Faggot

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Aquella tarde había estado tan afectado que se sentía desesperado por un cambio, uno simbólico como mínimo. Tiñó su cabello de un color rosa como el algodón de azúcar. Para ser sincero se había arrepentido enseguida, pero pensó que aquello le daba un poco de luz a su rostro y hacía resaltar el color de sus labios de alguna manera. Haciendo ver su piel más clara también, así que tal vez no le desagradaba del todo.

Aún que no había pensado que sería un imán de miradas, ya que en su mayoría los idols eran quienes se pintaban el cabello de esa manera, pero al menos Yoongi tenía el cabello rubio y eso lo aliviaba.

Se detuvo en su taquilla el tiempo suficiente para tomar las cosas que utilizaría ese día, cuando cerró la taquilla notó varias miradas sobre sí, tal vez la camisa holgada metida dentro del pantalón de mezclilla negro ajustado con las rodillas desgastadas habían sido una elección demasiado llamativa. Había llegado muy temprano ese día así que se tomó su tiempo para llegar al aula. Cruzó por un pasillo sin percatarse que una cabeza castaña se había quedado atrás en un pasillo que terminaba en el que Jimin se encontraba. Jimin miraba al frente sin poner atención a las miradas de los demás que murmuraban, ya sea por la pelea de la cual había sido participe o de las chicas que se sonrojaban al verlo. Que estúpido, llevaba en esa universidad un año y por un cambio en el cabello hacían tanto revuelo. Era una de las razones por las que las chicas no le iban.

Una mano se posó sobre su hombro, Jimin se detuvo de inmediato, se giró de manera exageradamente lenta suplicando que no fuera alguien que quisiera golpearlo, ya casi se acostumbraba a ello.

—Si querías llamar la atención de alguien debiste traer un letrero con luces y un equipo de sonido portable— Jimin rodó los ojos ante el comentario, apartó la mano de Jungkook ignorando el revoloteo que se formó de inmediato en su estomago —Ya que si querías llamar mi atención, lo lograste— las manos de Jungkook se extendieron a sus costados indicando que aquí se encontraba, mientras lo recorría con la mirada de una manera que hizo a Jimin sonrojar. Tal vez hoy estaba siendo descarado ya que no se había tomado el tiempo de cerciorarse de que nadie lo viera cerca del peli-rosa.

—Tal vez lo hice para llamar la atención de nadie en específico, no te des tanto crédito— refutó Jimin de la manera mas indiferente que le fue posible, Jungkook levantó una ceja como respuesta.

—No me daré crédito, sólo sonreiré con mi sonrisa irresistible y mi cara de ángel — repitió aquellas palabras con un tono burlón que un Jimin vulnerable le había dicho como confesiones. El mayor se tensó ante aquello y desencajó la quijada en un gesto de molestia.

—En mi vida vuelvo a hacerte un maldito cumplido— aseveró el peli-rosa, tan convencido que Jungkook pareció titubear.

—Alguien se levantó del lado equivocado de la cama— comentó Jungkook aún con burla brillando en la mirada.

—Jungkook, no estoy para tus juegos tontos y quiero hablar contigo sobre algo serio— el mencionado pareció notar la severidad en el rostro de Jimin y asintió ligeramente con la cabeza en un gesto igualmente serio—. Pero este no es un buen lugar para eso.

—Cuando terminen las clases nos vemos en el mismo lugar que ayer— Jimin asintió como respuesta con una ligera sonrisa al recordar lo que había sucedido el día anterior y quisiera repetirlo ahora mismo sin importar que el mundo lo viera. Pero no podía hacerlo y Jungkook nunca se atrevería a ser tachado por la sociedad de sucio o asqueroso pervertido. Se separaron en ese momento y cada quien se dirigió a su respectiva clase. 

En la mirada de Tae brilló la sorpresa al percatarse del cambio en el aspecto de su amigo en cuanto este cruzó la puerta, pero desapareció antes de que lo mirara dos veces, no le habló y no lo volvió a mirar.

I'll play your game [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora