Back off

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Había alegado estar enfermo, y al tener dos padres doctores había tenido que investigar suficiente a lo largo de su vida para lograr fingir bien frente a ellos. Un dolor de estómago era lo más fácil de fingir, su falta de apetito lo había ayudado en el proceso. Ellos le habían dado unas pastillas para tratarlo y el fingió tomarlas también.

Podían llamarlo indeciso, pero el verse en el espejo con un cabello tan colorido lo hacía sentir enfermo, no podía soportar ni un momento más con ese brillante color resplandeciendo en su cabeza. Esos tres días los había pasado cubriéndolo, ya sea con un gorro de lana o el mismo que tenían sus suéteres. No salía de la cama más que para comer, hacer sus necesidades y ducharse; El resto del día lo pasaba dentro de las cobijas durmiendo, porque no había nada más que pudiera hacer. En las mañanas escuchaba el ruido que hacía la empleada al limpiar cada habitación excepto la suya, ni siquiera se dignaba a perturbar su miseria.

Ese mismo viernes había teñido su cabello del negro más oscuro que pudo encontrar en existencia, se tomó un largo tiempo para aplicar el producto en sus hebras del color del algodón de azúcar, que de inmediato tomaron un color negro. Al menos ahora este se veía tan apagado como él se sentía.

Volvió a su habitación después de haber tomado una ducha para quitar el excedente de tinta de su cabello, se metió en una pijama limpia, luego se sentó sobre la cama mientras secaba sus mechones de cabello color azabache. Con un largo suspiro se dejó caer de espaldas en la cama y su mirada se posó en el techo de su habitación. Inmediatamente recordó aquella noche que había pasado junto a Jungkook en esa misma cama, ahora sentía como si hubiera sido parte de un sueño. ¿Cómo es que después de todo lo que había pasado seguía pensando en él? Quería que su mente dejara de torturarlo de esa manera.

Estúpido Jungkook con su estúpida existencia

Ni siquiera podía desear que dejara de existir, Jimin no quería que eso pasara, sólo quería que dejara de tratarlo como a un ser inferior, como un bufón. Tae tenía razón, siempre supo que la tenía, pero se había aferrado a la poca atención que el castaño le ofrecía.

Suspiró de manera cansina. Un tono corto lo hizo llevar su mirada en dirección al lado de la cama donde su teléfono había caído al suelo cuando lo arrojó sin cuidado.

Minki no le mandaba mensajes, él prefería las llamadas para asegurarse de que se encontraba bien.

Tal vez sólo eran los pesados de las compañías telefónicas, así que prefirió yacer inmóvil en su cama hasta que se acabara el mundo.

Después de un rato salió de su habitación arrastrando los pies, su estómago rugía de hambre pero el sentía nauseas, no quería llevar nada a su boca con el temor de terminar arrojándolo fuera de su sistema de un momento a otro. Tal vez podría posponer lo de morir en ese lugar sin moverse. Así que lo único que tomó de refrigerador fue una manzana, y que con eso se diera por servido su órgano gruñón.

Cuando volvió a la habitación esta estaba un tanto oscura, ya que había pasado el día lloviendo y las nubes cubrían casi por completo la luz del sol. La pantalla de su móvil seguía brillando, alumbrando parte del techo y su alrededor. Jimin con un gruñido de frustración lo levantó del suelo, volvió a dejarse caer de espaldas a la cama con el teléfono en alto para mirar la pantalla, en la cual inmediatamente el nombre del contacto fue lo primero que atrajo su atención.

Jungkook:
¿En donde carajos estás?
Te reto. En el lago en dos horas.

I'll play your game [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora