Run, bitch!

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Tres módulos libres y no sabía qué haría todo ese tiempo libre sin un Jungkook a quien mirar, o con quien bromear, o a quien retar a hacer algo exageradamente estúpido. Sólo un Tae que le nombraba a cada amigo en común para saber si Jimin había tenido algo con ellos. Y luego preguntaba por chicas también, ya que había intentado aparentar por un tiempo.  Y después de que sus relaciones con chicos habían sido más serias, las relaciones con chicas le parecían mucho menos atractivas. Aun que estar con un chico era como echar una moneda al aire, la mayoría buscaban encuentros casuales, cualquiera que fuera el resultado. Una buena apuesta cuando no buscas involucrarte demasiado. Para Jimin esa etapa era tiempo pasado, supuso que había madurado y estaba en una etapa en la cual buscaba algo más allá, menos físico y más emocional.

— Yung Soo. 

—No, a él le gustabas tú. 

—¿Yo?— los ojos de Tae se abrieron de manera exagerada, en un gesto de sorpresa.

—Si, estuvo muy triste cuando le dije que tenías novia. Entonces aceptó ser estudiante de intercambio y ahora vive en Italia— la boca de Tae permaneció abierta, estupefacto ante el conocimiento de aquello. Jimin liberó una fuerte carcajada—Vamos no es tan malo, su amor por ti era algo puro ¿Recuerdas las cartas que dejaban en tu taquilla?

—¿Era él?— Jimin asintió — tenía letra de niña, siempre pensé que era una admiradora secreta muy dulce.

—Ahora sabes la verdad— concluyo Jimin con un suspiro.

Se quedaron en silencio, uno cómodo de esos que se formaban mientras ambos se perdían en sus pensamientos.

—Si yo no fuera tu amigo ¿sería atractivo para ti?— se atrevió a preguntar su amigo aparentando que fuera una pregunta tan común como pedir la hora, Jimin con él ceño ligeramente fruncido en un gesto confundido, lo miró. Lo estudió. Apreciando los grandes ojos de su amigo, la forma de sus labios, la forma delicada de su nariz. Tae permaneció en silencio sintiéndose un poco intimidado, hasta que la sonrisa de Jimin volvió a aparecer.

—Eres atractivo Tae. No pensarás que todas esas chicas detrás de ti lo hacen sólo por tu talento— respondió Jimin, siendo lo más sincero que pudo, esperando que su amigo no se incomodara ante ello.

No se paró a prestar atención a su reacción cuando una castaña melena apareció en su campo visual. Jimin lo siguió con la mirada intentando deducir hacia dónde se dirigía, maldiciendo mentalmente cuando giró en el pasillo. Suplicó no ser él único con módulos libres y deseo que si los tuviera los encontrara y estuviera dispuesto a quedarse con ellos, con él al menos.
Tae se había dado cuenta de sus ansias, pero poco importaba, él sabía toda la verdad ahora. Ya no tenía que fingir.

Luego de varios minutos volvió a aparecer en él pasillo, les dio la espalda de vuelta a su clase, supuso Jimin. 

—¡JUNGKOOK!— resonó en el pasillo, Jimin lo observó y notó como este se detuvo, para luego mirar en su dirección. Su corazón se detuvo. No había sido él quien había gritado y el hecho de que su amigo lo hubiera hecho lo había sobresaltado. Y estaba seguro que en el cielo habría un grande lugar para Tae. 

Se acercaba, se acercaba tan malditamente lento, Jimin se dio cuenta que las películas tenían razón cuando decían que veías a esa persona acercarse en cámara lenta. Su cabello se agitaba ligeramente con cada paso. Ese caminar, ese maldito caminar, lo volvería loco sin lugar a dudas. Una sonrisa ligera en su rostro, sabía que era debido a Tae, porque si Jimin se encontrara solo la sonrisa sería mas felina y juguetona.

I'll play your game [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora