsillo y quitó los seguros de las puertas.

—Me encantaría seguir tomando tu brazo pero sería difícil subir a mi auto de esa manera —JungKook lo soltó seguidamente  haciendo su camino hasta la puerta de su auto. Sin importar que aquellas no eran palabras sinceras, el corazón de Jimin pareció detenerse por un instante. 

—Yo te sigo— Aseguró Jimin, aprovechando que el castaño lo veía para guiñar un ojo dibujando una sonrisa burlona enseguida. JungKook parpadeó un par de veces y Jimin logro ver en él una sonrisa genuina que despareció en un parpadeo. 



I'll play your game [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora