¿Y si realmente no era a su hermano a quien se referían? Ni siquiera sabía por qué había llegado a esa conclusión, tal vez se debía a que tenía la ilusión de verlo después de tanto tiempo, y el que su madre le hubiera impedido verlo era lo que lo llevaría a perdonarlo por haberlo dejado solo sin siquiera despedirse. Sólo lo había visto marcharse en un taxi con un par de maletas y eso fue lo último que vio de él desde la ventana en la sala de estar.
A Jimin no le venía nadie a la cabeza, no tenía primos los cuales conociera, ni algún tío que fuera cercano ¿Quién más podría buscarlo en la universidad? Porque sabiendo eso no podía pensar que se refirieran a Tae de ninguna manera, ni a ninguno de sus amigos. No recordaba que sus padres conocieran a algún chico con el cual Jimin hubiera salido, así que era imposible. Sólo había una opción lógica, sólo había alguien que podría ser a quienes sus padres se referían y tal vez por eso habían estado tan raros el día anterior.
Se alejó de aquella puerta haciendo uso de sus dotes de ninja maestro que había aprendido en un videojuego cuando era niño. Bien, realmente sólo procuró alejarse sin hacer nada de ruido, a pesar de que el dolor en su espalda baja y un poco más abajo era tan agudo que por poco se había quejado en voz alta un par de veces, pero tuvo suficiente control como para evitarlo.
Una vez en su habitación se limitó a dormir hasta que se acabara el mundo, tal vez así pasaría el resto del fin de semana ya que no tenía ni la más mínima intención de moverse más de lo necesario. Tenía que descubrir qué era eso de lo que sus padres hablaban y si aquella persona realmente quería verlo entonces se encontrarían en algún momento, por ahora tendría que estar pendiente de las llamadas que llegaban a casa para saber si así podría comunicarse con él, quien quiera que fuera, aún que claro, si era su hermano ya lo haría llamado a su móvil y no tenía ninguna señal de vida de aquél chico mal hermano. Ahora mismo le vendría bien un poco de consejos hermano-hermano, ya que ni loco le contaría a Tae o Jaewon sobre lo que había pasado la noche anterior con Jungkook y el susto descomunal que se había llevado con su bromita, si es que así podría llamarsele.
***
El fin de semana había terminado, sus padres parecían tan paranoicos que no les preocupó que su hijo apenas se moviera de su habitación, lo cual el pelinegro supuso que se debía a que preferían mantenerlo en la mira para estar seguros de que estaba a salvo. Habían conseguido cambiar sus turnos para no dejar el hogar solo, Jimin lo notó, no era estúpido. Por suerte al menos respetaban su privacidad y lo dejaban sólo mientras se encontraba entre las cuatro paredes que le eran tan conocidas como la palma de su mano.
El lunes por la mañana ya se sentía lo suficientemente recuperado como para moverse con libertad como habitualmente hacía, y casi podría decir que se sentía feliz, de no ser porque la idea de que Jungkook apareciera con una de sus bipolaridades lo tenía sumido en una maraña de nervios. Las marcas en su cuello ahora eran de un color menos llamativo, a excepción de la mordida en la curva de su cuello, por lo cual ahora mismo estaba buscando en su guardaropa una prenda de cuello lo suficientemente alto como para cubrirla, al igual que una bufada para terminar de ocultarlo todo.
Luego de terminar de alistarse y desayunar, salió de casa como era costumbre, pero la manera anormal en la que se comportaban sus padres lo hacía sentir vigilado todo el tiempo. Al subir al auto se pudo percatar de que la cortina de la ventana se movía lo cual le dijo que alguien lo hacía para ver por ella y eso lo incomodó en demasía ¿De qué se trataba todo esto? ¿Y qué era lo suficientemente malo como para que estuvieran tan histéricos?
Con aquello dando vueltas en su cabeza se puso en marcha en dirección a la universidad. Como de costumbre iba con tiempo de sobra por lo cual podía tomarse el tiempo de detenerse a tomar un café sin ningún problema, aun que en realidad no le apetecía por el momento.
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I'll play your game [Kookmin]
Fanfiction(+18) Jimin es un chico común y corriente, con un grupo de amigos común y corriente y una familia común y corriente. Su vida se ve vuelta patas arriba cuando cupido hace acto de presencia y se ve dispuesto a cualquier cosa con tal de conseguir su o...