Capítulo 6

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  Ese día en la noche, no hice más que dar vueltas en la cama. Sabía perfectamente que tenía aun 3 meses frente de mí para poder escribir algo digno de sí, pero también sabía que mientras mas rápido escribiera, mas rápido podría mandar el ensayo, aunque eso no me serviría de nada si no encontraba algún modo de describir al amor.
Había visto películas románticas, leído poemas, historias de amor, novelas, Romeo y Julieta lo leí 6 veces en un verano, me lo sabía al derecho y al revés. Tenía mil y una maneras de describir al amor, pero ninguna de esas mil y una eran palabras mías, todas palabras de algún libro o alguna telenovela, lo típico, cosas como las mariposas en el estomago, la felicidad instantánea... Pero yo no tenía como probar si eran verdad.
Encendí mi laptop. Reveló la hora De Boston, era mediodía, mientras que donde yo me encontraba estábamos a media noche. Suspiré. Entré a Internet, para mirar mis correos. No había ninguno especial, solamente uno de Ronny y Yanin, deseándome buena suerte en el amor, y que ojalá encontrara algún Italiano que hiciera que mi corazón se desbocara. "Ese día, lloverán pétalos de rosas" pensé con una pequeña carcajada atorada entre los dientes, mientras que lo ponía como contestación.
Entonces, abrí el OneBook, una aplicación que te permite escribir como si fuera un diario personal. Allí yo ponía hacia meses atrás mis trabajos que entregar para finalizar el año, pero después de eso no volví a abrirlo. Curiosa, metí la contraseña de la aplicación, y entro a mi "Diario". Eliminé todas las viejas paginas que tenía llenas de cálculos científicos y fechas de Historia, hasta quedara nuevamente en ceros el numero de hojas ocupadas. Entonces, comencé a escribir.

"Hoy... No pongo fecha, no sé qué día es.

¿Debo de poner lo de querido diario? Me parece... Bah, empezaré.

Sin duda estar en Italia es una experiencia nueva, y fresca, más al estar sola sin mí atolondrada hermana que me traería de arriba a abajo por toda Nove. Aquí puedo relajarme, pasar un dulce día en la playa, sin nadie a mi alrededor, yo sola con el mar cantado al ritmo de las Olas y al choque de las rocas. Como sea, mi 'misión' está fallando, lo que me hace sentir una completa idiota que no tiene lo necesario para ser una escritora completa. Quizás Yanin tenía razón, una verdadera escritora debe de escribir poniéndose del lado de los personajes (Claro, si se trata de una novela o un cuento), poniendo lo que ellos sienten, no lo que el ah sentido. Eso me quitaba profesionalismo, por ejemplo, No creo que Stephany Meyer haya visto alguna vez a un vampiro, y aún así escribió sobre eso. Tampoco es posible que Deepak Chopra haya sido intimo amigo de Buda, y por eso haya sabido todo lo que el sintió al dejar su trono para convertirse en un vagabundo de los bosques. Eso eran sentimientos alternos a nuestra realidad... Entonces ¿Por qué me cuesta trabajo escribir un ensayo sobre el amor? ¿Por qué no puedo plantearme la vida romántica de otra chica? Simplemente las palabras no me salen, jamás lo han hecho, tengo que saber bien del tema para escribir. Si, nada profesional... Pero algo que me reconforta, es saber que al menos, lo que escribo con conocimiento del tema, me sale excelente. "

Un bostezo salió desde el fondo de mi pecho, advirtiendo suavemente la hora en que mi cuerpo comprendió que eran las dos de la mañana, y necesitaba reposo. Sin más por delante, cerré mi laptop, y la coloqué en el escritorio, tan solo estirándome sobre la cama ya que él estaba junto. Después de asegurarme que estaba en el centro, me dejé caer sobre la almohada, y me rendí en un profundo sueño.

...

El sonido de una clase de maquina molesta me aturdió por la mañana. Abrí los ojos encontrándome con aquel estridente sonido.
- Mataré al que me haya despertado. - dije viendo en el reloj de la mesa de noche, que eran las 7:50 de la mañana. - ¿Quién en su sano juicio se pone a taladrar algo a esta hora? - pregunté esquizofrénica.
Tan solo con mi short y mi blusa de tirantes azul, salí descalza de la habitación. Crucé el largo pasillo, yendo directamente hacia la puerta, la cual estaba cerrada solo superficialmente, sin cerrojo. La abrí de golpe, y me encontré con Ross arreglando quien sabe cosa de su moto, con una maquina molesta que hacia un ruido incesante
- ¡¿Tendrías el mínimo respeto por los que aún dormimos?! - pregunté casi gritando, para luego llamar su atención y que me mirara
- Lamento haberte despertado. - dijo Apenado, cosa que bajó mis humos de enojo en un instante, pero luego volvieron con más fuerza cuando el, ignorando lo que había dicho, siguió con su máquina sobre la moto.
- ¡Hey! ¡¿Acaso no escuchaste?! - el bufó irritado, volviendo a apagar esa cosa. Yo tan solo lo miraba con cara de pocos amigos.
- Ya estás despierta, ahora puedo hacer lo que yo quiera sin necesidad, ya no hay nadie dormido.
- Mis abuelos lo están.
- Te crecerá la nariz como a pinocho. Tu abuela fue al mercado, y tu abuelo fue a la florería. - yo bufé ofendida, y seguí a la defensiva colocando mis brazos bajo mi pecho.
El viejo negocio de la familia, era una florería en la zona costera del pueblo. Allí, después de que mis abuelos decidieran dejarle ese negocio a alguno de sus hijos, ellos iban solamente de vez en cuando, para ver cómo iban las cosas. Aún así, mi abuelo seguía teniendo su pensión del gobierno, y mis tíos le pagaban una que otra cosa a mis abuelos.
- No hagas ruido.
- No prometo nada preciosa. - dijo el riendo en tono de burla. Yo lo mire ofendida, y sin más caminé de vuelta a la casa. Apenas cerré la puerta detrás de mi, aquel sonido apareció otra vez.

...

El resto de ese día, Ross desapareció, lo cual para mí fue más que positivo para poder tener la casa sola y gritar a los 4 vientos sobre mi bloqueo emocional al escribir. "Si no logro escribir algo romántico en Italia, no podre escribir algo romántico en Ningún lugar". Pensé para mi desgracia.
Mi abuela se apareció en la casa junto a mi tía Dinn, y mis primas Isabella y Paulette, a eso de las 2 de la tarde. Venia cargando costales con vegetales y condimentos, así como un pescado que había comprado. Ese día realmente comeríamos delicioso.
- ¡Hola! - dijo torpemente Paulette. Yo reí y la salude.
- Hola Pauly. - dije sentándome en la silla del comedor. Mi abuela y mi tía entraron en la cocina, mientras que nosotras 3 nos quedamos afuera. Isabella sonrió.
- Y... ¿Dónde está el chico que choco el otro día? ¿Ross? - me sorprendí el que la pequeña Isabella preguntara por él. Intercambió una mirada con Paulette, y rieron chuscamente.
- Em... Creo que salió, no sé donde esté.
- ¿Lo has visto en ropa interior? - mis ojos se salieron de las órbitas, mientras que ellas solo se miraban y reían.
- Vamos Laura, no me diga que no te causa tentación... - me retó Paulette. Yo no sabía del porqué mis primas estaban tan emocionadas con ese chico, habiendo tantos chicos guapos alrededor suyo... ¡Vamos! ¡Es Italia! ¡El hogar de los italianos!
- La verdad, no. No nos llevamos... Bien que digamos.
- Es una lástima. - Isabella alzó la ceja. - Quizás pueda hacer que se lleve 'bien' conmigo. - sonrió pícaramente para después ponerse roja. "¡¿Qué le pasa?! ¡Tiene 16 años!" - ¿Sabes qué edad tiene?
- ¿Veintiuno? - Isa chasqueó la lengua, mientras que Pauly reía victoriosa.
- Todo mío escarabajo... - dijo la rubia con ojo verde a la morocha con ojo azul. - Lo siento, no creo que le gusten las quinceañeras.
- Tengo 16 tarada, no 15.
- Sea como sea, ya es muy hombre para ti. - Pauly entrelazó sus dedos entre sí con su codo en la mesa, y sobre aquel puente de dedos colocó su mentón. - Mañana llega la feria... Le invitaré un helado.
- Le invitaras un faje. - dijo Isabella. Yo seguía en shock: "¡¿Enserio?! ¡¿Prefieren a Ross que a un Italiano?! ¡Son italianos!"
- Eso a ti no te incumbe - declaró la veinteañera roja de las mejillas. Yo solo bufé, mientras que esperaba a que ese día acabara pronto.

...

La comida pasó rápido. Ross no llegó hasta la noche, cosa que a Pauly definitivamente le había decepcionado. Si que estaba emocionada con ese chico, ¿Que le veían? Si, era atractivo, mucho, pero era un completo Idiota. El primer indicio de eso, era que conducía una moto con chaqueta de cuero, sin nada de responsabilidad al querer conocer toda Italia en ella. No era... ¿Absurdo?
Pauly, Isabella y mi tía Dinn se fueron de la casa, dejándonos solas a mi tita Nina y a mi, mientras que yo le ayudaba lavando los platos, aunque claro, como siempre no quería que yo hiciera nada.
- Nina... - comenzé a hablar mientras que yo tallaba unos vasos con la esponja sobre el fregadero. - ¿Y Ross? – pregunté un tanto curiosa. – Que raro que no se haya quedado a comer.
- Oh, Laura... - suspiró mientras sacudía sus manos sobre su mantel de flores – No se siente totalmente en confianza como para quedarse a dormir y aparte a comer. – suspiró, como si le causara tristeza. - ¿Crees que lo presiono mucho?
Miré sobre mi hombro, y vi su cara de consternación. En verdad que a mi abuela le importaba, y no era nada especial, ya que ella siempre había sido así, queriendo ayudar a todos, tratando de hacer lo mejor, y ayudar a alguien que lo necesite dándole amor y cariño. Si, la mejor abuela, madre, amiga y confidente del mundo.
- No tita, No. – sonreí. – Creo que es normal que se sienta así, ¿No? – ella hizo una mueca mirando hacia el suelo. – No te pongas así, que Ross tan solo esta tratando de no aprovecharse de tus bondades. – No Podía creer que estaba defendiendo al chico que interrumpió mi sueño donde Ian Harding tomaba mi mano. ¡Vamos! ¡Es Ian Harding! Debía realmente de amar a mi abuela si lo "defendía" después de eso.
- Bueno... - suspiró vencida – solo espero que al final entienda que para mi es un Fascino tenerlo aquí. - ¿Fascino? ¿Qué hay de encantador en tener a un desconocido en tu techo? – Ahora, tu dime. – me miró, y yo la miré confundida. - ¿Tú te sientes... incomoda? – y supe de que tipo de "incomodidad" hablaba. Negué con la cabeza, entre sonrisas. – Solo que, Bueno, no me gusta ser despertada por una incesante maquina en el jardín. – Mi abuela echó una carcajada, mientras iba hacia el comedor para recojer el mantel.  

#BGFY

A Writer Without LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora