I dare you

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Dos largos días pasaron, Jimin no prestaba atención a las clases, Tae por suerte si lo hacía, siempre lo ayudaba a salvar las materias. Y gracias a los dioses tenía una paciencia que valía oro, perfecta para soportar a Jimin que era muy propenso a distraerse con facilidad. Así que se ofreció a ayudarlo a hacer sus tareas desde un inicio, para que no se acumularan con el tiempo.

Había hecho un maldito buen trabajo ignorando a JungKook a pesar de que este continuaba sentándose en la mesa del comedor con ellos, al igual que Yang Mi, quien después de verlo con el rostro magullado había hecho mil preguntas que Jimin se limitó a ignorar también. Parecía que ella había olvidado por completo el desplante de Jimin fácilmente, algo que deseó fuera tan fácil para ellos dos también. Pensó que si JungKook de verdad estuviera tan interesado en esa chica, ya hubiera confesado sus sentimientos y si ella realmente quería darles celos conseguiría a alguien más que no pensara que fuera más que una piedra en su zapato.

—Jimin, concéntrate— repitió Tae por enésima vez, Jimin asintió apartando su mirada de la ventana para continuar respondiendo las ecuaciones que tenía enfrente. Tae dibujó una sonrisa algo que distrajo nuevamente a Jimin.

—¿Qué te parece gracioso?— Cuestionó con el ceño fruncido.

—El descanso está por terminar y sólo has respondido una de las ecuaciones.— Jimin alargó un suspiro cansado y continuó con estas, al terminarlas entregó su libreta a Tae quien las estudió rápidamente —Con esto sólo serás capas de no reprobar, esfuérzate un poco más-Jimin tomo de vuelta su libreta y negó con la cabeza.

—Esto es suficientemente bueno para mi. Aún no entiendo por que estoy estudiando esto, ni siquiera me gusta.

—Por que eres un perro faldero y no podías permitir que no estuviera contigo en el mismo grupo— El rostro de Tae reflejó toda la arrogancia de lo que fue capaz, acto que provoco que Jimin rodara los ojos.

—Parece que hoy si recordaste ponerte el traje de la fanfarronería— contra atacó, Tae liberó una ligera risa mientras Jimin pasaba a su lado para salir del aula en dirección a su siguiente clase.

En cuanto cruzó la puerta, no se dio cuenta de que alguien más también lo hacía lo que provocó que ambos se golpearan en el hombro.

—Lo siento— Se disculpó el contrario, y al escuchar aquella voz dirigida nuevamente hacia sí Jimin sintió su corazón detenerse por una fracción de segundo, antes de bombear con fuerza contra su pecho. Se miraron y el rostro de JungKook reflejaba aburrimiento—. Ah, eres tú— la comisura de su labio tiró ligeramente hacia arriba, algo parecido a una sonrisa. Pasó a su lado haciendo lo posible por no volver a tocarlo, acto que Jimin supo enseguida era una manera de responder a su rechazo. Tae siguió a JungKook con la mirada, este ni se inmutó ante ella pero Jimin se quedó parado en el lugar donde habían hecho contacto aún aturdido ante el desprecio con el que se había apartado. Frunció el ceño en un gesto dolido, que no pasó desapercibido ante la atenta mirada de Tae, quien siguió a Jimin al pasillo en el cual su paso se aceleró, e hizo lo posible por alejarse lo más rápido que sus pies le permitieran. En su camino se preguntó cuantos encuentros como esos serían necesarios para que Tae se diera cuenta de lo que Jimin realmente sentía por JungKook y rogaba que cualquiera que fuera su reacción no terminara con su amistad así de fácil.

***

Camino por el pasillo en el que sabía que lo encontraría, seguramente guardando las cosas en su taquilla o sólo de camino a la salida de la institución. Lo encontró, lo vio a lo lejos y le ordenó a su cuerpo que se mantuviera calmo mientras se acercaba con paso seguro, fingido. Sólo pocos alumnos más quedaban en aquel lugar pero Jimin se arriesgo a cualquiera que fuera la reacción del menor. Ahora sabía que JungKook había golpeado al novio de Yang Mi antes de siquiera entrar a la universidad. El castaño apartó su mirada del interior de su taquilla hacia los pasos que se acercaban en su dirección y al percatarse de que era Jimin de quien se trataba sonrió, no de alegría sin embargo, era burla y diversión lo que se reflejaba en ese gesto que dejaba gran parte de sus dientes a la vista.

I'll play your game [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora