Jimin pudo levantar un poco la cabeza para poder deshacerse del auricular que le evitaba escuchar con claridad, aun que no sabía si prefería tenerlo puesto ya que ahora podía escuchar mejor la respiración ajena.
Se preguntaba por qué en momentos como estos no recordaba una mierda de lo que había aprendido en defensa personal, y hacía un esfuerzo enorme buscando dentro de su cabeza los movimientos necesarios para la posición en la que se encontraba, pero no había ninguno, no había manera de soltarse de ese agarre, sus manos eran inútiles para aquello.
Sólo necesitaba un poco de libertad, que la mano en su cuello dejara de presionarlo contra la almohada, lo estaba lastimando porque presionaba la zona de la mordida con uno de sus dedos.
Como si los dioses lo hubieran escuchado, el extraño sobre su cuerpo apartó la mano y el peso de su cuerpo disminuyó, Jimin pudo escuchar una bragueta ser bajada, pero no perdió mas tiempo, el tipo había cometido un error y el pelinegro lo aprovecharía.
Giró sobre la cama con toda su fuerza, atacando al equilibro del extraño que apenas logró meter las manos para apoyarse del colchón, pero Jimin guiado por los instintos se subió a horcajadas sobre su cuerpo con el pantalón mal puesto, esa persona luchaba pero Jimin logró atrapar sus brazos bajo sus propias piernas impidiendo que pudiera moverlas y asestó un par de golpes a la cara de esa silueta de la cual no podía ver el rostro, pero había dejado sus nudillos doliendo.
Una risa se escuchó seguido de ello y Jimin retrocedio por el impacto, la fuerza que había ganado por la adrenalina desapareció, su cuerpo seguía tembloroso, las lágrimas aún corrían por sus mejillas.
Titubeante alargó su mano temblorosa para poder alcanzar la lampara que se encontraba en el buró a un lado de su cama, tiró de la pequeña cadena para encenderla, la luz alumbró sólo una porción de la habitación.
La capucha del suéter del chico bajo su cuerpo aún lo resguardaba de la luz, pero Jimin inmediatamente reconoció sus labios y el lunar debajo de ellos, estaba sonriendo y su labio estaba sangrando. Jimin no había sido consciente de la fuerza con la que lo había golpeado y estaba preocupado por haberle hecho daño.
Sentía que el alma le había vuelto al cuerpo, esto había sido una broma ¿no es así? Porque Jungkook no haría algo como eso ¿cierto?.
Jimin apartó esa capucha de su rostro para poder verlo mejor, no tenía idea de por qué no estaba matandolo ahora mismo. Tal vez se debía al hecho de que se sentía aliviado de que fuera él y no un sujeto extraño, de que Jungkook no terminaría nada con él porque esto era venganza por haber desobedecido una orden.
—¿De nuevo vas a detenerte?¿No hay golpes para mi, Minie?— canturreo provocando al mayor.
Jimin golpeo su hombro con fuerza, una y otra, y otra vez, hasta estar seguro de que un gran cardenal quedaría ahí. La risa de Jungkook rompió el aparente silencio que sólo se llenaba de respiraciones agitadas por la lucha anterior.
—¡Eres un idiota!— llevó la mano a su pecho en donde su corazón estaba desbocado aún.
Pero había bajado la guardia, las manos de Jungkook estaban libres, con un rápido movimiento el castaño ya se encontraba de nuevo sobre el cuerpo de Jimin, quien soltó un grito ahogado. Sus manos ahora eran apresadas por las muñecas contra el colchón.
—Jiminnie, vas a tener que hacerte cargo de lo que provocaste en mis pantalones— Dictó el menor con una sonrisa, sus labios rojos por la sangre que lamía de vez en cuando.
—¿Que estás diciendo? Quítate de encima, arreglatelas solo. No mereces mi ayuda con nada ¡jodete!— escupió Jimin con todo el desprecio que le era posible.
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I'll play your game [Kookmin]
Fanfiction(+18) Jimin es un chico común y corriente, con un grupo de amigos común y corriente y una familia común y corriente. Su vida se ve vuelta patas arriba cuando cupido hace acto de presencia y se ve dispuesto a cualquier cosa con tal de conseguir su o...